La fórmula de la felicidad

Lauren Brown, editora de la edición digital de Quartz, ha hablado sobre la felicidad después de ser diagnosticada de «cáncer de mama».

Nunca he creído en la felicidad. Como persona nerviosa, siempre he valorado más la tranquilidad. Pero el mes pasado, se me ocurrió que había topado con la felicidad, y esto es lo que aprendí al hacerlo: No se trata de finales felices o de cómo te trate la gente. La felicidad es un enfoque sin concesiones y calculado en relación a la vida.

Después de que me diagnosticaran un cáncer de mama temprano en 2014, tenía muchas razones para ser infeliz: la pérdida del pecho, mi pelo, posiblemente mi fertilidad, y lo que sentí que se había llevado un año de mi vida. Pero la enfermedad nos pone a todos en nuestro lugar. Solo existían dos estados: vivir o morir. Al enfrentarse a este último, vivir se vuelve una experiencia maravillosa, a pesar de las circunstancias.

La experiencia me enseñó que, a pesar de todas las circunstancias que no podemos controlar en la vida , la «felicidad» es algo que sí podemos controlar. La felicidad no es un sentimiento, sino una orientación. Es un enfoque activo hacia la vida, de millones de maneras diferentes, que insiste en ser constante a pesar de las malas circunstancias. Sin duda, este enfoque implica que gran parte del tiempo se finge la felicidad antes de sentirla. Pero eso es lo más importante.

Puede parecer raro tener una fórmula para sentirse bien. Pero no podemos controlar a otras personas o eventos, e incluso nuestras emociones y reacciones a vicisitudes de la vida son variables. Así que hay que ser disciplinado, estratégico y deliberado con lo que se puede controlar.

Elijo creer en el amor, a pesar de que, en ocasiones, he sentido rechazo y decepción. Decido que este martes será el mejor martes, a pesar de que el medicamento que tengo que tomar para evitar el cáncer me ha impedido dormir toda la noche durante casi seis meses. Trato de correr todos los días, ya que, independientemente de los beneficios para la salud, o las calorías quemadas, sé que me sentiré mejor solo por haberlo hecho.

Pero yo no soy inflexible, después de todo, lo único constante en la vida es que nunca es lo que se espera que sea, tanto en lo bueno como en lo malo. Tiene que tolerar esas imprevisibilidad al estar dispuesto a cambiar el rumbo de lo que piensa que desea o necesita.

A los 20, dediqué la mayor parte de mi energía social a las relaciones con hombres, que fueron más fugaces de lo que esperaba. A los 25, hice un esfuerzo para cultivar mejores relaciones con mujeres. Ahora estoy recibiendo la recompensa. Una multitud de personas nuevas e importantes han entrado en mi vida y, a menudo, la gente que esperaba que tuviera menos importancia ha adquirido un papel de gran significado. Incluso aunque nunca tenga pareja, creo que podría sentirme realizada el resto de mi vida amando a este increíble elenco de personajes a los que yo llamo mis amigos.Pero yo no soy inflexible, después de todo, lo único constante en la vida es que nunca es lo que se espera que sea, tanto en lo bueno como en lo malo. Tiene que tolerar esas imprevisibilidad al estar dispuesto a cambiar el rumbo de lo que piensa que desea o necesita.

A los 20, dediqué la mayor parte de mi energía social a las relaciones con hombres, que fueron más fugaces de lo que esperaba. A los 25, hice un esfuerzo para cultivar mejores relaciones con mujeres. Ahora estoy recibiendo la recompensa. Una multitud de personas nuevas e importantes han entrado en mi vida y, a menudo, la gente que esperaba que tuviera menos importancia ha adquirido un papel de gran significado. Incluso aunque nunca tenga pareja, creo que podría sentirme realizada el resto de mi vida amando a este increíble elenco de personajes a los que yo llamo mis amigos.

La búsqueda de la felicidad puede ser engañosa; es algo que puede apagar nuestra voz interior, nuestras motivaciones y la capacidad de verse a sí mismo como una persona distinta de nuestros padres y compañeros. Deje esto a un lado, poco a poco, para hacer lo que realmente le gusta.

Es muy fácil, sobre todo para las mujeres, dejarse llevar por las presiones sociales y lo que se supone que se debe hacer. La mayoría de las noches de los viernes voy al gimnasio o veo una película sola en vez de tener una cita o disfrutar de las copas en la happy hour. He aprendido a hacer balance de mis decisiones, tanto las grandes como las pequeñas, para asegurarme de que estoy haciendo exactamente lo que quiero. Es importante sentirse cómodo y seguro, aun cuando su elección no sea la más aceptada por todo, ya que esto influirá en su estado anímico a lo largo del día.

Se necesita un poco de tiempo para encontrar esa señal, la que le dice lo que realmente le importa. Pero esa una señal que merece la pena seguir.