26 vestidos de boda tradicionales de diferentes lugares del mundo
Damir Sagolj/ Reuters
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Las novias de todos los continentes saben la importancia que tiene el vestido.

En muchos países, el vestido de la novia es una muestra de la tradición heredada por la pareja. El color, la forma y los detalles son diseñados conforme a las costumbres y creencias religiosas. En Turquía, la novia lleva un cinturón rojo, símbolo de virginidad, que propicia la buena fortuna; en Eritrea, la novia porta una corona de terciopelo de color oscuro y su vestido es morado y dorado. Por supuesto que no hay dos novias iguales, y cada tradición puede variar dependiendo de la región.

Veamos cómo se visten de boda en distintas partes del mundo:

Antes de que una novia turca salga de la casa de su padre para dirigirse a la ceremonia nupcial, un hermano o un tío rodea su cintura con un cinturón rojo como muestra de su virginidad. Su color representa la buena suerte, la sexualidad y la felicidad.

En una boda en Ribnovo, Bulgaria, las mujeres de la familia política de la novia le pintan la cara de blanco y se la adornan con lentejuelas de colores. La tradición data de varios siglos atrás y constituye uno de los momentos más significativos de una ceremonia que se prolonga durante dos días.

Las novias de Sri Lanka aúnan las tradiciones orientales y occidentales. Van ataviadas con saris cubiertos de bordados y con velos de estilo europeo. Sus alhajas tienen que constar de un número impar de gemas, ya que los números impares son considerados de buen augurio.

Siguiendo las normas judías del recato, Tzniut, la novia de la comunidad ultraortodoxa va vestida con un conjunto de talle suelto que la cubre por completo, exceptuando la cara y las manos. Normalmente, la falda holgada de encaje va rozando el suelo.

La novia tradicional de Tayikistán lleva un sencillo vestido blanco por encima de unos pantalones. En el transcurso de la ceremonia, que puede continuar durante días, va cambiando de vestido según corresponda.

Indonesia está formada por unas 8.000 islas habitadas, y la moda cambia de acuerdo a la región. La mayoría de las novias lucen colores vivos e intrincados encajes.

Tres días antes de unirse en matrimonio, a una mujer indonesia le suelen dibujar con _henna_ pájaros y flores en las uñas, las manos y los pies.

Los colores elegidos por las novias paquistaníes para el día de su boda son el rojo, el rosa y el morado de tonos intensos. Algunas parejas se cubren mutuamente con guirnaldas, en señal de amor y aceptación.

Dieciséis adornos, además de un sari del color rojo de la suerte o de una lehenga o falda larga, engalanan a la novia hindú de la cabeza a los pies. Esta costumbre tradicional, llamada Solah Shringar, incluye un polvo de color rojo intenso que se le aplica en la raya del pelo, pendientes brazalete y pulseras para los tobillos.

En Nubia, la novia va cubierta con tres velos: un velo de colores en la parte superior de la cabeza, otro velo transparente que le cubre la cara, y una gruesa tela blanca que le tapa toda la cabeza.

El atavío nupcial tradicional de Eritrea incluye una corona de terciopelo de colores oscuros y un vestido en tonos morados y dorados. La novia va vestida acorde con su futuro esposo.

El traje típico de Tuvá refleja su forma de vida nómada. Las prendas son apropiadas para montar a caballo y destacan por sus colores vivos y por la gran riqueza de detalles.

La novia Chaiganmaa Ondar y su marido, Sean Quirk, oriundos de Milwaukee, Wisconsin, brindan con champán durante su boda celebrada en Tuvá, Rusia.

El día anterior a una boda tibetana, el novio entrega a su futura esposa el traje de novia y diversas joyas, que pueden consistir en un tocado, piezas de plata para adornar sus trenzas, o un amuleto conteniendo una pequeña estatua de Buda en metal.

Aunque la novia palestina luce un imponente vestido blanco el día de su boda, el vestido de henna que lleva puesto el día anterior ocupa un lugar especial en su corazón. Su color es elegido especialmente para la novia, y su madre se lo borda a mano.

En las tierras altas que se encuentran más arriba de Lima, en Perú, las novias tradicionales causan sensación con sus faldas de color rojo y negro, ensanchadas por enaguas de varias capas de algodón con profusión de bordados.

Las modas occidentales han calado en Jordania, donde las novias llevan vestidos de boda blancos tradicionales y joyas de oro o de plata. Frecuentemente, se adornan la cabeza con una tela de seda verde, cuyo color simboliza prosperidad, armonía y seguridad.

En Mali, la túnica cerrada de la novia, denominada caftán, es del mismo color que el dashiki del novio. Aunque el blanco es el color más comúnmente utilizado, algunas ceremonias nupciales optan por el lila o el morado, los colores de la realeza africana.

El traje tradicional coreano, llamado hanbok, forma parte de la vestimenta nupcial desde hace miles de años. Se compone de una chaqueta de manga larga y una falda de tiro alto, confeccionada con tela blanca de algodón o de seda.

Un kimono blanco como la nieve envuelve a las novias tradicionales en Japón. Un tocado de seda del mismo color, llamado tsunokakushi, oculta sus «cuernos de los celos» y señala su intención de convertirse en una esposa obediente.

La novia marroquí ofrece un espectáculo inusual cambiando tres veces su atuendo. Para el banquete, sustituye su caftán o túnica por un traje típico de la región de donde procede su familia.

Una novia nigeriana se exhibe llevando una blusa de encaje de colores vivos y un caftán estampado, cuyas telas suelen ser importadas de la India. Un collar de coral y un tocado complementan su aspecto final.

En Chechenia, donde se aplican estrictas normas que regulan la vestimenta, con especial énfasis en la modestia, las novias llevan un vestido blanco que las cubre de la cabeza a los pies. Unos cierres metálicos adornan su busto y un cinturón de plata —una reliquia familiar que pasa la madre a la hija— le rodea la cintura.

La novia tradicional iraquí seguramente tiene el récord en número de cambios de atavío. Cada uno de sus siete vestidos es de un color del arco iris. El rojo representa el amor y lo romántico.

La creencia de que la novia ha de llevar «algo azul» es reemplazada en Italia por la de llevar un vestido o un adorno de color verde, ya que es considerado el color que trae suerte y fertilidad. Sin embargo, la mayoría de las novias siguen siendo fieles al vestido blanco tradicional.

Adrian Mutu, antiguo jugador de fútbol del equipo italiano Hellas Verona, y su novia, Alexandra, pasan por debajo de las flores durante su boda en Bucarest, Rumanía.

Las novias americanas no siempre han ido de blanco. A lo largo del siglo XIX, las mujeres llevaban el que consideraban su mejor vestido, debido a que la tela blanca era imposible de lavar a mano y estaba únicamente al alcance de las personas adineradas.

La reina Victoria rompió el statu quo en su boda en 1840, donde fue ataviada con un vestido de satén de seda blanca con encajes. Las revistas femeninas alabaron su estilo puro y sencillo y, hoy en día, es el color predilecto de las novias en todo el mundo.

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