¿Cómo aprender a aprender más rápido?
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9 formas de aprender más rápido según han demostrado distintos estudios de investigación.

La habilidad de aprender es algo que los niños pueden y deben practicar si quieren luchar por cumplir todos esos grandes objetivos que sus padres han establecido para ellos. Pero algunas personas siguen estudiando - y pensando - de la misma manera toda su vida. Afortunadamente, las ciencias cognitivas han estudiado cómo las personas aprenden. Los resultados son sorprendentes y muy útiles.

1. Las habilidades son más fáciles de adquirir en partes separadas

Si quiere aprender a tocar la guitarra, no piense en hacerlo de una vez. Hay que establecerse un objetivo menor y más medible, como aprender algunos acordes fáciles y unirlos. Con el tiempo, la acumulación de esas habilidades se suman y se aprende a tocar la guitarra.

2. Los errores deben ser celebrados y estudiados

Ser perfecto está sobrevalorado. El objetivo de aprender es intentarlo, fallar y aprender la lección de lo que salió mal. En 2014, un estudio del aprendizaje motor reveló que el cerebro tiene más o menos reservado un espacio para los errores que cometemos y volvemos a esos recuerdos para hacerlo mejor la próxima vez. Si los padres enseñan a los niños a no cometer errores, o a huir de los mismos, los niños terminan perdiendo una gran cantidad de conocimientos.

3. Ser optimista

Estresar a los niños con lo negativo puede hacer que se estanquen en una rutina mental y que queden llenos de dudas y ansiedad, lo que resulta perjudicial para el aprendizaje. «La ansiedad impide la exploración de soluciones reales y patrones de pensamiento reales que traerán soluciones», dice la profesora de Harvard Business School Alison Wood Brooks. Décadas de investigación en el campo de la psicología positiva han demostrado que tendremos más éxito en lo que tratemos de hacer si lo abordamos con una mente abierta y pensando en las posibilidades de mejora.

4. Aprender con imágenes

Los niños se inclinan de forma natural hacia lo raro y absurdo, pero como la educación les obliga a pensar de forma fría, la diversión se puede esfumar. Los padres no deben permitir que esto suceda. El autor y excampeón de memoria estadounidense Joshua Foer memorizó una baraja completa de cartas en menos de dos minutos vinculando cada tarjeta a una imagen extraña. Los niños pueden hacer lo mismo con las tablas de multiplicar y los presidentes.

5. Practicar

En 2004, un estudio publicado en Nature reveló que hacer malabarismos produce más materia gris. Cuando la gente dejaba de hacer malabares, la materia gris desaparecía. No había nada especial en el malabarismo en sí, solo la repetición. Los neurocientíficos llaman a este proceso «poda». Se refiere a las nuevas vías que se crean repitiendo un acto una y otra vez, hasta que se quedan en el cerebro para siempre.

6. Conocer la velocidad lectora

La premisa es simple: si puede leer más rápido, puede aprender más rápido. Aunque se podría pensar que la velocidad lectura requiere mucho esfuerzo, programas como Spreeder cogen el ritmo poco a poco para que sea más manejable. Al entrenar el cerebro para procesar palabras de forma rápida, se acostumbra a leer cadenas enteras de palabras, en lugar de imaginar cada una de forma individual, lo que acelera el proceso.

7. Utilizar lo que se sabe para aprender lo que no se sabe

Si los niños se encuentran con un tema que tienen problemas para entender, los padres deben ayudar a comprender cómo se relaciona con algo que ya han aprendido. Esta práctica se denomina «aprendizaje asociativo». A un estudiante puede gustarle el fútbol, ​​pero puede tener dificultades con el cálculo diferencial. Si es capaz de ver las similitudes entre un pase en espiral y la pendiente de una curva, tendrá más probabilidad de comprender el concepto abstracto.

8. Buscar la solución en Google

Los niños deben aprender a lidiar con problemas difíciles, ya que esto les enseña disciplina. Pero existen estudios que demuestran que pasar demasiado tiempo tratando de resolver un problema empeora la situación.

En 2008, un grupo de investigadores reveló que los momentos en los que tenemos la solución en la punta de la lengua pueden inducir a un «estado de error», en el que la memoria del concepto o hecho es reemplazada por el recuerdo del momento en el que teníamos la solución en la punta de la lengua. Solución: si lo sabe pero no se acuerda, búsquelo en Google.

9. Enseñar a otros

Los científicos lo denominan «el efecto protegido». Cuando explica algo que ha aprendido con sus propias palabras, no solo demuestra el dominio de una idea, sino que está definiendo en mayor medida su comprensión de la misma.

Para dividir la información en pequeñas partes y que alguien lo pueda entender fácilmente, el profesor debe tener un buen dominio del tema en cuestión. Esta es la razón por la que los hermanos mayores suelen ser más inteligentes que sus hermanos menores, según indicó un estudio de 2007, ya que uno de los trabajos del hermano mayor es transmitir conocimientos a su hermano pequeño.

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