Cosas que ocurren cuando dejas de preocuparte por ser amable
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Cuando dejamos de pensar en nuestra imagen de “buena persona", podemos obtener beneficios inesperados.

Son las 6 de la tarde del viernes. Estás a punto de salir por la puerta, deseoso de llegar a casa después de una larga semana. De repente, un correo electrónico llega a tu bandeja de entrada. Es un cliente, preguntando si tienes tiempo para revisar un documento de 27 páginas. ¿Qué haces a continuación?

Das un suspiro, sueltas el bolso y te vuelves a sentar frente al ordenador.

Pero, ¿por qué?

¿Porque te sientes obligado? ¿Por qué es urgente y no puede esperar hasta el lunes? ¿O simplemente porque es lo correcto?

No hay nada malo en ser una persona amable. La amabilidad significa tener en cuenta los sentimientos de los demás, preocuparse por familiares enfermos o estar ahí para los amigos en los momentos difíciles. Pero ser “amable” en los negocios es algo totalmente diferente, y puede interponerse en tu camino.

Cuando dejas de preocuparte por ser amable y empiezas a poner tus necesidades por delante, pueden ocurrir cosas increíbles en tu carrera profesional.

1. Las personas empiezan a respetar tu tiempo

Este es un principio básico en cuanto al valor de la escasez – la gente aprecia más las cosas cuando están menos disponibles. Lo mismo ocurre con tu tiempo. Cuando dejas de estar disponible a todas horas, la gente respeta más el tiempo que tienen contigo.

Establece límites respecto a cuando estás y no estás disponible para los clientes – y cíñete a ellos.

2. Ganas más dinero

No es grosero pedir lo que vales.

Cuando te preocupas de ser demasiado presuntuoso o parecer codicioso, no pides más dinero. La mayoría de las veces, no puedes ganar más dinero sin pedirlo.

Ten claro lo que vales, prepara una razón de peso, y pide el aumento.

3. Trabajas en proyectos más interesantes

Cuando te preocupas demasiado de ser amable, dices “sí” a las cosas por pura obligación.

En el momento en que empieces a decir “no” a proyectos que no te interesan, dispondrás del tiempo para los que sí – y harás un mejor trabajo como resultado de ello.

4. Tienes más tiempo para las cosas que importan

Oh, el tiempo que te roba el hecho de decir siempre "sí".

Cuando dejes de ser amable y empieces a eliminar a todos los eventos sin importancia, verás que tienes más tiempo (y energía) para las actividades que son realmente importantes ti.

5. Atraes a los clientes adecuados

Todos queremos clientes que sean respetuosos, agradecidos y con los que sea fácil comunicarse. Cuando encuentras a un buen cliente, es natural querer hacer un buen trabajo.

Pero cuando estableces un precedente por desvivirte al hacer un trabajo específico, ese tipo de comportamiento empieza a esperarse como norma.

Establece una relación sana con los clientes desde el principio, comunicando de forma clara tu proceso de trabajo: las horas que trabajas, cuándo estás desconectado, el proceso para los cambios y aprobaciones, etc. Al fijar límites claros antes de que empiece un contrato, tendrás más probabilidades de terminar trabajando con clientes que respeten dichos límites.

6. Sientes que tienes más control sobre tu vida

Es verdad lo que dicen: tienes que mirar por ti mismo, ya que nadie más lo va a hacer por ti.

Cuando pares de ser amable y empiezas hacer de tu tiempo, tu carrera e intereses una prioridad, te sentirás con poder para tomar medidas aún más proactivas en la dirección de tus objetivos.

7. Logras tus objetivos con mayor rapidez

Cuando priorizas tus objetivos en lugar de los de otra persona, sucede algo increíble: los consigues de verdad, y además, en menos tiempo.

No revisar el correo electrónico después de 5 de la tarde. Tener a tus hijos en unas vacaciones de una semana de duración. Empezar el negocio con el que siempre has soñado. ¿Cómo cambiaría tu vida si dejaras de preocuparte por "ser amable?"

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