Cómo entrenar a su talento

Cada uno de nosotros tiene muchos talentos diferentes. Aprenda a explorar sus talentos personales para así alcanzar su máximo potencial. Pero, ¿cómo entender cuál es nuestro talento principal?

Alguien robó 90 millones de dólares de una empresa en la que yo estaba involucrado. Soy muy malo juzgando a la gente. Hay cosas que no puedo aprender. La gente me suele gustar demasiado. Por eso me resulta difícil juzgar a la gente, por mucho que lo intente. Por eso busco personas que sean buenas juzgando a la gente y les pido que me ayuden. No se obligue a aprender algo que no quiere o no es un talento natural. ¿Cuál es el papel del talento? Muy pequeño. Pero tiene que empezar por ahí. El talento es la semilla de la habilidad.

¿Cómo sabe si tiene talento? Si le encantaba algo cuando tenía diez años. Si sueña con ello. Si le gusta leer sobre ello. Lea lo que sigue y sabrá para qué tiene talento. Créame cuando digo: todo el mundo tiene talento para varias cosas. En los últimos 20 años he querido aprender a hacer algunas cosas realmente bien.

Escribir, programar, habilidades comerciales (liderazgo, ventas, negociación, toma de decisiones), comedia, juegos. Por eso he creado una técnica para aprender en diez pasos.

Si no puede empezar con un «me encanta», todo el mundo que sí lo haga ganará a los «me gusta» o «lo odio». Esta es una regla universal.

A los primeros humanos que atravesaron la tundra ártica de Siberia a Alaska a temperaturas de -60 grados tuvo que encantarles. El resto se quedó en la Sabana del Este Africano.

El primer día que escribí un programa informático de «Hola, Mundo» soñé con ordenadores. Me desperté a las 4 de la mañana para volver al «laboratorio informático» y crear programas todavía más grandes.

Cuando empecé a escribir todos los días, escribía todo el día. No podía parar. Lo único de lo que quería hablar con la gente era de diferentes autores. Cuando tenía 10 años escribía una columna de cotilleo sobre mi compañero de quinto curso. Leía todos los libros de Judy Blume. Leía todo lo que podía. Me encantaba. La mayoría de mis amigos se aburrían conmigo y pronto me quedé muy solo. Excepto cuando estaba escribiendo.

Bobby Fischer no era bueno jugando al ajedrez. Tenía talento, pero nadie le prestaba mucha atención. Por eso, alrededor de los 12 o 13 años desapareció durante un año. Lo logró después a los veintitantos años. Pero a los 13, cuando volvió a su actividad, fue de pronto el mejor jugador de ajedrez de Estados Unidos, ganó el campeonato estadounidense y se convirtió en el gran maestro más joven del mundo. ¿Cómo lo hizo? Apenas jugó durante el año que anduvo errante.

Pero hizo dos cosas:

Si quiere ser escritor, hombre de negocios o programador, tiene que escribir mucho, poner en marcha muchos negocios y programar muchos programas, valga la redundancia. Las cosas van mal. Esa es la razón por la que al principio la cantidad es más importante que la calidad. La curva del aprendizaje que todos recorremos no se construye con logros. Solo se construye con cantidad. Si ve algo mil veces, verá más que la persona que ve lo mismo solo diez veces. No olvide la regla esencial: el secreto de la felicidad no es «ser excelente», el secreto es «crecer». Solo con «intentarlo» llegará a su nivel natural. Pero el crecimiento se detendrá y no estará contento.

Si trato de aprender español solo no conseguiré nada. Pero cuando salgo (y además me caso) con alguien de Argentina, aprendo más español. Con el ajedrez, la escritura, la programación, los negocios, siempre busco a alguien mejor que yo, y establezco un tiempo todas las semanas para hacerle montones de preguntas, hago que me pongan deberes, busquen mis errores y me digan lo que está mal.

Para todo lo que le encante, búsquese un profesor y esto le hará aprender 10 veces más rápido. De hecho, todo lo que pongo en esta lista, le hace aprender 10 veces más rápido. Por eso, si hace todo lo que hay en esta lista, aprenderá 10 mil millones de veces más rápido que cualquier otra persona. Esa es la manera de llegar a ser excelente en algo.

Si quiere aprender a ser un excelente programador (no simplemente bueno para programar una aplicación sino lo bastante bueno para ser excelente, estudie lenguaje de programación. Estudie 1s y 0s. Estudie la historia de la Informática, aprenda a crear un sistema operativo y Fortran, Cobol, Pascal, Lisp, C, C++, hasta llegar a los lenguajes modernos de Python, etc.

Si quiere escribir mejor, lea buenos libros del siglo XIX. Lea a Hemingway, a Virginia Woolf y a The Beats, y las obras que han resistido el paso del tiempo. Han resistido el paso del tiempo frente a millones de libros por una razón: son las mejores del mundo. Después, estudie las reseñas actuales de estos libros para ver lo que ha pasado por alto. Esto es tan importante como la lectura inicial.

Si quiere estudiar economía, lea las biografías de Rockefeller, Carnegie, la primera Bolsa en Ámsterdam, el boom de los bonos basura, los años noventa, la crisis económica. Todas las Depresiones. Todos los negocios que han aparecido en cada depresión. Lea «Zero to One» de Peter Thiel.

Vea «Los Beneficios» en CNBC. Lea sobre Steve Jobs. Lea sobre la caída de Kodak en «El Fin del Poder». No lea libros de autoayuda para los negocios. No sirven para nada.

Está a punto de entrar en un campo increíble, el campo de la innovación que ha creado la sociedad moderna. No lea los libros mediocres que salieron el año pasado. Esfuércese por hacer más cosas y lea sobre las personas y los inventos que han convertido el mundo en lo que es actualmente. Lea que Henry Ford tuvo que crear tres empresas de coches para conseguir lo que quería y por qué el «tres» es su número más importante. Lea sobre la razón por la que la técnica de Ray Kroc para las franquicias creó la cadena de restaurantes más grande del mundo. Lea cómo Coca-Cola, sin hacer absolutamente nada, es la empresa de bebidas más grande del mundo. Escriba las cosas que aprenda de cada lectura.

Tony Robbins me contó que estaba aterrorizado en su primer trabajo importante como profesor. Tenía que enseñar a un grupo de marines a mejorar su puntería. «No había disparado un arma en mi vida», dijo. Había estudiado bastante con profesionales, pero después se inventó una técnica que tuvo como resultado las mejores puntuaciones de todas las clases de puntería anteriores. Puso el objetivo más cerca. Lo puso a un metro y medio de ellos. Todos dispararon a las dianas. Después fue moviéndolos poco a poco hasta que estuvo a la distancia establecida. Todavía estaban disparando a las dianas. Richard Branson sacó una revista antes de lanzar una aerolínea. Bill Gates escribió BASIC antes de que su equipo escribiera Windows.

EL James (y sí, la estoy incluyendo) escribió el fan fiction Crepúsculo antes de escribir «50 Sombras de Grey». Ernest Hemingway nunca pensó poder escribir una novela. Por eso, escribió docenas de relatos cortos. Los programadores escriben programas de «Hola, Mundo» antes de crear sus buscadores.

Muchos grandes maestros del ajedrez recomiendan que se estudie el fin de juego primero en el ajedrez (cuando quedan pocas piezas en el tablero) antes de estudiar las otras partes del juego. Esto le da confianza, enseña sutilezas, le da una mayor sensación de crecimiento y mejora, todos los pasos del camino al éxito.

El otro día lo tiré todo. Todo. Tiré todos mis libros (los doné). Tiré toda mi ropa. Tiré ordenadores viejos. Tiré platos que nunca había usado. Tiré sábanas para las que nunca tuve huéspedes. Tiré muebles (cuatro cajas de libros), la TV, papeles viejos. Todo. Quería hacer limpieza. Y lo hice.

Encontré una novela que escribí en 1991, hace 24 años. Era horrible. Por primera vez en esos 24 años, volví a leerla. Estudié lo que estaba mal (personaje inverosímil, argumento demasiado obvio, deus ex machina por todas partes).

Alguien me contó una historia sobre Amy Schumer, una de mis cómicas favoritas, quien graba todas sus actuaciones. Después vuelve a su habitación y estudia la actuación segundo a segundo. «Debería haberme parado otro cuarto de segundo aquí», podría decir. Quiere ser la mejor de la comedia. Estudia todas sus actuaciones. Cuando juego al ajedrez, si pierdo, sigo el juego en el ordenador. Observo cada jugada, lo que el ordenador sugiere que es mejor, pienso en lo que estaba pensando cuando hice esa mala jugada, etcétera. Un negocio en el que he invertido recientemente se ha ido a pique. Me ha dolido, pero tengo que observarlo y ver lo que ha ido mal. Dónde he cometido el error. En cada nivel, volvía y escribía lo que había ocurrido, dónde podría haber ayudado mejor y lo que había pasado por alto.

Si no se obsesiona con sus errores es porque no le gusta tanto ese ámbito como para mejorarlo. Se hace preguntas equivocadas: «¿Por qué no soy bueno?» En lugar de buenas preguntas: «¿En qué me he equivocado y cómo puedo mejorar?» Cuando se hace buenas preguntas con regularidad sobre su propio trabajo, se vuelve mejor que la gente que se rechaza a sí misma con preguntas equivocadas. Ejemplo: Odio verme tras aparecer en la TV. Nunca lo he hecho. Por eso, nunca voy a mejorar en eso.

Observe todas las situaciones literarias, artísticas y comerciales. La gente rara vez mejora como individuo. Mejora como grupo.

The Beats: Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William Burroughs y una docena más.

Los programadores: Steve Jobs, Bill Gates, Ted Leonsis, Paul Allen, Steve Wozniak y una docena más venían del Homebrew Club.

El «art scene» de los años cincuenta: Jasper Johns, De Kooning, Pollack, etc. vivieron todos en la misma calle en el centro de la ciudad de Nueva York.

YouTube, LinkedIn, Tesla, Palantir y, en cierta medida, Facebook, y otras docena de empresas llegaron de la llamada «PayPal mafia».

Todas estas personas se las podrían haber apañado por sí solas. Pero los humanos somos mamíferos tribales. Necesitamos trabajar en grupos para mejorar. Busque el mejor grupo, emplee mucho tiempo con ellos y pasará de ser una «escena» a convertirse en LA escena. Se retan los unos a los otros, compiten entre sí, les encanta el trabajo de los otros, se envidian entre sí y, por último, se superan los unos a los otros.

Lo que hace todos los días es más importante que lo que hace una vez de vez en cuando. Tenía una amiga que quería mejorar como pintora. Pero pensó que tenía que estar en París con las condiciones ideales. Nunca fue a París. Ahora está sentada en un cubículo bajo luces fluorescentes, rellenando papeles todo el día.

Escriba todos los días, conéctese todos los días, toque todos los días, viva de forma saludable todos los días. Mida su vida según el número de veces que hace las cosas. Cuando muera: ¿lo habrá hecho 2 veces? ¿O 500.000?

Finalmente, el estudiante aprueba el máster. El primer gestor de fondos de cobertura para el que trabajé ahora me odia. Creé mi propio fondo y el suyo se fue a pique. ¿Pero cómo? Después de todo lo anterior, busque su propia voz. Y cuando hable con esa voz, el mundo escuchará algo que nunca antes ha escuchado. Puede que sus antiguos profesores y amigos no quieran escuchar esa voz. Pero si sigue estando entre gente que le quiere y le respeta, esta alentará esa nueva voz. Un dicho reza, «No hay ideas nuevas». Pero las hay. Están todas las ideas del pasado combinadas con ese ser nuevo y hermoso que es usted.

Ahora le toca a usted enseñar, asesorar, crear, innovar, cambiar el mundo.