Estos simples hábitos harán que tu día sea lo más productivo posible.
Puede que pienses que el día no comienza realmente hasta que llegas a la oficina y tu jefe empieza a molestarte con algún encargo nuevo.
Pero la verdad es que la forma en que pasas cada minuto importa mucho, comenzando en el momento en que abres los ojos. De hecho, hay una gran cantidad de sencillos hábitos de la mañana que pueden sentar las bases de un día productivo y agradable.
Aquí hemos reunido hasta 9 formas de empezar el día con buen pie.
Seguramente no necesites adoptar todos estos hábitos enseguida – en lugar de eso, deberías descubrir cuáles de estas rutinas pueden funcionar para ti y prepararte para aprovechar el día que tienes por delante.
1. Levántate temprano
Lee sobre las rutinas matutinas de alguna persona de éxito, y probablemente aprendas que esa persona se levanta cuando amanece, o incluso antes.
De hecho, muchos ejecutivos se levantan antes de las 6 de la mañana durante la semana.
Aunque no seas un ejecutivo de primer nivel, empezar el día temprano podría ayudarte a avanzar en tu carrera. Investigaciones recientes sugieren que los empleados que llegan pronto a la oficina son vistos por sus jefes como mejores trabajadores que aquellos que llegan tarde – aun si los que llegan temprano se van antes también.
2. Estira
Si tu impulso cuando suena la alarma es hacerte un ovillo y esperar a que pare, deberías ir pensando en cambiar tu rutina.
Lo primero que deberías hacer cuando te despiertas es estirar tu cuerpo tanto como puedas. El cuerpo influencia a la mente, de modo que un simple estiramiento podría hacerte sentir más fuerte, más seguro de ti mismo y más feliz para el resto del día.
3. Haz tu cama
¿Por qué deberías hacer tu cama si de todos modos vas a estropearla cuando vayas a dormir más tarde?
En su libro “El Poder de los Hábitos”, el periodista Charles Duhigg explica que hacer tu cama es un “hábito que sirve de piedra angular” y que puede crear conductas saludables y productivas para el resto del día. De hecho, según Duhigg las personas que tienen esta costumbre tienden a tener "una mayor sensación de bienestar y mejor capacidad para ceñirse a un presupuesto”.
Además, solo se tarda un minuto o dos.
4. Medita
Como escribe el profesor budista Ethan Nichtern en “The Road Home” (El camino a casa), meditar por la mañana puede ayudarte a estar concentrado durante el resto del día.
"Nos levantamos asustados por lo que nos depara el día, así que es una manera estupenda de aclarar la mente y ganar perspectiva," dice Nichtern.
Asimismo recomienda un proceso de cuatro pasos para aquellos que están aprendiendo a meditar:
Toma asiento. Busca un lugar despejado, cómodo y tranquilo donde puedas concentrarte y estar alerta.
Registra. Tómate unos 30 segundos para pensar en lo que te preocupa y simplemente asimílalo todo.
Atención plena a la respiración. No lo veas como un ejercicio de respiración, respira hondo y con tranquilidad, como soporte de tu meditación.
Conocimiento de los pensamientos. Concéntrate en tus pensamientos, y cuando tu mente se vaya a otra cosa, asegúrate de traerla de vuelta.
5. Haz ejercicio
Para algunos de nosotros, la sola idea de ponernos unos pantalones antes de las 9 de la mañana es algo horrible. ¿Y pensar en irnos a montar en bici antes de las nueve? Una idea espeluznante con toda seguridad.
Y aun así, las investigaciones sugieren que hacer ejercicio por la mañana puede ayudarnos a estar concentrados y ser productivos. Un estudio de 2013 descubrió que tras 15 minutos en bicicleta, los participantes tuvieron un mejor rendimiento en tareas cognitivas que aquellos que no hacían ejercicio.
Además, podrás quitar el ejercicio de tu lista de tareas antes de que los conflictos personales o profesionales se interpongan en tu camino a lo largo del día.
6. Desayuna
Tu primera comida del día pone en marcha tu metabolismo y repone los niveles de azúcar en sangre, para que puedas concentrarte y ser productivo el resto del día. De lo contrario, podrías sentirte irritado y tener problemas para estar concentrado.
Elige desayunos simples que son perfectos para el día de trabajo, como cereales ricos en fibra y batidos con muchas proteínas.
7. Visualiza tu día
Cuéntate historias a ti mismo sobre cómo se desarrollará el día.
Los investigadores del MIT estudiaron a las personas más productivas de una empresa de reclutamiento, y descubrieron que “estaban obsesionados con explicarle el mundo tanto a ellos mismos como a sus compañeros mientras seguían con sus trabajos”. Por ejemplo, podían pedirles a sus compañeros que los ayudaran a imaginar la manera en que se desarrollaría una futura conversación o una reunión de preparación, de modo que estaban más preparados cuando los sucedían los hechos realmente.
Haz un hábito de esta estrategia mientras vas de camino a tu trabajo por las mañana, contándote a ti mismo una historia detallada sobre el día que tienes por delante.
8. Lleva a cabo una sesión de planificación
Resiste el impulso de tirarte de cabeza a la bandeja de entrada, y en lugar de eso empieza el día con una sesión de planificación.
Hazte esta pregunta: "El día ha terminado y voy a salir de la oficina con una gran sensación de logro. ¿Qué he conseguido?"
Divide cada objetivo en una serie de puntos de acción específicos y luego prioriza los más importantes.
De esta manera, sabrás exactamente lo que necesitas llevar a cabo durante las próximas horas – y cómo llegar allí.
9. Haz tu trabajo más importante
Recientemente los psicólogos han identificado un fenómeno llamado "fatiga de decisión", lo que explica por qué es útil hacer a primera hora de la mañana el trabajo más exigente a nivel cognitivo.
Esencialmente, tenemos una cantidad limitada de energía mental, y cuando agotamos esa energía al decidir qué llevar puesto, y si es mejor una ensalada o un bocadillo para el almuerzo, nos queda menos de la misma para las cosas importantes, como redactar el informe de un proyecto.
Vale la pena señalar que el concepto de fatiga de decisión puede tener más matices de los que creímos alguna vez. Si crees que tu fuerza de voluntad es limitada, entonces es probable que te sientas mentalmente agotado al final del día. Pero si crees que tu fuerza de voluntad no tiene límite, puede que estés listo para hacerle frente a cualquier reto que se te presente.