Prince: el inmortal

La maestría musical y la presencia escénica sobrenatural de Prince durante sus 40 años de carrera han marcado varias generaciones.

“I don’t wanna die / I’d ra­ther dance my life away”, cantó Prince en "1999", una frase que puede no ayudar pero que se tiene en cuenta a raíz de la impactante noticia de su muerte a los 57 años. Hubo algunos temas principales en las canciones de Prince, pero su permanente alusión a la mortalidad podría explicar todo lo que hizo en su carrera de cuatro décadas.

Su obra – su música, sus imágenes, sus películas, sus comentarios públicos, sus decisiones empresariales – tiene en cuenta las crudas realidades de su existencia, que usó como inspiración para algo alegre, trascendente y raro.

Tras supuestamente haber luchado contra la epilepsia a una edad temprana, trabajó para construir su propia realidad, una que pasó por alto los límites más comúnmente reconocidos salvo los más inevitables de ellos.

Hizo muchas cosas extraordinarias: grabó su primer disco, For You, a los 19 años; ignoró completamente los tabús acerca de la expresión sexual en sus muchos éxitos durante los años 80; y eliminó los límites entre el rock y el R&B y el funk y el pop.

Se rebeló contra las restricciones de un contrato discográfico al no aceptar las restricciones de un alfabeto de 26 letras, sin olvidar los convenios de gestión de marca, renombrándose a él mismo como un símbolo. Además, construyó el edificio Paisley Park, la propiedad en Minnesota donde vivía, grababa y ha fallecido ahora. Supuso uno de los despertares religiosos menos modernos de todos los tiempos. Siguió rebelándose contra la sabiduría convencional acerca de cómo distribuir la música en la era de Internet. Escribió canciones de protesta, dio conciertos sorpresa y escribió tuits misteriosos, justo hasta el mes en el que ha fallecido.

Al estar tan reciente la muerte de David Bowie, es momento de considerar la gran importancia que tienen los iconoclastas para la evolución de una cultura. ¿Cambian el mundo al tratar de cambiarlo o lo cambian a través del acto radical de simplemente ser ellos mismos? Con Prince, tienes la sensación, por lo general, de que era consciente de esto.

Su estilo de vida cambió al hacerse puritano con los años, pero su personalidad precisa y su talento para sorprender al público nunca lo hizo: Esta era una gran singularidad suya e indicaba una y otra vez que estaba preparándose para el día que ha llegado ahora. Resulta imposible no pensar en las palabras de "Let’s Go Crazy": "Nos hemos reunido aquí hoy para pasar esta cosa llamada vida’”. Y: “Estamos todos emocionados, pero no sabemos por qué/Tal vez sea porque todos vamos a morir".

Su reciente obra – hiperactiva, electrónica y atrevida – desafió la mayoría de las expectativas de lo que la música de un viejo icono que hace balance de su carrera deberían ser. Pero las letras se obsesionaron más que nunca con el paso del tiempo y la idea de sentirse inmortal a través de los placeres del sexo, el baile y la sensación pura.

Escuchar a "June”, una reciente balada extraña y la canción final de HITNRUN Phase One de 2015 era oírlo mostrar su filosofía escueta, una conmovedora alegoría. Sabía que su hora, como a todo el mundo, le llegaría antes de que estuviese listo, pero lo que importaba era lo anterior.

Aquí incluimos algunos de los mejores ejemplos del talento para el espectáculo, la maestría musical y la presencia escénica sobrenatural de Prince, que están disponibles en YouTube.

La Ceremonia del Salón de La Fama de Rock And Roll comenzó con la actuación de Prince "Let's Go Crazy," "Kiss", y "Sign o the Times", pero fue su homenaje a George Harrison lo que realmente se llevó la palma.

En la actuación de "While My Guitar Gently Weeps" junto con los ex miembros de la banda Traveling Wilburys Tom Petty y Jeff Lynne –así como el hijo de Harrion Dhani- Prince apareció en solitario con la canción de aproximadamente tres minutos y medio. Pudo haber sido una secuencia sombría, pero su actuación con la guitarra fue tan incendiaria que al final de la canción, todos en el escenario estaban sonriendose los unos a los otros asombrados.

La actuación de Prince durante la Super Bowl en 2007 probablemente será el mayor espectáculo de medio tiempo del mundo (Sin ofender a Beyoncé).

Y si bien no es de extrañar que el hecho de que la actuación tuviese lugar durante un aguacero hizo del decorado algo sorprendente. Las condiciones eran pésimas, pero después de un popurrí de "Proud Mary", "All Along the Watchtower" y "Best of You", Prince se lanzó de lleno en la que quizás sea la interpretación más adecuada escénicamente de "Purple Rain" de su carrera.

Encabezando la noche del sábado en Coachella en 2008, Prince interpretó una canción versionada de "Creep" de Radiohead – el mayor éxito en la radio de la banda, que nunca llegó a interpretar.

Este video en realidad tiene una historia interesante, ya que Prince había retirado varias veces el video hasta que el presentador Thom Yorke hizo una declaración a la Associated Press, diciendo que la canción versionada debería retransmitirse en directo por internet ya que era una canción de Radiohead. A estas alturas es posible que haya más videos de artistas famosos versionando "Creep" que los que hay de la canción interpretada por la banda que originalmente la grabó - pero al menos uno de ellos es Prince.

En un episodio de The Arsenio Hall Show en 1991, Hall dedicó principalmente toda su emisión a las actuaciones de Prince. El tráiler de Purple Rain solo está disponible en YouTube, por lo que la fantástica actuación de una de las canciones estrella de Prince será suficiente.

Patti LaBelle está tan asombrada por presentarlo que apenas puede leer los carteles.

No es casualidad que la mayoría de los videos de actuaciones de Prince que están disponibles sean canciones versionadas – como es el caso de esta interpretación de "Crazy" de Gnarls Barkley con CeeLo Green en el Madison Square Garden durante la gira mundial Welcome 2.

Prince tenía una habilidad especial para coger cualquier canción increíblemente pegadiza y tocar solos de guitarras, por lo que nadie se atrevería a decir que el original sonaba mejor.