Sergio Yuste Teruel, responsable del blog GestiónPasiva y asesor financiero asociado de EFPA (European Financial Planning Association), nos explica lo que son el riesgo sistemático y el riesgo no sistemático.
Sin adentrarme en muchos detalles, y partiendo de la clasificación de los tipos de riesgo según diversos economistas de prestigio, voy a hablarte de los principales motivos que influyen en las cotizaciones de los activos, que a grandes rasgos son los que forman el riesgo sistemático y los que forman el riesgo no sistemático.
A continuación te defino ambos tipos de riesgo, y te indico, a fin de que tus inversiones asuman el mínimo riesgo posible, cómo eliminar de una forma sencilla uno de los dos tipos de riesgo dentro de una cartera de inversión.
Riesgo de un activo = Riesgo sistemático + Riesgo No sistemático
Los estudiosos de la inversión, con el objetivo de determinar el riesgo de un activo, emplean la volatilidad. Para calcular la volatilidad acuden a los datos históricos de rentabilidad. Estos datos de rentabilidad son variables a lo largo del tiempo como consecuencia de los dos tipos de riesgo que existen, y que como te he dicho antes son el riesgo sistemático y el riesgo no sistemático.
La suma de ambos riesgos es el riesgo total de un activo. Y tanto el riesgo sistemático como el no sistemático vienen motivados por una serie de factores que son los que afectan de forma continua a los precios de las acciones y de los bonos.
Riesgo total de un activo = Riesgo sistemático + Riesgo no sistemático
Dentro de una cartera de inversión, uno de los dos tipos de riesgo, en concreto el riesgo no sistemático, se puede eliminar por completo, pero antes de decirte cómo, te defino cada uno de ellos.
¿Qué es el riesgo sistemático?
El riesgo sistemático, también conocido como "riesgo de mercado" o "riesgo no diversificable", engloba al conjunto de factores económicos, monetarios, políticos y sociales que provocan las variaciones de la rentabilidad de un activo.
Ejemplos de estos factores pueden ser una guerra, una recesión, cambios en los tipos de interés o la intervención del banco central de turno en la economía. Todas estas circunstancias pueden variar las expectativas de rentabilidad que tengan los inversores sobre los activos, que son los que en última instancia causan las variaciones en sus precios cuando se lanzan a comprarlos o a venderlos.
El riesgo sistemático, o "riesgo de mercado", afecta a todos los activos del mercado en mayor o menor medida. Ninguno está a salvo.
¿Y el riesgo no sistemático?
El riesgo no sistemático, también conocido como "riesgo diversificable", engloba al conjunto de factores propios de una empresa o industria, y que afectan solo a la rentabilidad de su acción o bono.
En otras palabras, el riesgo no sistemático surge de la incertidumbre que rodea a una empresa por el desarrollo de su negocio, ya sea por las propias circunstancias de la empresa o por las del sector al que pertenezca. Ejemplos de estos acontecimientos pueden ser unos malos resultados empresariales, la firma de un gran contrato, unos datos de ventas peor de lo esperado, un nuevo producto de la competencia, descubrimiento de fraude dentro de la empresa, una mala de gestión de sus directivos, etc.
Estos eventos afectan de forma directa al precio de los títulos que tenga emitidos la empresa (acciones y/o bonos) por que los inversores, como en el caso anterior, los venden y compran por cambios de las expectativas sobre la rentabilidad a obtener.
¿Se puede reducir o eliminar algún tipo de riesgo en una cartera de inversión?
Cuando te he definido el riesgo sistemático también te decía que se le conoce como "riesgo de mercado". Todos los activos que forman un mercado financiero sufren este tipo de riesgo, por lo que todas las cotizaciones se acaban moviendo de forma más o menos paralela, unas más, otras menos. Cuando a causa de cualquier circunstancia sube el mercado, la práctica totalidad de los precios de los activos suben, y cuando baja el mercado, lo mismo. Ningún activo está a salvo, pero dentro de una cartera se pueden moderar sus efectos.
Una forma de reducir el riesgo sistemático dentro una cartera de inversión (porque eliminar por completo no se puede) es invertir al mismo tiempo en mercados diferentes. Una cartera que se centra en único mercado, corre el peligro de sufrir variaciones más pronunciadas en su rentabilidad que una que esté distribuida entre varios mercados. En este último caso, la rentabilidad global de la misma no sufriría tantos altibajos y la razón es porque según qué años, ciertos mercados se comportan mejor que otros. De esta manera las rentabilidades obtenidas en cada mercado se compensan entre sí, estabilizando la rentabilidad total de la cartera a lo largo del tiempo.
En cuanto al riesgo no sistemático es diferente. Este tipo de riesgo se puede eliminar por completo en una cartera de inversión, por eso también se le conoce como "riesgo diversificable".
Todas las acciones y bonos del mercado, además de sufrir el riesgo sistemático, soportan el propio riesgo del negocio o de su industria, pero una cartera de inversión no tiene por qué sufrir este tipo de riesgo, sobre todo la de un inversor particular con escasa formación de inversión.
Imagina por un momento una cartera formada por una única acción. Esta acción un día amanece con noticias de fraude en la empresa con la posterior quiebra de la misma. La cartera de inversión compuesta solo por esa empresa va detrás. Quiebra total. Si esa cartera estuviese compuesta por más valores, el resultado no sería tan desastroso. Por ejemplo, si en ella hubiese otra acción de otra empresa a partes iguales, después de la quiebra de una de ellas, la cartera obtendría una pérdida de un 50%. Si la formasen tres valores también a partes iguales, obtendría una pérdida del 33%.
A medida que va aumentando el número de valores que forman una cartera de inversión, los efectos de los sucesos negativos de una determinada empresa se van diluyendo sobre el total de la cartera, reduciendo el riesgo no sistemático.
Entonces, ¿cuál es el número de valores que debe tener una cartera para eliminar el riesgo no sistemático?
La eliminación del riesgo no sistematico dentro de una cartera de inversión se consigue a través de la diversificación. Con ella se logra que cualquier situación negativa que pueda afectar a una empresa en particular no sea determinante para el desarrollo de la cartera.
Benjamin Graham en su libro "El inversor Inteligente", uno de los libros más influyentes en el mundo de la inversión, dice que una diversificación adecuada para una cartera de inversión se puede obtener teniendo de 10 a 30 acciones de empresas bien diferentes. Otra referencia en el mundo de la inversión, Burton G. Malkiel, indica en su libro "Un Paseo Aleatorio por Wall Street", que el riesgo no sistemático desaparece con una cartera formada por 60 valores.
Pero todavía hay alguno que va más allá como por ejemplo William J. Bernstein, autor de otros libros importantes como "Los Cuatro Pilares de la Inversión" o "The Intelligent Asset Allocator", el cual declara que para diversificar una cartera de inversión de forma perfecta no basta con tener treinta valores, y tampoco sesenta, ni siquiera doscientos. La única forma de eliminar el riesgo no sistemático es comprando el mercado entero.
Después de leer esta afirmación, estarás de acuerdo conmigo si te digo con completa seguridad, que Bernstein es el único que no se equivoca.
Concluyendo sobre el riesgo sistemático y riesgo no sistemático
En este artículo he empezado hablándote de los dos tipos de riesgo que afectan a un activo en particular para acabar diciéndote cómo se puede reducir el riesgo total que puede asumir una cartera de inversión.
Dentro de una cartera de inversión, el riesgo sistemático no se puede eliminar, pero sí se puede reducir distribuyéndola entre mercados diferentes, ya sea por zona geográfica (EE. UU., Europa, etc.) o por tipo de activo (renta variable, renta fija, etc.) sobre todo si tienen poca correlación entre ellos.
El riesgo que se puede eliminar en una cartera de inversión es el riesgo no sistemático, y la mejor manera de hacerlo es como dice William J. Bernstein, comprando el mercado entero.
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