¿Hay vida después de los 25?
Página principal Estilo de vida

20 cosas que nunca pensamos que nos obsesionarían cuando nos acercamos a los treinta.

Hace pocos años te parecía estupendo cenar pizza todas las noches, vivir en un piso enano con cinco amigos y romper las pistas de baile hasta el amanecer. El tiempo vuela y te diriges con paso firme hacia tu tercera década.

De repente tienes veintimuchos y te encuentras a ti mismo un poco obsesionado con tipos opuestos de actividades y los viejos tiempos.

Aquí encontrarás 20 cosas que no sabía que me apasionarían hace unos pocos años.

1. Cocinar platos elaborados

Sabes que estás cerca de los treinta cuando la pasta ya no te parece una opción decente para cenar. Ahora ansiamos disfrutar de exquisitos sabores y optamos por cocinar algo de gourmet (y que valga la pena subirlo a Instagram) como Vieiras de Santiago y patatas asadas con nueces confitadas como guarnición.

Sí, se tarda muchísimo tiempo en elaborarlo, se requiere práctica y desperdiciar unos cuantos kilos de comida, ¡pero nos sentimos extremadamente orgullosos cuando leemos los comentarios debajo de la foto!

2. Verduras orgánicas locales

¡Los sábados llegan a gustarte más incluso que antes! Te levantas temprano y vas directamente al mercado agrícola para comprar verduras frescas y aromáticos manojos de ensaladas. Después te pasas la tarde picándolas y poniéndolas en fiambreras para hacer que dure más el sabor.

Siempre compras cosas de temporada e inspeccionas cada elemento con notable meticulosidad antes de meterlo en la cesta. Algunos vendedores ya se saben tu nombre e incluso te hacen pequeños descuentos, y hay una lista en tu nevera de todas las tiendas orgánicas de la zona con notas en las que pone dónde tienes que comprar tal o cual. También has tratado de cultivar algunas verduras y hierbas en el alféizar de tu ventana para tener los básicos todo el tiempo y ahorrar algo de dinero de tus tickets de comida.

3. Preocuparte por tu salud

No es que es te estés haciendo mayor, pero una preocupación extra sobre el bienestar que se ha convertido en un «tema». De repente eres consciente de todos los efectos negativos que tienen determinados alimentos, líquidos tóxicos en tu hogar e incluso bacterias dañinas que se esconden en los hospitales.

Conciertas citas regulares con el dentista y con médicos, e incluso una vez consultaste con un nutricionista y más tarde te pusiste la mar de contento cuando te diste cuenta de que tu seguro de salud también cubría la vista. Ahora eres consciente del valor que tiene trabajar en una empresa que ofrece los mejores seguros médicos.

4. Servicios de limpieza profesional

La verdad es que nunca te ha gustado limpiar. Vivir en una cueva reducida y saturada con envoltorios detrás del sofá no era un problema durante la época universitaria, pero completamente insoportable a los veintimuchos. Ahora, todos los fines de semana haces flexiones y sprints por la casa con una aspiradora. A veces sientes como que si alguien te regalara un servicio de limpieza profesional para todo un año, te casarías inmediatamente con esa persona.

5. Masajes

Una noche en el sofá de un amigo te deja con un terrible dolor de cuello. Lo mismo te pasa con la silla de la oficina, al pasar mucho tiempo conduciendo, con un mal colchón y muchas otras actividades. Parece que llegamos a los veintimuchos y todos nuestros dolores se han intensificado.

Una sesión de 60 minutos de masaje con aceites aromáticos por todo nuestro cuerpo ya no es un lujo, ¡es una auténtica necesidad!

6. Sentir preferencia por el vino

Atrás quedaron los días en que podías beber cualquier cosa que tuviera al menos un ligero sabor a uva. Una típica conversación con tu pareja en una bodega hoy en día es así:

«¿Por qué vamos a coger ese Riesling de Alsacia de nuevo? No creo que la añada de 2012 case bien con el pescado».

«Pero cariño, bebimos ese Bordeaux tinto seco el pasado fin de semana y no me gustó el regusto a nuez, ¿recuerdas?»

Os podéis pasar una buena media hora en el sitio examinando la carta de vinos y haciéndole preguntas al sommelier.

7. Irse a la cama antes de medianoche

¿Por qué iba a quedarse alguien cuerdo de fiesta hasta el amanecer y pegarse una juerga como un loco para tener que levantarse a las 6 de mañana, aún con resaca y completamente destrozado? Toda la gente guay como tú se va temprano a la cama.

Una «gran noche por ahí» ahora es más parecida a: cocinemos algo rico, bebamos una botella de buen vino y volvámonos locos probando un postre sofisticado.

8. Disfrutar de música de los 90

¿Aún recuerdas las letras de la mayoría de las canciones de 'N Sync, verdad? Lo cierto es que nadie se va a burlar de ti cuando lo menciones en público. En la mayoría de los casos, acabaréis haciendo una sesión de karaoke y llegar tan bajo que hasta cantáis «Hit Me Baby One More Time» de Britney Spears mientras pasáis el rato de vuestras vidas.

9. Nuevos electrodomésticos

Durante un segundo te sentirás algo avergonzado por estar tan emocionado por una increíble cafetera espresso que se limpia sola, pero se te pasa enseguida cuando ves la envidia que te tienen tus amigos.

Tu lista de regalos tiene ahora cosas increíbles que te morirías por tener, desde una tostadora para tacos hasta una máquina profesional para hacer pasta y así poder hacer tus propios espaguetis de ingredientes orgánicos.

10. Tener un asiento en un concierto

No importa lo mucho que te guste esa banda, no vas a ir a su espectáculo en directo si no quedan sitios para sentarse. Restregar los codos con fans en frente del escenario (y preguntarte en secreto si este tipo de delante te dará en la nariz o no) ya no te parece guay.

Tampoco te lo parece una entrada gratis para el concierto de Katy Perry... sin asiento.

11. Ropa de calidad

Ya no eres amigo de Forever 21 y H&M. En algún momento has comenzado a sentirte raro cuando entras. Además, estás cansado de tirar pilas de trajes enanos, camisetas pequeñas y jerseys encogidos.

Con veintimuchos ya nos gusta gastar más dinero en ropa solo si realmente vale el precio. Un par de chanclas de goma de diseño por 20 euros es una estafa, pero un buen par de mocasines de ante es una inversión inteligente.

12. Tener fines de semana «productivos»

Ya no hay más historias «épicas» que contar los lunes sobre borracheras, haber ido a 10 clubs uno tras otro y despertarte en otra ciudad. Esos días pertenecen al pasado y ahora te encanta contar historias sobre lo tremendamente productivo que has sido durante esos dos días llamados de descanso.

Has limpiado el piso entero, has cocinado para una fiesta de cinco personas (¡con tres platos!), has terminado de leer la biografía de Ernest Hemingway, has lavado el coche, cortado el césped e incluso has tenido tiempo de probar un nuevo peinado.

13. Fiestas de cena

Ya no existen ese tipo de fiestas en las que «tú traes tu comida, yo te cedo mi casa para pasarlo bien», sino banquetes inspirados en Martha Steward con servilletas que combinan, dos copas para agua y vino, al menos tres tipos distintos de tenedor, un ramo de flores frescas (que has hecho tú después de ver un vídeo de «hazlo tú mismo»), servilleteros y velas.

Incluso pensaste en pedir tarjetas para los nombres pero te pareció demasiado, ¿verdad?

14. Establecer una rutina mañanera sagrada

¡La mañana define tu humor para el resto del día! Puedes sacrificar esos 15 minutos extra de sueño por una serie de ejercicios de yoga y otros cinco minutos en una ducha caliente para reunir tus pensamientos.

Has abandonado el café por un vaso de agua caliente con limón, ahora cocinas ensaladas y batidos en vez de cereales y te preparas la ropa por la noche. ¡Todos estos procedimientos son sagrados y no te pueden privar de ninguno de ellos!

15. Documentales

¿Ves culebrones y reality shows? Bah, ¡nosotros ya pasamos esa época! Ahora preferimos aprender algo de verdad mientras que interactuamos con la tele u optamos por ver un bonito filme de autor para entretenernos.

16. Brunch

¿Creéis que a nuestra generación la llamarán la de los «brunchers»? Parece que todo lo que hacemos conlleva hacer un brunch. ¿Qué hacemos hoy? ¿Qué tal si hacemos un brunch en el café nuevo tan mono a la vuelta de la esquina? ¿No tienen brunch? ¡Este sitio no mola nada! No lo voy a etiquetar jamás en Instagram, aunque el café tiene buena pinta.

17. Espacio privado

Compartir ya no es vivir cuando se trata de tu «propio espacio». Te parece bien pagar un precio terrible de alquiler individual solo para no tener que justificar si te pasas una hora en el baño mientras escuchas a tu compañero de piso quejándose al otro lado de la puerta.

O tu gusto musical o tu derecho a no llevar pantalones por casa. ¡La libertad de hacer lo que quieras en tu espacio es casi abrumadora!

18. Hacerlo tú mismo

Cuando tienes veintimuchos, tu suscripción de YouTube está llena de canales «Háztelo tú mismo», desde cosas de uñas hasta tejer auténticas cestas de junco. Ni siquiera estoy mencionando la cantidad de fotos en la que has hecho «pin» en tu Pinterest secreto de «Háztelo tú mismo».

Durante el año pasado probablemente intentaste hacer todo tipo de cosas, desde aquella maceta para meter zapatos hasta una estufa de camping de madera.

19. Tratar a las mascotas como a niños

Porque sí, es completamente aceptable vestir a tus dos gatos con trajes de Papá Noel y enviar esa foto como postal a todos tus amigos y familiares. Tampoco hay nada raro en que parezca que siempre estás subiendo fotos con tu gato mientras hace cosas adorables o hablar durante horas sobre lo listo que es y los nuevos trucos que ha aprendido.

20. Decir la verdad

Ya no nos importa tanto si algo piensa que somos «maleducados» o «antipáticos» cuando damos nuestra opinión o le decimos a la gente lo que realmente pensamos. Estamos demasiado cansados de parecer que estamos «bien» cuando las cosas están mal y solamente podemos soltarle todo a nuestros amigos más cercanos sin sentirnos avergonzados.

También, a los veintimuchos, hemos llegado a darnos cuenta de que no podemos cambiar quienes somos o cambiar a las personas que nos rodean. Pero siempre podemos dejarlos marchar o deshacernos de cualquier relación tóxica que estropee nuestras vidas.

Por favor, describa el error
Cerrar