La verdad es que somos bastante jóvenes cuando tenemos que decidir qué queremos estudiar en la universidad. Se trata de una decisión que nos llevará por un camino determinado y hará que nos alejemos de otras oportunidades.
Sin embargo, no está todo perdido, siempre estás a tiempo de cambiar de trabajo. Solo tienes que prestar atención a unas claras señales que te indicarán si estás contento con tu empleo actual o no.
Muchas personas odian los cambios y enfrentarse a lo desconocido puede ser aterrador. Nos quedamos con lo que nos es familiar incluso cuando ya no nos llena, especialmente en el ámbito de las carreras laborales.
Usualmente, las personas terminan haciendo trabajos que no nunca habrían imaginado hacer por accidente: comienzan en algún trabajo y son buenos en lo que hacen, por lo que ascienden y ganan una buena suma de dinero. Puede que incluso creen su propia compañía en esa área y se mantienen tan centrados en el crecimiento, cumplir objetivos o generar dinero que no se dan cuenta de que no les gusta lo que están haciendo. Nadie merece sentirse miserable, especialmente las personas que te rodean, cuando tienen que escuchar constantemente lo insatisfecho que te sientes por tu trabajo.
A continuación te presentamos unas señales que te ayudarán a determinar si ha llegado la hora de que cambies de trabajo.
1. Te cuesta dormir y te despiertas sin ganas de ir a trabajar
La mayoría de las personas pasan por periodos de estrés en sus vidas laborales, y muchos se llevan esos problemas a casa. Pero si te llevas esos problemas a la cama también, y te cuesta dormir, entonces ha llegado el momento de que te replantees tu vida laboral.
Una señal clara de que las cosas no van bien es cuando los domingos se convierten en un martirio. No consigues disfrutar de un día en el que no tienes que trabajar porque estás “amargado” pensando en que al día siguiente tienes que ir a trabajar.
2. Solo trabajas por el dinero
La mayoría de las personas busca sentirse plena en su trabajo. Este no solo les ayuda a llegar a fin de mes, sino que también es una oportunidad más para ser felices, ya que les aporta la posibilidad de desarrollarse, de conocer gente y de sentirse valiosos al adquirir más responsabilidades y ascender. Sin embargo, si en tu caso lo único que te hace entrar en la oficina todos los días es el pago que recibirás a fin de mes, deberías plantearte lo que estás haciendo. Deberías disfrutar con el día a día, relacionarte con tus compañeros, y sentirte feliz por ello.
3. No te crees ninguno de los e-mails que recibes en el trabajo
Si cada vez que te llega un correo electrónico te sientes mal, entonces tienes un problema. ¿Has perdido la perspectiva de la comunicación empresarial? ¿Ya no crees que las personas puedan ser honestas y simpáticas en el trabajo? Los correos son un gran barómetro debido a que, como no transmiten ni emociones ni tonos, usualmente reflejan tus propias emociones positivas o negativas cuando los lees.
Puede que leas un comentario de alguien que intenta ser amable como algo negativo y vengativo porque esa es la manera en que responderías en tu estado actual. Intenta leer todo con un tono positivo para ver si la comunicación virtual mejora. Si no lo consigues, entonces ha llegado el momento de que cambies de trabajo y encuentres personas con las que no sientas esa negatividad.
4. Sientes que solo proyectas negatividad
Las personas se meten tanto en lo que hacen durante del día que no suelen darse cuenta de la negatividad que transmiten a sus compañeros. Como usualmente nadie quiere ofender a los demás, simplemente lo aceptan, especialmente si el que está esparciendo la onda negativa es el jefe. Comprueba si detectas cualquier tipo de negatividad en ti mismo durante las reuniones, cuando hablas por teléfono o incluso cuando vas a por agua. Coge una libreta y anota cada vez que comuniques algo negativo. Si a la hora del almuerzo ya te falta papel, quizás necesites cambiar tu situación.
Si te das cuenta de que por mucho que lo intentes no puedes cambiar de actitud, ya que el mero hecho de esta en la oficina de pone de mal humor, lo que también afecta a tus compañeros, entonces ha llegado el momento de que te replantees la situación y consideres la posibilidad de cambiar de trabajo, ya que el problema es probablemente ese.
5. No ves la luz al final del túnel
Cuando piensas en el futuro de tu carrera laboral, ¿qué ves? ¿Te sientes emocionado por el camino que está tomando o en lo único que piensas es en las pagas extras y la jubilación? Quizás lo único que veas sea un túnel interminable que no te lleve a ninguna parte. Parece como si no tuvieras una meta u objetivo, como si nada fuera a cambiar.
Es en ese momento en el que debes replantearte tu situación actual. Si estás feliz en tu empleo actual, deberías imaginarte cosas buenas para tu futuro, como un ascenso, proponer nuevos proyectos al jefe, etc. Si nada de esto pasa, entonces es hora de cambiar de aires.