Anotar tus ingresos y gastos y luego elaborar un plan no es nada difícil. Es mucho más difícil seguir viendo cómo se vacía tu cuenta.
¿Has echado un vistazo a todos tus ingresos del año y te has preguntado dónde fue todo ese dinero? Si es así, no eres el único.
Una encuesta realizada por Gallup reveló que dos tercios de los americanos no tienen un presupuesto. Desgraciadamente, el no llevar la cuenta de tus ingresos y gastos de forma sensata puede conducirte a hábitos de gasto poco saludables, a menos ahorros y a adquirir más deuda. Y todo esto puede ser desastroso para tus planes a la larga.
Hacer un presupuesto eficaz y sostenible es una de las cosas que más te ayudará a alcanzar tus objetivos financieros, y ¿por qué hay tan poca la gente que lo hace? Hacer un presupuesto se concibe muchas veces como un proceso complicado y tedioso, así de simple.
Incluso para quienes hacen el esfuerzo, las metas poco realistas, imposibles de alcanzar pueden ser desalentadoras. Pero no tiene por qué ser así. Aquí mostramos cinco reglas sencillas que pueden ayudarte a hacer (y a ceñirte a) un mejor presupuesto.
1. Distingue entre las necesidades y los caprichos
Todos hemos oído hablar de historias sobre “dinero encontrado” por gente que comenzó a llevar un registro minucioso de sus gastos.
Tanto si hablamos del profesor que gastaba 25 dólares semanales en Starbucks como de la joven pareja que deja la televisión por cable por los servicios de streaming, un examen detallado de los hábitos en el gasto puede revelar grandes oportunidades de ahorro.
Es importante diferenciar en su presupuesto entre las necesidades y los caprichos. Sabemos que las necesidades incluyen lo imprescindible para vivir y que los caprichos son lo que “nos gusta tener”. Estos últimos puede ser una rica fuente de ahorros cuando hemos conseguido identificarlos y los hemos desglosado de los primeros.
Esto no significa que no haya sitio en nuestro presupuesto para los caprichos. Si nuestro presupuesto no contemplara estos pequeños extras, sería más difícil ceñirse a él. El profesor aún puede apartar un dinero para esos cafés de 5 dólares, pero elige tomarlos dos días a la semana en vez de cinco.
Quizás no parezca mucho al principio, pero esos ahorros pueden invertirse con el tiempo o ser empleados para liquidar una deuda con alto interés, y construir una base sólida para el futuro.
2. Incluye una categoría de gastos varios en tu presupuesto
No hay forma de anticipar todos los gastos que puedas encontrarte en el mes o en el año. Una reparación imprevista del coche o una emergencia familiar puede causar estragos en tu presupuesto.
Incluir una categoría de gastos varios puede ayudar a reducir el impacto negativo de estas situaciones y a asegurarte de que no te cogen desprevenido. También puede ayudarte a cuantificar los gastos que quizás no siempre sean detectables, como el dinero de un regalo u otros gastos puntuales.
3. Incluye los ahorros como gasto
“Pagarte antes a ti mismo” es una de las estrategias más poderosas que puedes usar para garantizarte un futuro financiero. Antes de pagar las facturas u otros gastos, aparta una cantidad fija que puedas permitirte ahorrar todos los meses.
Es más probable que consigas tus metas de ahorro si las consideras un gasto y sientes un fiel compromiso hacia ellas al igual que haces con cualquier otro componente de tu presupuesto. Fijar un depósito directo o hacer transferencias automáticas directamente a tus ahorros, lo convierte en algo fácil y eficaz.
4. Adapta tu presupuesto a tus metas y prioridades
Los expertos financieros y asesores personales están de acuerdo en que es crucial adaptar nuestro presupuesto a nuestras metas y prioridades. El primer paso de este proceso consiste en entender cuáles son nuestras prioridades y cómo afectan estas a nuestro gasto.
Hay gente para la que es importante tener un buen coche, hay otras personas que solo necesitan llegar sanos y salvos del punto A al punto B. Ser capaz de articular esto puede ayudarte a localizar los apartados de gasto y ahorro en tu presupuesto.
Anotar tus metas y compartirlas con tu cónyuge o con tu familia puede ayudarte a confeccionar un presupuesto que te sea útil. Si te apetece realmente tener unas vacaciones familiares cada año porque eso te da la oportunidad de relajarte y de pasar un tiempo con tus hijos, puedes reflejar este objetivo en tu presupuesto y ahorrar por tanto para ello.
Lo pasarás mucho mejor si sabes que ese viaje no te va arruinar.
5. Mantén tus facturas y recibos en orden
La tecnología ha hecho que sea mucho más fácil hacer seguimiento de nuestros ingresos y gastos. Se acabaron los tiempos de cajas de zapatos llenas de tickets en papel; una gran parte de este control pueden realizarse online.
La mayoría de los bancos ofrecen servicios de pago de facturas que te permiten programar pagos hasta a un año vista, evitando así posibles penalizaciones por causa de retrasos o por impagos. Si tienes la costumbre de pagar en metálico, es muy importante guardar las facturas o recibos que puedas necesitar a la hora del pago de impuestos.
Con este respaldo podrás prever con más precisión tus gastos en el momento de hacer un presupuesto. Existe una variedad de aplicaciones de smartphone que pueden ayudarte a organizar tus finanzas.
Hacer presupuestos mensuales y anuales es una buena idea para todo el mundo, independientemente de tu horquilla de ingresos. Si quieres comprar una casa nueva, enviar a tu hijo a la universidad o te estás preparando para la jubilación, hacer un buen presupuesto y ceñirse a él puede ser la ayuda que hará realidad esos sueños.
Ahora es un fantástico momento para revisar los objetivos que te marcaste el año pasado en tu presupuesto, y averiguar lo que dio resultado y lo que no. Si aún no has comenzado a hacerte un presupuesto, ¡este es un gran momento para empezar!