Si la pereza está interfiriendo en tu productividad, o está haciendo que olvides tus responsabilidades, poniendo en peligro tu éxito futuro, debes aprender a superarla. Para ello te presentamos 12 fáciles consejos.
Ser sumamente productivo no es un talento natural para todo el mundo. Algunos de nosotros poseemos una fuerte ética de trabajo, mientras que a otros nos encanta estar un rato sin hacer nada. Pero siempre parece que encontramos tiempo para las cosas que queremos hacer.
Por otra parte, la pereza aparece por razones muy específicas. Quizás no sabemos cómo hacer la tarea, quizás nos sentimos abrumados por todo lo que tenemos que hacer. O quizás estamos simplemente asustados, y nuestra forma de pensar necesita algunos cambios.
Cualquiera que sea la causa, si la pereza está interfiriendo con tu productividad, si está haciendo que no respondas a tus responsabilidades, o si te va a costar el éxito, debes aprender a vencerla.
Aquí te ofrecemos 12 maneras de superar la pereza para que comiences a ser más productivo:
1. Asegúrate de no sentirte agobiado
A veces nos bloqueamos cuando nos abruma todo lo que tenemos que hacer – nos quedamos paralizados y no hacemos nada en absoluto. ¿Tienes expectativas realistas sobre cuánto eres realmente capaz de llevar a cabo? Si tienes demasiadas cosas entre manos y ninguna idea sobre cómo vas a hacerlo todo, puede ser que no seas perezoso, sino que estés agobiado.
2. Comprueba tu motivación
Del mismo modo, si no estás motivado, es muy fácil caer en lo que parece ser pereza. Para ser productivos, tenemos que estar motivados. Si es difícil para ti seguir conectado a lo que te motiva, haz una lista que puedas consultar cuando necesites un empujoncito.
3. Mira a tu alrededor
Tu entorno y las personas que te rodean son importantes. ¿Te encuentras en un espacio que hace que sea fácil mantenerse organizado y productivo? ¿La gente a tu alrededor pasa más tiempo quejándose que siguiendo sus pasiones? Si te rodeas de personas que aman lo que hacen, son creativas y están motivadas, su entusiasmo te contagiará. Asegúrate también de que tu espacio te da todo lo que necesitas para trabajar bien.
4. Valora tu tiempo
Aprovecha al máximo el tiempo que pasas trabajando. Mira tu lista de tareas y prioriza – puedes hacerlo en tu cabeza, en un papel o en una agenda de ordenador o teléfono. El hecho de saber dónde te encuentras hace que sea más difícil que te sorprendan los plazos de entrega, y más fácil trabajar de forma productiva, aunque sea en periodos breves.
5. Replantéate tu forma de pensar
Si tienes la mentalidad de que el trabajo es malo y el juego es bueno – algo que muchos de nosotros mantenemos de los días de colegio – cualquier tipo de trabajo que tengamos que hacer parecerá un castigo. Recuerda las cosas positivas que tiene el trabajo, tales como el propósito mayor de tu organización, o simplemente la sensación de haber llevado a cabo algo significativo.
6. La fuente del valor
Es fácil llegar a ser perezoso si no ves el valor de lo que tienes que hacer. Prueba esto: cuando hagas una lista de tareas pendientes, incluye los beneficios de cada tarea. Cuando te centras en los beneficios y objetivos, la productividad se vuelve mucho más gratificante. Aprende el valor de cada tarea y luego trabaja para lograrlo.
7. Busca hábitos nuevos
Si normalmente dejas las tareas más complejas o difíciles para el final, cambia eso y comienza a hacer esas tareas primero. Escoge una o dos cosas en las que concentrarte y dedícate totalmente a estas tareas. No quieras abarcar más de la cuenta. Recuerda que tienes que trabajar para alcanzar tu meta; no va a suceder de inmediato.
8. Evalúa los cambios
Mantener nuevos hábitos en su lugar es notoriamente difícil. Una técnica efectiva para hacer cambios en tu nivel de productividad es el seguimiento de resultados. Si puedes ver que responsabilizarte a ti mismo te está ayudando a alcanzar tus objetivos, será más fácil seguir haciéndolo.
9. Comparte tus metas
Si estás trabajando con miras a un ascenso o un nuevo trabajo, o te estás preparando para correr una maratón o tocar en una noche de micrófonos abiertos, ¡cuéntaselo a los demás! Saber que te van a estar preguntando cómo te van las cosas te ayudará a seguir haciendo progresos.
10. Organiza tus horas de trabajo y tiempos de descanso
Necesitas parar para descansar de vez en cuando, pero asegúrate de que el tiempo es limitado, para que no pierdas impulso. Por ejemplo, podrías comprometerse a trabajar durante los primeros 45 minutos de cada hora y luego hacer una pausa de 15 minutos. Utiliza el temporizador del móvil para llevar un seguimiento.
11. Busca alternativas
Piensa en formas de trabajar de manera más eficaz. ¿Hay una manera mejor? ¿Puedes delegar o automatizar una tarea? Cuanto más racionalices, automatices, delegues y externalices, más puedes conseguir con el mismo nivel de esfuerzo.
12. Recuerda, nada cambia hasta que tú lo hagas
Puedes tener todos los consejos y trucos infalibles del mundo, pero en última instancia, nada va a cambiar hasta que tú lo hagas. Si tu estilo de trabajo actual está cumpliendo con tus necesidades, no verás ninguna razón para cambiar. Pero si estás frustrado por tu falta de motivación o el miedo que te está reteniendo, entonces necesitas cambiar desde dentro. Porque la verdad es que nada cambiará hasta que tú mismo lo hagas.
No existe cura para los perezosos. La única manera de superarlo es concentrarnos en la tarea, levantarnos y completarla. Comienza ahora mismo a desarrollar la autodisciplina que necesitas para alcanzar tus objetivos.