Las ruinas de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004
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La construcción de las instalaciones olímpicas en Grecia costó 15 millones de dólares. Esto es en lo que se han convertido 10 años más tarde.

Los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 supusieron un coste de casi 15.000 millones de dólares frente a su presupuesto inicial de 1.600 millones según el catedrático y economista Andrew Zimbalist, que escribió un libro sobre el coste real de acoger eventos deportivos de gran tamaño.

La mayoría de los sobrecostes recayeron sobre el gobierno griego, que construyó todos los costosos y muy específicos edificios necesarios para acoger unas olimpiadas: una villa, un centro de medios de comunicación, un estadio olímpico, un centro de slalom para canoas/kayaks, etc.

Cuando los atletas regresaron a casa a finales de agosto de 2004, los organizadores aprendieron una dura lección: Atenas no tiene ningún uso en absoluto para un centro de slalom de canoas/kayaks.

En medio de una crisis económica que ha visto cómo otras partes de la ciudad iban apagándose, muchos de los estadios de 2004 se han convertido desde entonces en edificios inservibles. Tal y como muestran estas fotografías de 2014, la Villa Olímpica está vacía, y las sedes de sóftbol, vóley playa y kayak han sido invadidas por la maleza.

Con Grecia incapaz de pagar sus deudas y el COI que ahora tiene problemas para encontrar países que quieran acoger unas olimpiadas, las de 2004 pueden verse como unas de las últimas olimpiadas de una época en la que las naciones democráticas veían los juegos como una inversión que merecía la pena.

El centro de vóley playa, donde las malas hierbas crecen en la arena.

Siete mil personas vieron a Misty May y Kerri Walsh ganar aquí el oro en 2004.

Las pistas de entrenamiento fuera del estadio también están cubiertas por maleza.

La Villa Olímpica, donde atletas como Michael Phelps vivieron durante los juegos, es un pueblo fantasma.

El plan original era convertir la villa en viviendas de protección oficial tras los juegos.

Miles de familias se inscribieron para poder mudarse.

Pero nada salió como debía.

Un colegio que las autoridades prometieron nunca se construyó y muchos negocios abandonaron la zona después de las olimpiadas.

En 2011, la mitad del complejo ya había sido abandonado.

Se robaron las tuberías de cobre y otras cosas de mucho menos valor.

La piscina se está desmoronando.

La entrada se ha bloqueado.

El estadio de sóftbol es un collage de maleza.

Un trabajador dijo a London Evening Standard en 2012 «No está abandonado. Simplemente es que nadie juega al sóftbol».

Esta frase resume el problema que presentan estos estadios.

El gobierno mantiene las sedes de los distintos deportes, pero no se les da ningún uso.

Nadie juega a deportes como el sóftbol o el béisbol en Grecia, y mucho menos paga por verlos.

La maleza también ha crecido descontrolada en el estadio de béisbol.

El «ojo del bateador», que ayudaba a los bateadores a ver la pista en 2004, ahora ondea en jirones con la brisa.

El centro de slalom de canoas/kayaks fue en su día una sede de primer nivel.

Fue la primera sede olímpica de la historia que se llenó con agua salada en lugar de agua dulce.

Ahora hay agua estancada en los alrededores de la sede.

Las gradas parecen ruinas.

El enorme marcador se usó tan solo dos semanas.

El centro de remo que está cerca todavía tiene algún uso, pero el marcador está destrozado.

Algunas sedes, como el estadio olímpico, siguen utilizándose. Pero otras no han visto ningún movimiento en 10 años.

Una piscina de entrenamiento del centro acuático se ha vaciado.

El campo de hockey ni siquiera se ha tocado.

Y el marcador sigue en blanco.

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