10 consejos para hacer la maleta (para hombres)

La mayoría de los hombres hacen la maleta el día antes del viaje y con las prisas, no la hacen de la manera más eficiente. ¿Quieres aprender unos trucos para hacer la maleta rápidamente y bien?

Probablemente sea un tópico decir que la mayoría de los hombres hace la maleta en el último minuto, pero seamos sinceros: es que es así.

La mayoría de tipos que conozco, mi padre y yo mismo incluidos, tiende a esperar al último momento y luego acaban corriendo presas del pánico mientras su pareja/cónyuge/hijos observan irritados como olvidan algún artículo esencial como los calcetines o el pasaporte, o ambos.

Con los años, he aprendido que pensar un poco sobre este tema y preparar antes la maleta ahorra un montón de líos y frustraciones tanto a ti como a quien te acompañe en el viaje.

Quizá algunos de estos consejos te puedan parecer razonables, si es así, estupendo: eres un macho evolucionado y un viajero avezado. Si no fuera así, toma nota primero y agradécemelo después.

Es la forma más sencilla de engañarte a ti mismo para que planifiques las cosas con antelación. Mete toda la ropa sucia en la lavadora al menos tres días antes del viaje y luego haz la maleta cogiendo la ropa del cajón donde la guardas ya limpia y doblada.

Así no te encuentras con que solo tienes 4 calzoncillos limpios la noche antes de viajar a París durante una semana. Además, así tendrías tiempo de planchar alguna prenda si fuera necesario.

Algunos hombres (aunque no todos) tienen metido en la cabeza que hacer la maleta es una especie de desafío para ver quien consigue meter la menor cantidad posible de ropa. Es absurdo.

Como poco, deberías meter un par de calcetines y unos calzoncillos de más, además de otra camisa o camiseta. ¿Por qué? Porque pueden ocurrir muchas cosas. Puede llover. Mancharte de vino. Tropezar bajando por una calle, yo que sé. Puedes verte sorprendido por todo tipo de infortunios, por lo que vale la pena estar bien preparado.

Hablando de zapatos, enrolla bien los calcetines y mételos dentro de los zapatos.

Meter ahí los calcetines (o cualquier otra cosa pequeña que no te vayas a comer después) no sólo ahorra espacio sino que además protegerá los zapatos para que no aparezcan deformados al sacarlos de la maleta. Sobre todo los zapatos de vestir, que se pueden doblar y arrugar durante el viaje.

Un jersey que sea cómodo para hacer turismo y a la vez elegante para ir a cenar. Unos zapatos que valgan para ir a una reunión de negocios y también para ir al bar con unos vaqueros y una camiseta.

¿Que vas de viaje a una boda y, aparte de la ceremonia, también tienes que acudir al ensayo de la cena y a un almuerzo familiar?

Pues mete en la maleta una americana con pantalones a juego, de forma que no tengas que llevar varios trajes o varias americanas con sus respectivos pantalones.

Si las doblas, se arrugan, pero si las enrollas, no. Es así de sencillo.

Y de ninguna manera se puede aceptar como tercera opción hacer un churro con la corbata y meterla en la maleta donde caiga. Enróllala bien y métela donde veas que puede ir mejor colocada.

Es muy posible que tengas más de 20 cargadores de teléfono de todo tipo metidos en diversos cajones de tu casa.

Tráete dos y asegúrate de que al menos uno de ellos esté en tu equipaje de mano.

Los cargadores de teléfono no te suplican que por favor los dejes en casa, y además ¿a que no te apetece incluir en tus vacaciones una visita a una tienda donde poder comprarlos?

Si viajas con varios cargadores para varios dispositivos, y casi seguro que éste es tu caso, mete todos los cables en una bolsita con cordón o en un pequeño neceser. Una buena organización significa una menor probabilidad de perder algo.

Las camisas de vestir, jerséis de punto (como los de cachemir), y las americanas o pantalones de vestir deben doblarse aprovechando todo el ancho de la maleta y ser las últimas de la maleta.

Esto reducirá las arrugas y, además, serán las primeras prendas que haya que sacar de la maleta al abrirla. (O lo que es lo mismo, que no te olvidarás de ellas hasta justo antes de la boda/cita/cena romántica, en cuyo caso lo que sacarías del fondo de la maleta sería una prenda deformada y arrugada).

Es un buen consejo, sobre todo si tu vuelo es por la mañana temprano. Prepara la cartera, pasaporte, llaves, ropa de viaje, y cualquier otro objeto personal importante, y asegúrate de que los documentos del viaje estén bien a mano.

Esto evita cualquier riesgo de olvidar o perder algo, y así poder llegar al día de la salida con más tranquilidad.

Además, te ahorrará tener que revolver toda la maleta a la mañana siguiente para sacar la sudadera que quieres llevar en el avión.

Un tubo suelto de pasta de dientes en la maleta casi siempre acabará manchando la ropa de pasta de dientes.

Cómprate un sencillo neceser (no son caros) y mete dentro todo lo necesario para tu aseo. (Una bolsa con cremallera también podría servir).

Compra desodorante, pasta de dientes, y lo que necesites para el viaje en lugar de utilizar lo que ya tienes en casa; es un gasto mínimo y te ahorra la frustración de tener que deshacer la maleta perfectamente ya hecha en la mañana de tu vuelo porque metiste el único bote de desodorante que tienes y ahora necesitas utilizarlo.

«Vivir con una maleta» puede ser una forma de vida para algunos viajeros, pero no debería tomarse al pie de la letra.

Saca de la maleta las camisas de vestir, americanas o trajes, o cualquier otra cosa que deba colgarse de una percha. Cuanto más tiempo permanezcan en la maleta, más arrugadas quedarán, y planchar no es divertido en vacaciones. Mete algunas de las prensas en cajones. Mete los zapatos en el armario.

Básicamente, actúa como un ser humano civilizado. Todo ello facilitará la labor de hacer la maleta para el viaje de vuelta. ¡Y ahora toca divertirse!