10 verdades que su crisis de la mediana edad no le cuenta

La crisis de la vida media es casi inevitable. Sin embargo, hay algunos datos que esta «amiga» suya no le permite ver. ¿Cuáles son entonces los secretos de la crisis de la mediana edad?

Salga de la burbuja y deje el Xanax. La crisis de la mediana edad cumple este año cincuenta años, un cumpleaños especial para el concepto atribuido desde 1965 al psicoanalista canadiense Elliott Jaques. Da la casualidad de que la crisis de la mediana edad ha ido evolucionando a la par que la generación «yo», que realzó la popularidad de los que se creen el ombligo del mundo. Ahora que los baby boomers van avanzando hacia la edad de la jubilación, llega ese momento en el que los de la Generación X se levantan y se preguntan: «¿esto es todo?»

Los psicólogos debaten hasta qué punto la angustia rutinaria de la mediana edad puede afectar hasta llegar a convertirse en una crisis.

Según indican algunas previsiones, entre un 10% y un 15% de las personas de mediana edad, normalmente entre los 45 y 60 años, experimentan una crisis caracterizada a menudo por cambios radicales, como dejar el trabajo o el cónyuge. En EE. UU. y el Reino Unido, a mitad de la década de los cuarenta años es cuando más se utilizan antidepresivos, según indica Andrew J. Oswald, profesor de economía de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, que ha realizado investigaciones sobre la felicidad a lo largo de la vida.

Según los expertos, las personas normalmente nos hacemos preguntas importantes sin llevar a cabo grandes cambios. Entre los temas más comunes se incluyen por ejemplo la pregunta de dónde estoy, dónde he estado y hacia dónde voy, indica Stanley Teitelbaum, psicólogo de Nueva York y Teaneck (Nueva Jersey), y autor de Illusion and Disillusionment: Core Issues in Psychotherapy.

Se mire como se mire, la mediana edad es una época de transición. Este período da normalmente origen a una reconsideración saludable de las prioridades. «Es una gran oportunidad para el desarrollo personal si las personas lo reconocen como tal», indica Shapiro.

En la mediana edad, la mayoría de las personas ya se han enfrentado a sus limitaciones profesionales. «No todos podemos llegar a ser director ejecutivo, ni ganar el Premio Nobel o una medalla de oro olímpica», dice Oswald. Darse cuenta de esto hace que mucha gente se vuelva paranoica.

Además, la mediana edad es el territorio de la generación sándwich, es decir, de aquellas almas trabajadoras exprimidas por las necesidades de sus hijos, de sus padres mayores y de sus carreras profesionales. Esto es más que suficiente para estresar a alguien.

No obstante, la investigación llevada a cabo ha puesto en duda si la crisis de la mediana edad es un fenómeno estrictamente humano y ha generado cuestiones intrigantes sobre sus causas. Los grandes simios también experimentan niveles bajos de felicidad en la mediana edad, según un estudio de investigación realizado por Oswald y otros compañeros, y que fue publicado en 2012 en la revista PNAS. Los resultados no descartan la importancia de los factores externos sociales en la crisis de la mediana edad, pero dejan entrever que existe una influencia biológica más profunda.

La tasa de las primeras mujeres que dieron a luz entre los 40 y 44 años aumentó más de cuatro veces desde 1985 a 2012, de 0,5 de cada mil mujeres en esa franja de edad a 2,3, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Las personas con hijos pequeños se encuentran «básicamente en modo de supervivencia», dice Carol Landau, profesora clínica de psiquiatría y comportamiento humano, y de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Brown. Por lo tanto, aunque técnicamente se encuentren en la mediana edad, los padres mayores están demasiado ocupados cambiando pañales y organizando el transporte al trabajo como para hacerse grandes preguntas existenciales, indican los psicólogos. Puede que no lo hagan hasta que sus hijos se vayan de casa y pasen de la mediana edad a una edad avanzada.

No obstante, Oswald no se muestra convencido de que los hijos afecten la llegada de la crisis de la mediana edad de una manera u otra. Su estudio de investigación sobre la felicidad abarca otras culturas, incluso primates (y seres humanos) y viene controlado por una serie de variables, entre las que se incluyen el nivel socioeconómico, nivel educativo y presencia de hijos. Los resultados muestran una disminución sistemática de la felicidad a mediana edad, independientemente de las circunstancias de la vida.

Los divorcios que se producen en la mediana edad no tienen que estar estrictamente relacionados con encontrar a alguien más joven, sino con encontrar a alguien nuevo, indican los psicólogos. Los cónyuges de larga duración ofrecen comodidad, lo que no es emocionante ni sexy, dice Jean G. Fitzpatrick, asesor matrimonial en Midtown Manhattan.

Por lo tanto, según Fitzpack, cuando la llama se apaga en una relación, la gente hace lo que es normal en la sociedad consumista de hoy en día, es decir, intentar mejorar su situación con una versión más reciente. En esta época de entrega en el mismo día y de devoluciones gratuitas, pensamos que al devolver a la pareja obtendremos un reembolso, indica.

Algunas parejas se van desgastando poco a poco durante décadas de matrimonio, por lo que en estos casos la separación se vuelve la opción más saludable. No obstante, los psicólogos dicen que muchas parejas podrían salvarse. En los debidos casos, Fitzpatrick dice a sus clientes que deben pensar en construir una relación y no en ir de compras en búsqueda de pareja. Muchas veces es posible reavivar la llama que los unió por primera vez, indica.

Teitelbaum dice que, según su experiencia, las parejas infelices esperan siete años antes de buscar ayuda profesional. Los estudios de investigación llevados a cabo lo corroboran. Un estudio frecuentemente citado de los años 90 reveló que las parejas infelices esperan una media de seis años antes de acudir a algún tipo de servicio de asesoramiento. No obstante a esas alturas el resentimiento se ha ido instalando y es más difícil encontrar una solución satisfactoria.

Si tenemos en cuenta que una licencia de piloto cuesta alrededor de 10.000 dólares, un lifting facial unos 15.000 y una Harley 20.000, podemos decir que la crisis de la mediana edad no sale barata. No obstante, esto puede ser una buena opción en comparación con otra alternativa. «Un coche deportivo es más barato que un divorcio», dice Joe Heider, presidente de Cirrus Wealth Management en Cleveland. El coste al que puede ascender un divorcio varía según las circunstancias, ya que mientras que la media de las separaciones suelen costar lo mismo que un sedán de gama media, un divorcio contencioso puede llegar a alcanzar el valor de un Tesla Roadster (101.500 dólares).

Heider afirma que muchos clientes se mueven en la edad mediana por el impulso de gastar de forma compulsiva. Lo que les aconseja es que lo hagan, pero con moderación. «El dinero es una herramienta», dice Heider, que a los 39 se compró un Alfa Romeo descapotable de color rojo.

No obstante, antes que nada Heider ayuda a sus clientes a considerar si un gran gasto en la mediana edad podría poner en riesgo los ahorros de la jubilación. Un cliente que tenía cerca de 50 años tuvo un golpe de suerte al vender su negocio y quiso utilizar el dinero para comprarse una mansión, un yate y una residencia de vacaciones de gran valor. Aunque pudiera permitirse todo a corto plazo, Heider le aconsejó escoger solo una opción para no arriesgar sus ahorros para la jubilación.

Según los asesores financieros, las personas deben gestionar los gastos de la mediana edad con los ahorros que tengan a mano y no pedir un préstamo o recurrir a sus planes de pensiones.

El mercado de productos y servicios antienvejecimiento se ha convertido en una industria mundial valorada en alrededor de 261.900 millones de dólares en 2013 en comparación a los 162.000 millones de dólares hace seis años, según indica BCC Research, empresa situada en Wellesley, Massachusetts y que publica informes de investigación del mercado de la tecnología.

La cultura americana siempre valoró la juventud, pero con las redes sociales esta obsesión ha alcanzado otro nivel, dicen los expertos. «La presión social para tener un determinado aspecto es mucho más intensa hoy en día», dice Landau, de la Universidad de Brown. De hecho, un estudio de investigación llevado a cabo el año pasado por la Academia Americana de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva reveló que uno de cada tres cirujanos plásticos faciales constató un aumento de pacientes debido a que estos son más conscientes de su apariencia en las redes sociales.

Mientras que las mujeres representan la gran mayoría de pacientes que se someten a cirugía estética (92% en 2014), los hombres también tienen inseguridades en la mediana edad. Antes era imposible que en el telediario de la noche no aparecieran anuncios con medicamentos para el tratamiento de los niveles bajos de testosterona

Muchos hombres se ven en la mediana edad con menos energía y vigor que antes, pero la mayoría de ellos no necesita medicamentos, indican los médicos. El hipogonadismo es un trastorno caracterizado por la incapacidad de secretar cantidades normales de hormonas sexuales. Su tratamiento es a base de hormonas y afecta solo a aproximadamente 0,5%-10% de hombres de mediana edad o mayores. Para la mayoría de hombres, «el tratamiento no se basa en la testosterona, sino en eliminar grasa y hacer ejercicio», dice Thomas Perls, geriatra del Centro de Medicina de Boston y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.

En marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) alertó contra el uso de productos de testosterona para el envejecimiento normal y también exigió a los farmacéuticos que previnieran a sus pacientes sobre el aumento de la posibilidad de sufrir un infarto y un derrame cerebral debido al uso de productos de testosterona. Perls dice que desde entonces ha observado una disminución del número de anuncios de medicamentos para el tratamiento de los niveles bajos de testosterona.

No obstante, fuera del control de la FDA, el mercado de las llamadas hormonas «bioidénticas» para tratar los síntomas de la mediana edad sigue creciendo. Estas hormonas, cuya estructura molecular es idéntica a la de los humanos pero se producen en un laboratorio, tiene un mercado estimado en más de 800 millones de dólares en ventas anuales solo para tratamientos de la menopausia, según indica inThought Research.

En la mediana edad es normal tener un sentimiento de insatisfacción con lo que hacemos, indica Shapiro, de la Universidad de Santa Clara. Las personas hacen lo mismo que hacían en el trabajo y en su vida social, pero se sienten menos satisfechas. Según Shapiro, a medida que llegamos a diferentes fases, tenemos distintas necesidades y capacidades.

Además, aconseja que en vez de ir dejando todo aquello que nos aburre, ya sea el trabajo, una relación o ambos, las personas deben reflexionar y analizar lo que realmente necesitan.

En efecto, la emoción de lo exótico desaparece inevitablemente con el paso del tiempo. «Su cónyuge es el continente y la otra persona es la isla», dice Fitzpatrick de aquellos que sueñan con una nueva pareja romántica. «Si vive ahí durante un tiempo, tendrá que sacar la basura».

Las parejas que se preguntan cómo pueden hacer que su relación se vuelva otra vez interesante, a menudo encuentran una nueva forma de seguir juntos, dice Shapiro. En cuanto al trabajo, los que rechazaron seguir con un pasatiempo con el que realmente disfrutaban para desarrollar su carrera profesional y tener una familia pueden sentir una gran satisfacción si lo retoman en la mediana edad.

No lo descubrirá pasando por la sección de cremas antiedad de un supermercado u ojeando el llamativo folleto de un cirujano plástico, pero algunos de los mejores remedios antienvejecimiento no cuestan mucho o incluso nada. El ejercicio aumenta la elasticidad de la piel y tonifica todo el cuerpo. El movimiento regular también mejora el funcionamiento cerebral, según han mostrado diferentes estudios. Las pruebas son más que suficientes y convincentes, dicen los expertos, por lo que las personas deberían levantarse del sofá antes de pasar por quirófano.

Por supuesto, es más fácil de decir que de hacer en nuestra cultura de gratificación instantánea. Los amigos pueden ayudarse y obligarse a introducir el ejercicio en una rutina diaria de mucho trabajo. El amigo ofrece la motivación y el ánimo que se necesita cuando se empieza a sudar. Landau lo llama «cura social», pero observa que es algo que no se valora en nuestra sociedad capitalista. «Decir que el ejercicio y la cura social son clave para gestionar mejor los momentos de euforia y de bajón de la mediana edad no vende nada», añade.

La mediana edad es el momento ideal para la cirugía estética. Las personas con edades comprendidas entre los 40-54 años representan un 49% del total de pacientes que se someten a procedimientos de cirugía estética, según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. La popularidad de los procedimientos poco invasivos como los que incluyen agentes de enriquecimiento y de toxina botulínica (vendidos por la marca BOTOX®) continúa aumentando, con un 4% de crecimiento en 2013-2014.

La estigmatización de la cirugía estética ha disminuido en los últimos años y ya casi ni se considera una señal de debilidad hacerse algún retoque, dice David B. Sarwer, profesor de psicología y consultor del Centro de Apariencia Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania. La clave está en que los pacientes se sometan a procedimientos de cirugía estética por las debidas razones, dice Sarwer. Las personas deben estar motivadas internamente para hacer un cambio y no sentirse presionadas por la pareja o jefe. Deben preocuparse por un rasgo físico que es obvio para un observador ocasional y deben tener expectativas realistas sobre el nivel de cambio de su apariencia.

La felicidad sigue una trayectoria en forma de U a lo largo de la vida, según un estudio de investigación pionero de Oswald realizado en la década de los 90. Las personas entran en la edad adulta siendo unos jóvenes optimistas, por la parte superior izquierda de la U. Luego siguen hacia abajo cuando llegan a los 30 y 40 y alcanzan su punto más bajo cuando llegan a los 50 en EE. UU. «Es importante que las personas entiendan que sentir un bajón en la mediana edad es bastante normal», dice Oswald.

Puede resultar sorprendente la progresión ascendente que sigue a esta situación. Incluso en una cultura que valora la juventud, las personas son generalmente más felices en edades más avanzadas. Entre los adultos, los que tienen más de 65 años muestran de modo sistemático un nivel más elevado de felicidad, según el estudio social general de larga duración llevado a cabo por el NORD de la Universidad de Chicago.

Según los expertos, las personas de mayor edad tienden a apreciar las cosas simples de la vida, mientras que los jóvenes son propensos a buscar la emoción y se sienten decepcionados si no la encuentran. Aunque la salud suponga un problema para las personas de muy avanzada edad, los que están en los 50 aún tienen muchas cosas por las que sentirse ilusionados, dice Oswald.

En efecto, los que llegan a la mediana edad pueden sentirse tranquilos de que todo mejorará. Según Oswald, al rozar los 60 o los 70 todo va hacia arriba. «Aunque el cuerpo se vaya desgastando, la mente sigue galopando hacia el frente».