Muchos de nosotros tenemos la costumbre de llegar tarde a los sitios, aunque esto suponga tener que hacer esperar a la gente. Aprende a acabar con este desagradable hábito.
Llegar a tiempo es un hábito que proporciona dos cosas muy importantes – acaba con el estrés y al mismo tiempo mejora las relaciones.
Entonces ¿por qué siempre llegamos tarde y hacemos a la gente esperar?
Tiene algo que ver con el hecho de que tenemos demasiados compromisos y estamos más ocupados que nunca.
Sin embargo, otra razón que puede esconderse detrás de nuestra tardanza es que simplemente no nos damos el tiempo suficiente.
Al planificar nuestro viaje al trabajo o cuánto tiempo tardaremos en realizar una actividad, siempre solemos pensar en el mejor escenario posible. Puesto que tardamos 20 minutos desde que nos levantamos hasta que salimos por la puerta, eso es lo que tenemos en cuenta a la hora de poner la alarma de nuestro despertador. Como la última vez llegaste al restaurante en 10 minutos, ese es el tiempo que esperas tardar la próxima vez que vayas. Queremos que las cosas tarden un tiempo determinado en suceder, y ese es precisamente el tiempo que asignamos a cada tarea.
A veces esta táctica funciona a la perfección y entonces todo va genial. Todas las cosas que tenemos que hacer durante el día encajan como un engranaje perfecto.
Pero a veces, las cosas no son así.
Hay un atasco inesperado o simplemente tardas demasiado en elegir la ropa que te vas a poner. Nuestro hijo tiene que hacer una última parada en el baño antes de salir. No encontramos un aparcamiento o nos hemos equivocado de calle. No hemos tenido en cuenta el rato que vamos a tardar en llegar desde el aparcamiento hasta el restaurante. O cualquier otro acontecimiento inesperado.
Esa es la razón por la que Greg McKeown, autor del best-seller del New York Times «Essentialism» (Esencialismo), recomienda añadir un tiempo extra del 50% al tiempo que creemos que vamos a tardar en hacer algo. Esto puede parecer demasiado cauteloso, pero McKeown nos recuerda que pensemos en cuántas veces tardamos en hacer las cosas la mitad más de lo que esperábamos en un principio. Así que si calculas que tardarás 20 minutos en llegar a tu reunión de negocios o a la clase de piano de tu hija, sal de casa con 30 minutos de antelación. Tal y como dice McKeown:
«Esto no solo alivia el estrés que sentimos por llegar tarde (imagínate lo poco estresado que te sentirías si estuvieras en un atasco y sabes que no llegas tarde), sino que si resulta que lo que teníamos que hacer lo acabamos más rápidamente de lo que esperábamos (aunque no suele suceder), este tiempo extra será como un regalo».
Mejor aún, a día de hoy nuestros dispositivos móviles nos permiten pasar el tiempo de forma productiva - revisa tu correo electrónico con el tiempo extra, haz una llamada de teléfono o lee ese artículo que querías acabar de leer. El hecho de llegar temprano no tiene por qué implicar una pérdida de tiempo.
Se ha demostrado que reducir el estrés favorece un sistema inmunológico fortalecido, una mejor salud cardiovascular, menos depresión y una vida más agradable en general. Por lo tanto, elimina una fuente innecesaria de estrés de tu vida comprometiéndote a llegar a tiempo.
Otra razón por la que la gente suele llegar tarde es porque simplemente no priorizan la puntualidad. Una cita no nos parece lo suficientemente importante como para presentarnos a tiempo. A veces pensamos que no importa tanto.
Pero pensar de esta forma es un error.
Si nos hemos comprometido con una actividad, debemos mostrar respeto por llegar a la hora acordada (de lo contrario no debemos comprometernos). Incluso cuando vamos a hacer actividades que no consideramos «importantes», aún así llegar tarde nos hace sentir culpables y estresados, por no hablar de la falta de respeto hacia las personas con las que hemos quedado. Esto implica que nuestro tiempo es más importante que el de ellos, lo que perjudica nuestra reputación y relaciones.
Así que deja de intentar responder los correos electrónicos justo antes de salir de casa. Súbete al coche un rato antes. No llegues a la situación de tener que poner excusas por haber llegado tarde.
En su lugar, sé conocido como alguien que siempre llega a su hora. Y ve cómo tu vida cambia.