Si le pregunta a cualquier persona vinculada al mundo de las criptomonedas o el blockchain sobre el Petro venezolano, lo más seguro es que le diga que no hay nada de lo que hablar. Sin embargo, un exanalista de la CIA especializado en la lucha contra el terrorismo dice que deberíamos tomarnos esta criptomoneda mucho más en serio.
El lanzamiento de el Petro en febrero, la primera criptomoneda del mundo respaldada por una nación soberana, estuvo rodeada de escándalo - desde la dudosa información proporcionada por Maduro sobre los fondos totales recaudados (supuestamente 5.000 millones de dólares) hasta la confusión sobre el blockchain utilizado por la criptomoneda (¿era ethereum o NEM?).
Todo el mundo no tardó en etiquetar a la criptomoneda de "estafa" e incluso el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva que prohibía a cualquier ciudadano estadounidense comprar o realizar transacciones con ella.
En conjunto, estas son razones suficientes para descartar la criptomoneda como un intento a medias de evitar sanciones en el mejor de los casos y una estafa descarada en el peor. Pero el precedente subyacente establecido por el surgimiento de el Petro no está recibiendo la atención que merece, ha dicho Yaya Fanusie, director del Centro de Sanciones y Finanzas Ilícitas de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un think tank de Washington, D.C.
En una mesa redonda sobre criptomonedas y sanciones celebrada el martes por la mañana, Fanusie - antiguo analista antiterrorista de la CIA - argumentó que la comunidad del blockchain y las autoridades financieras y de aplicación de la ley deberían considerar al Petro como un experimento que otros países afectados por sanciones intentarán emular.
Si bien es poco probable que el Petro en sí consiga la aceptación necesaria por parte de los usuarios potenciales que podrían atribuirle un valor real con el paso del tiempo, si el siguiente país que siga su ejemplo fuera capaz de reunir las suficientes partes interesadas para respaldar un token similar, los resultados podrían ser muy diferentes desde el punto de vista de la evaluación de la amenaza.
"Venezuela es un buen caso de prueba. La criptomoneda de Venezuela no va a tener ningún valor", explicó. "Pero luego me hago la siguiente pregunta: ‘Bueno, ¿qué le permitiría funcionar? ¿Qué le permitiría ganar valor?’"
"Probablemente solo funcionaría si hubiera otro país o países que decidieran aceptarla. Estos tendrían que crear un ecosistema que utilice la criptomoneda".
Un escenario de este tipo no es tan improbable. Aunque la información disponible es actualmente escasa y de fiabilidad cuestionable, existen informes de que Rusia podría haber estado involucrada en el proyecto de el Petro desde su inicio.
Además, sigue habiendo un motivo claro para que los países se distancien del sistema financiero mundial respaldado por Estados Unidos y de la fuerza de aplicación y sanciones del Tesoro de Estados Unidos.
Así que mientras que una red cripto-financiera ilícita parcheada que es apoyada por un consorcio de estados renegados y usada para una serie de actividades nefastas parece un poco lejana, tal escenario es más plausible de lo que muchos creen.
"Esas son las señales", concluyó Fanusie. "Deberíamos mirar esos indicadores que les permitirían llegar allí".
Preparado por José Rodríguez