11 personas compartieron sus historias sobre cómo abandonaron su vida normal y comenzaron a hacer sus sueños realidad.
1. Jodi Ettenberg: exabogada corporativa, ahora bloggera de comida y viajes
Tras más de cinco años trabajando como abogada corporativa en Nueva York, Jodi Ettenberg, oriunda de Montreal, decidió hacer las maletas y viajar por todo el mundo durante un año comiendo comida típica de los lugares que visitaba. Pero los años fueron pasando y ahora lleva ya casi seis años viajando a lugares remotos. Ella bromea diciendo que «come sopa para ganarse la vida»... y no anda tan lejos de la realidad: su página, Legal Nomads (que empezó para mantener a su madre informada de sus viajes) contiene fotografías de comida de todo el mundo.
A pesar de que Legal Nomads no recibe ningún dinero (Jodi ha rechazado los enlaces y anuncios patrocinados), esta bloggera se gana la vida como escritora freelance, haciendo trabajo de consultoría en medios sociales y, más recientemente, alimentando a sus hambrientos lectores en sus visitas a Ho Chi Minh (antigua Saigón).
Cuando le preguntaron si planeaba volver a la «vida real», ella respondió que toma las cosas según van llegando.
«Estoy muy agradecida por la capacidad de haber podido construir un negocio en torno a la comida y los lugares que más me gustan; yo nunca renuncié a mi trabajo para "ser" escritora de viajes. Si esto no sale bien, volver a ser abogada no es lo peor que se me ocurre. ¡Pero es muchísimo menos divertido de lo que hago ahora!»
2. Liz Carlson: exprofesora de inglés, ahora escritora de viajes
Después de licenciarse y de enseñar inglés en España durante unos años, Liz se dio cuenta de que viajar era su pasión. A pesar de ello, terminó trasladándose a Washington, D.C. y con un trabajo de oficina sin salida intentando seguir el camino que creía que debía seguir. Pero no tardó mucho en darse cuenta de que las chaquetas y las reuniones trimestrales no eran lo suyo. El panorama de pasar todo el día en la oficina se estaba volviendo demasiado agobiante y notó cómo cada vez era más infeliz.
Sabía que tenía que hacer algo al respecto, así que lo hizo. Tras decidirse a dedicarse a la escritura, ahorró algo de dinero y dejó su trabajo para viajar y, desde entonces, no ha parado de hacerlo.
Desde acampar con los beduinos en el desierto de Jordania al parapente en Nueva Zelanda, ha abrazado por completo su nueva vida repleta de viajes, al tiempo que anima a otros que quisieran hacer lo mismo diciéndoles que sí es posible. Carlson dijo «Cualquiera puede hacerlo».
3. Ying Tey sintió una tremenda sensación de urgencia por empezar a vivir tras la muerte de su madre
Cuando Ying tenía 18 años, su madre murió. «La muerte es una gran maestra. Te recuerda, casi como burlándose de ti, que todos llegamos con fecha de caducidad» dice. Tras la muerte de su madre le quedó el dolor, pero un sentido de urgencia acompañaba a ese dolor. Una necesidad por empezar a vivir.
Con este sentimiento rondándole por la cabeza, no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que su tiempo de permanencia en el mundo no sería muy largo. Así que, tan solo tres meses después, hizo la maleta y se marchó. Durante este tiempo, los blogs de viajes eran escasos y los mochileros malayos aún más. Sesenta y seis países y dos pasaportes más tarde, ha parado un poco el ritmo para permitirse una temporada escribiendo para una agencia de publicidad en Singapur, pero aseguró que las llamas del espíritu viajero aún siguen vivas en ella.
«Están latentes mientras me concedo un poco de estabilidad durante los próximos meses. Tan pronto como mi cuenta bancaria vuelva a tener un aspecto saludable, volveré a dejarme llevar de nuevo por la llamada de la carretera. En resumidas cuentas, no soy más que una chica cualquiera de Malasia, pero tuve la oportunidad de viajar. Si yo he podido hacerlo, tú también puedes».
4. Yasmine Mustafa: tras 22 años en EE. UU. se convirtió en ciudadana legal y se marchó en sus propios términos
Yasmine Mustafa inmigró desde Kuwait con su familia durante la Operación Tormenta del Desierto cuando tenía 8 años. Quedó enredada en el sistema de inmigración, tuvo muchos trabajos irregulares cobrando en negro, comenzó una empresa de tecnología y, cuando finalmente se convirtió en ciudadana americana a los 31 años, reservó un viaje de seis meses por Sudamérica para experimentar la libertad de viajar y para descubrir quién era realmente sin su ordenador.
Viajó sola desde mayo hasta noviembre de 2013 y visitó Ecuador, Colombia, Argentina, Chile, Bolivia y Perú. Yasmine contó que su camino en la vida ha sido bastante restrictivo debido a circunstancia que escapaban a su control y que, por primera vez en su vida, tenía la oportunidad de alejarse y hacer exactamente lo que ella quería, es decir, viajar. Y esto es solo el principio...
5. Robert Schrader: víctima del apocalipsis económico estadounidense en una época, ahora se gana la vida viajando por el mundo
Hace algunos años, Robert se enfrentó a un dilema. «Quería viajar por el mundo» contó. «Pero no tenía los medios para hacerlo, ni económicamente ni en términos de confianza o conocimientos». Empezó a viajar en 2009, cuando huyó del apocalipsis económico de Estados Unidos rumbo a China. Cinco años y más de 50 países más tarde, se gana la vida con Leave Your Daily Hell (Sal de tu infierno diario), un blog de viajes que usa para inspirar, informar, entretener y proporcionar confianza a otros aspirantes a artistas del escapismo. Tras abandonar su «trabajo en el mundo real» hace más de tres años, se marcó el objetivo de inspirar a otras personas a hacer lo mismo que él.
Sin importar cuántos amigos o familiares mostraran escepticismo ante su gran plan (casi todos ellos lo hicieron), él se mantuvo firme en su decisión. Robert cree que la forma más segura para sacarle más partido a la vida es ser más consciente de lo que hay ahí fuera y ampliar nuestra definición de lo que es posible. Y ¿cuál es la forma más segura de hacerlo? Viajar.
6. Katie Aune dejó Chicago para viajar por las 15 ex repúblicas soviéticas
Insatisfecha con su trabajo y sintiéndose agotada tras una década en Chicago, Katie Aune contó que decidió dejar su trabajo en 2011 para viajar. Pasó 13 meses viajando sola por las 15 ex repúblicas soviéticas, un viaje que incluyó correr un maratón en Estonia, recorrer toda la longitud del Ferrocarril Transiberiano, acampar en el desierto de Turkmenistán y hacer voluntariado en Rusia, Armenia y Tayikistán.
Después de soportar desafiantes cruces fronterizos, decenas de retretes en el suelo, largos viajes en tren durante la noche y ataques ocasionales de soledad, volvió a casa siendo una mujer con más confianza, más fuerte, con una nueva perspectiva y con capacidad para apreciar las pequeñas cosas de la vida. Ahora, de vuelta en Chicago y trabajando a jornada completa, Katie escribe sobre viajes en sus ratos libres, soñando con su siguiente gran aventura.
7. Megan Smith empezó a viajar como terapia post-ruptura
Durante muchos años, Megan se sintió atrapada en una carrera laboral y en una vida de las que quería huir desesperadamente. Después de romper con su pareja, decidió trazar un plan. Trabajaría muy duro y ahorraría dinero durante un año para irse de viaje sola. Así que, en agosto de 2013, es justo lo que hizo.
Dejó su vida en stand-by y emprendió un viaje que la llevaría por Estados Unidos, Canadá, Europa, África, Oriente Medio y, pronto, América Central. Megan confesó
«Ha sido una experiencia increíble hasta la fecha, que me ha enseñado mucho sobre mí misma, sobre otras culturas, sobre el mundo y cómo encajo yo en él».
8. Kim Dinan vendió todas sus pertenencias y se marchó a viajar por el mundo junto a su marido
En 2009, Kim Dinan vivía en una gran ciudad, tenía una casa y un buen trabajo. Tenía una vida agradable. Pero ella sabía, en lo más hondo de su ser, que le faltaba algo. Siempre había soñado con viajar por el mundo. Durante un tiempo, cuando estaba en la universidad, su sueño era escribir para ganarse la vida. Pero, en algún punto a lo largo del camino, sus sueños quedaron en segundo plano.
Así que trazó un plan: durante los siguientes tres años Kim y su marido ahorraron cada penique y vendieron todas sus pertenencias. En mayo de 2012 ya estaban listos para irse a viajar por el mundo, con todas las pertenencias que les quedaban atadas a la espalda.
«Llegó un punto en el que me pregunté qué es lo que estábamos haciendo, si habíamos perdido completamente la cabeza» dice Kim. «Mi madre no paraba de rogarme que usáramos el dinero que habíamos ahorrado para comprar una casa más grande. Pero, claro está, eso no era lo que nosotros queríamos».
Hoy, Kim y su marido viajan por el mundo a tiempo completo y Kim ha convertido su pasión por la escritura en su trabajo. Desde que rechazaron su cubículo de oficina por una vida de viajes, han subido a las montañas más altas de Nepal y han bajado al cañón más profundo del mundo en Perú. Kim ha recorrido España a pie sola y ha conducido un rickshaw (vehículo ligero de dos ruedas) 3.000 kilómetros atravesando la India. Hoy día, vive la vida con la que antes solo podía soñar.
«La vida se ha convertido ahora en una aventura» dice. «He llegado realmente a creer que si podemos encontrar el valor para hacer las cosas que nos hacen sentir más vivos, no solo nos hacemos un favor a nosotros mismos, sino que también se lo hacemos al mundo».
9. Matt Kepnes, un tipo normal que se convirtió en viajero en serie
En 2005, Matt Kepnes fue a Tailandia con un amigo y, mientras se encontraba en la ciudad de Chiang Mai, conoció a cinco mochileros en un autobús. Escucharlos hablar sobre largos viajes inspiró a Matt para dejar su trabajo y viajar más.
Mientras hablaban de la locura que era cogerse tan solo dos semanas de vacaciones al año, Matt empezó a pensar en un auténtico cambio. Cuenta que se dio cuenta de que ellos estaban viviendo su sueño y pensó para sí mismo, «¿Y por qué no lo hago yo también?». Cuando volvió a casa, dejó su trabajo.
En julio de 2006 se embarcó en un viaje de un año de duración por todo el mundo. Eso fue hace ya siete años y medio y nunca ha echado la vista atrás. Viajar es lo que le hace feliz y ha encontrado la forma de hacer un trabajo de su estilo de vida. Ha estado ya en más de 70 países, ha tenido varios trabajos para poder pagarse sus viajes y ahora es capaz de ayudar a otras personas a aprender que viajar no es ni tan duro ni tan caro como se piensa.
«Recuerdo estar asustado y preocupado cuando planeaba mi viaje» dice. «Me pasaron por la cabeza todos los miedos del mundo, pero estar en la carretera me enseñó que lo más duro es tener el valor para salir por la puerta. El resto es un juego de niños. Cuando estás de viaje, las cosas se resuelven por sí mismas».
10. Jill Inman consiguió hacer sus sueños realidad
Hay un barco amarrado y seguro en el puerto, pero no es para eso para lo que se construyen los barcos. Este enunciado sirve como fuente de inspiración para la cabecera del blog de Jill Inman. Ella deseaba embarcarse en un viaje alrededor del mundo porque llevaba mucho tiempo soñando con ver el mundo de una forma con la que muchas personas solo sueñan. Así que un buen día, decidió convertir su sueño en realidad. Se fue y nunca miró atrás.
Desde entonces, ha visitado 64 países. Inman declaró «Mientras que los sellos de mi pasaporte y los salvapantallas de los 64 países que he visitado son los signos visibles de mis aventuras, las lecciones que he aprendido en los momentos duros y los recuerdos inolvidables de los mejores momentos son el verdadero motivo por el que sigo viajando».
Quiere animar a otros a hacer lo mismo que ella, pues cree que ver el mundo le permite poder adaptarse mejor a los acontecimientos inesperados que la vida trae consigo. «Ahora veo el mundo con mucha más curiosidad» comenta.
11. Kate Hall necesitaba un cambio en su vida
Kate Hall estaba al teléfono hablando con su novio y diciéndole que no tenían dinero para la cena de aquella noche y, al momento siguiente, se encontraba diciéndole que sentía que tenían que marcharse de Reino Unido porque se lo decía su corazón. Pensaba para sí misma, la vida no debería ser así de dura.
Si pasamos a cámara rápida dos años, veremos que Kate se ha curado de una depresión de 5 años, que se inició en el mundo del autoempleo y que ha viajado por el mundo. Ha recorrido el Barrio Rojo de Ámsterdam, pasó seis meses en Grecia, estuvo de fiesta bajo la Torre Eiffel y muy pronto se casará en Frankfurt, Alemania.