Cómo oponerte a tu superior
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5 consejos para los que quieren decirle a su jefe que está equivocado.

Seamos realistas, estar en desacuerdo con alguien abiertamente de una forma constructiva y no condescendiente puede ser difícil. Pero, ¿qué pasa cuando ese alguien es tu jefe? Las cosas se ponen ponen mucho más difíciles.

No estás de acuerdo en algo con tu jefe y estás tan seguro sobre tu opinión que necesitas expresarla, junto con tus preocupaciones. Sin embargo, te gustaría hacerlo de una forma que no te haga parecer un sabelotodo y que en cierto modo haga a tu jefe pensar que estás poniendo en duda su autoridad - lo que podría dar lugar a tu despido inmediato.

Esto parece un verdadero enigma, ¿verdad? No voy a negar que, para estar en desacuerdo con alguien, sobre todo con una persona que esté por encima de ti en la jerarquía de la oficina, es necesario tener mucho tacto. Sin embargo, no es imposible. Esto es lo que necesitas saber para mostrarte en desacuerdo con tu jefe sin perder tu trabajo.

1. Considera cuidadosamente el momento y el lugar

A veces no solo se trata de lo que dices, sino de cuándo y dónde lo dices. Por lo tanto, esto es algo en lo que hay que pensar antes de lanzarse a este tipo de conversación.

¿Estás en una reunión de equipo donde todo el mundo está compartiendo sugerencias e ideas con el jefe? Esta podría ser una oportunidad perfecta para hablar sin que parezcas agresivo, condescendiente o acusatorio. ¿Se sentiría tu jefe incómodo con tu opinión delante de todo el grupo? Entonces es mejor que lo hagas por separado, en una reunión cara a cara.

Cuándo y dónde decidas compartir tu opinión puede parecer algo poco importante. Sin embargo, esto puede marcar la diferencia y hacer que tu jefe reaccione de una forma u otra.

2. Empieza de forma positiva

Cuando hay que dirigirse a alguien con autoridad que posiblemente no aprecie tu valor a la hora de expresar tus opiniones, hay que andarse con cuidado.

Por esta razón es importante empezar a mostrar tu desacuerdo señalando algo positivo. Puede ser una parte de una idea que te ha gustado o de un proceso que ya está funcionando bastante bien.

Siempre es de ayuda acompañar tu desacuerdo con algún tipo de cumplido. Por supuesto, esto te puede hacer parecer un poco pelota. Sin embargo, es mucho mejor que dirigirte directamente a tu jefe y gritarle: «¡Esta es la peor idea que he oído en toda mi vida!». Eso es algo que no funciona, créeme.

3. Haz preguntas

Tu jefe es el responsable, de modo que probablemente no se lo tomará muy bien si le haces pensar que crees que tú deberías ser el encargado. ¿Cómo puedes evitar esto? Hacer preguntas a tu jefe es una forma fantástica de dejar claro que tu objetivo es entablar una discusión colaborativa, y no echarle la culpa a nadie o hacer peticiones sin razón alguna.

Por ejemplo, podrías decir algo como: «Me gusta mucho tu idea de celebrar reuniones semanales de equipo para asegurarnos de que todos estamos centrados en lo mismo. Sin embargo, creo que tener estas reuniones los miércoles sería mejor que los lunes. ¿Qué opinas».

Esto invita explícitamente a tu supervisor a compartir sus ideas y sentimientos contigo en una conversación amigable y en la que se pueden compartir ideas. Las preguntas son esenciales para hacer que tu opinión parezca más una sugerencia o petición en lugar de una obligación. Y, si bien puede parecer algo vago, este enfoque es eficaz cuando hay que tratar con los superiores.

4. Céntrate en los resultados

A cualquier buen jefe le preocupa más el éxito de la empresa que su propio ego. Sí, por desgracia, hay jefes que no son así. Pero, esperemos que tu jefe sea uno de ellos.

Por lo tanto, si consigues describir adecuadamente los resultados positivos de tu opinión o idea, estarás un paso más cerca de conseguir que tu supervisor acepte tu idea. Este es un ejemplo de las frases que puedes utilizar.

«Me gusta mucho tu idea de celebrar reuniones semanales de equipo para asegurarnos de que todos estamos centrados en lo mismo. Sin embargo, creo que tener estas reuniones los miércoles sería mejor que los lunes. ¿Qué opinas».

¿Puedes apreciar lo bien que suena? Ilustra que simplemente estás intentando sugerir un cambio positivo para tu oficina y compañeros de trabajo, y no atacar la autoridad o inteligencia de tu jefe.

5. Respeta la decisión final

Al final, es tu jefe quien tiene la última palabra. Si él o ella no tiene en cuenta tu opinión y sigue con el plan con el que no estás de acuerdo, pues bueno, lo único que puedes hacer es respetar su decisión.

Resulta fácil sentir que debes seguir luchando para conseguir convencer a tu jefe de que tu idea es buena. Sin embargo, esto es una actitud que no te servirá de nada. De hecho, es posible que acabes siendo despedido. Así que, incluso si las cosas no salen bien a largo plazo, debes saber cuándo es el momento de respetar la decisión de tu jefe y seguir adelante.

Sentir la necesidad de hablar y estar en desacuerdo con tu jefe es suficiente para hacer que sientas pánico. Sin embargo, no tiene por qué ser tan audaz y descarado como piensas. Sigue estos consejos y así te asegurarás de presentar tu opinión de una forma a la vez amable y convincente, y además, no serás despedido.

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