Cuando intenta ser más productivo, no lo consigue simplemente con fuerza de voluntad. Con el fin de alcanzar la máxima productividad, tiene que tener un plan. En este artículo aprenderá un plan fácil de seguir que le permitirá mejorar su productividad.
La productividad no se mejora solo con trucos relacionados con el correo electrónico o ingeniosas estrategias de gestión. Estas cosas son importantes, pero lo es aún más el intentar aprovechar la energía y el tiempo para hacer más trabajo y con más calidad.
Si sigue este plan, será más productivo. Es así de sencillo. Estos son los cinco pasos del proceso.
1. Determinar la parte óptima del día para trabajar
El primer paso para descubrir el mejor momento es hacer un autoanálisis. En este paso, su objetivo no es establecer un horario estricto, sino encontrar la parte más amplia del día en la que será más productivo.
Estas son dos preguntas que le guiarán a la hora de realizar este descubrimiento.
¿En qué momento del día tengo más energía y concentración?
¿Cuándo se siente más vivo, lleno de energía, creativo, optimista y entusiasta? Para mí, este momento es por la mañana. Para mi esposa, es por la noche. Nuestros horarios de trabajo se mezclan, lo que nos permite compartir las tareas del hogar y el cuidado de los niños, a la vez que mantenemos un alto nivel de productividad. Descubre cuando es su mejor momento: por la mañana, tarde, noche, etc.
¿Cuándo tengo menos interrupciones y distracciones?
Parte de la productividad es ser capaz de excluir las distracciones que impiden concentrarse. Ahora que sabe cuando tiene más energía, es importante determinar cuándo le llegan las principales distracciones. Estos son los momentos en los que debe evitar la programación de un período productivo.
2. Identificar uno, dos, o tres períodos de 90 minutos para trabajar de forma concentrada
Ahora que ha determinado las fases en las que más energía tiene, es el momento de programar entre uno y tres períodos de 90 minutos. Estas sesiones de 90 minutos deben suponerle una explosión de productividad.
¿Por qué 90 minutos? Los estudios de investigación sobre ciclos de trabajo han demostrado que la mayoría de las personas trabajan mejor en ciclos de 90 minutos, seguidos de un descanso.
Este principio se basa en los ritmos ultradianos de nuestro cuerpo, y es inútil luchar contra ellos, incluso con estimulantes artificiales como la cafeína y la ingesta de azúcar. Como Drake Bauer escribió en la revista Fast Company, «El ciclo de 90 minutos funciona».
Obviamente, no es necesario establecer un temporizador (a menos que eso le ayude). En su lugar, utilice el período de 90 minutos como una aproximación para medir su rendimiento energético.
¿Qué pasa entre cada ciclo? Eso depende de usted y de su situación particular. Lo que no debe hacer es trabajar como lo ha hecho durante los últimos 90 minutos, sino tomarse un buen descanso, levantarse y estirar las piernas.
Casi todas las mañanas, me programo dos ciclos de 90 minutos, seguidos de un descanso de entre tres horas y media o cuatro horas. Después, termino mi jornada laboral por la tarde con un ciclo final de 90 minutos.
3. Hacer el trabajo correcto en el momento correcto
No todo el trabajo es igual. Diferentes tipos de trabajo requieren diferentes niveles de energía. Algunos trabajos pueden ser mentalmente agotadores, mientras que otros pueden darle más energía y emoción.
Debe hacer las tareas más exigentes durante los momentos de más energía, y distribuir las tareas menos exigentes entre los momentos de menos fuerza mental.
Puede parecer contrario a la intuición el hacer las tareas más difíciles primero. ¿No le dejará esto perdido el resto del día?
La respuesta es no. Tal y como explica Brian Tracy en Eat that Frog, terminar grandes tareas en la primera parte del día es algo estimulante.
La sensación de realización y éxito envía señales a los centros de recompensa psicológicos de nuestro cerebro, que alimentan aún más el trabajo productivo. En lugar de dejarnos sin energía, completar grandes tareas tiene el poder de motivarnos.
4. Hacer pausas estratégicas
Tiene que vivir su vida, y hay que considerar ese factor a la hora de descubrir su periodo productivo. Puede que tenga que cuidar a niños, asistir a reuniones, comer o echarse una siesta. ¿Cómo se tienen que tener en cuenta estas pausas para que no afecten a su mejor momento del día para trabajar?
Como se explicó anteriormente, se trabaja mejor en ciclos de 90 minutos. No debería intentar trabajar de forma productiva ininterrumpidamente. En vez de esto, debería incorporar las pausas en los momentos más adecuados.
La pausa más grande y más agradable que realizo tiene que ver con la hora de la comida. Llego a casa con mi familia, disfruto de la comida, juego con los niños, y hago algunas tareas domésticas. Esto puede parecer contraproducente para aquellos fieles al horario de nueve a cinco, pero a mí me funciona.
Cuando vuelvo de mi pausa de tres horas, estoy lleno de energía, soy creativo, y me siento preparado para afrontar otro periodo de 90 minutos para terminar el día.
Cuando analice su jornada, busque los momentos en los que tiene menos distracciones y en los que tenga más energía. Haga hueco para las pausas y disfrute de ellas. Utilícelas para mejorar su productividad, no para que la limiten.
5. Ser creativo con el horario
Hay una limitación universal con la que todos trabajamos: el día tiene veinticuatro horas. Dentro estas horas tenemos que encontrar los periodos en los que somos más productivos. Si descubre que el horario tradicional de nueve a cinco es su periodo productivo, que así sea. Sin embargo, hay muchas horas más allá de este periodo de tiempo convencional en las que podría ser más productivo. Tiene que enfrentarse a sus limitaciones para descubrir su mejor momento.
Para lograrlo, tiene que ir más allá de sus limitaciones.
Todos nos enfrentamos a otras limitaciones que requieren soluciones creativas. Cuando Nelson Mandela fue encarcelado en una prisión de Sudáfrica, escribía sus memorias durante la noche y dormía durante el día. Era muy productivo en este proyecto secreto, y escribía mucho en periodos de tiempo muy cortos.
Algunas personas muy productivas duermen hasta tarde, holgazanean durante la primera mitad del día, y empiezan a ser productivas a alrededor de las 20 horas. Desde las 21 horas a las 2 de la mañana alcanzan su periodo más productivo y realizan una enorme cantidad de trabajo. ¿Qué le funciona mejor a usted? Sea creativo.
Conclusión
Tiene que ser libre para divertirse. Es demasiado fácil convertirse en un esclavo de la productividad, y olvidarse de la libertad y de la diversión. La productividad es una estrategia que le permite disfrutar de la vida, y no sentirse dominado por los horarios y tareas.
La única forma de disfrutar de la vida productiva es conseguir ser muy productivo y divertirse, y llevar a cabo estas dos cosas con pasión.