7 cosas para sobrevivir a unas vacaciones en tu ciudad natal
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El hogar es donde está el corazón, así como todos los recuerdos de una niñez dolorosa.

Aunque puede que anheles ver a tu familia durante las vacaciones, no es ningún secreto que te marchaste de esa ciudad por una razón. Esa razón es un montón de basura que aprendiste a despreciar durante tu juventud.

Así que para por este redescubrimiento no deseado del lugar que te convirtió en lo que eres ahora, prueba estas actividades y espera que sea rápido.

Almuerza en el restaurante en el que te rompieron el corazón por primera vez

¿Te acuerdas de Denise? Lo harás. Justo cuando le des un bocado a ese sándwich de pollo una avalancha de recuerdos se abalanzará sobre ti. El baile de bienvenida. Caminando juntos a casa después del colegio. Todo era tan nuevo en aquel entonces, pero ahora todo es tan solo un sueño lejano que acabó aquí, en Hank's Sandwich Emporium en la Ruta 81.

Sal con el amigo al que dejaste de hablar hace seis meses

Claro, dejaste de hablar o preocuparte por ellos hace meses, pero una persona es una persona, ¿verdad? No importa lo mucho que pase el tiempo, siguen siendo tus amigos, ¿no? Por mucho que cambien, en el fondo es lo mismo, ¿no?

Comprueba si tu antiguo jefe de tu primer trabajo sigue trabajando en ese terrible negocio

Uno nunca olvida su primer trabajo, no importa cuánto te esfuerces. Deja que tu curiosidad se apodere de ti y da un paseo por tu primer trabajo. Comprueba si tu antiguo jefe sigue llevando bien la empresa, envejeciendo poco a poco a medida que su oficina empieza a parecer más un ataúd que un espacio de trabajo profesional, pero aún así sigue siendo impresionante.

Prueba tu plan de entrenamiento de secundaria

Emplea el tiempo libre que te han dado para volver a tu vieja rutina. Antes solías salir a correr 5 veces a la semana, ¿no? Eso es de locos. Debes haber sido un idiota si te gustaba tanto correr. Ahora eres un adulto inteligente regresa a casa del trabajo diciéndote a ti mismo «Tengo tanto éxito que no necesito cuidar mi salud cardiovascular».

Date un paseo con tu traje más elegante, con la esperanza de que alguien del colegio te vea

¿Quién es ese joven con estilo que nunca tuvo un peinado guay en el instituto? Eres tú, y ya que es de mala educación irrumpir en las casas de tus antiguos compañeros de clase y exigir que reconsideren su opinión sobre ti, vas a tener que conformarte con pavonearte por la ciudad con la esperanza de que te vean. Es posible que tus esperanzas se vean aplastadas cuando te vea uno de ellos y no se sienta impresionado por tu gran vida en la ciudad y tu vida en general no le parezca interesante.

Ve a tomar un trago a un bar al que nunca pudiste ir cuando vivías ahí

¡Ese lugar era un misterio! Era el bar. Dónde se sirve sexo y diversión en bandeja de plata solo a los mayores de 25 años. Ahora después de haber crecido, te das cuenta de que este bar está lleno de desperdicios la ciudad, y no hay nadie menor de 35 años bebiendo. El bar solo tiene una tele en la que ponen las noticias locales. Huele a humo, pero no se permite fumar en el interior. Por no hablar de que no tienen la cerveza que estás buscando.

Utiliza la mascota de la familia como una muleta emocional

Es posible que tu mascota no te recuerde tan bien como esperabas. En un día ya estarás hablándole en voz alta. El segundo día estarás acabando su parte de la conversación. El tercer día mantendrás una discusión que tu mismo empezarás, haciéndote pasar por el gato. El cuarto día te disculparás, pero nunca será lo mismo.

Fuente: Mashable

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