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Todd Quackenbush

Puedes aprender, tener o ser cualquier cosa si estás dispuesto a pagar el precio.

Puedes ser millonario en no demasiado tiempo.

Podrías ser experto sobre cualquier tema.

Podrías ser un empresario de éxito.

Podrías tener un profundo conocimiento espiritual.

Podrías hacer un triatlón muy duro.

Podrías ser una persona empática, cariñosa y que cuida de los demás.

Podrías tener relaciones hermosas y significativas con tu pareja, compañeros de negocios, mentores, y otras personas que te inspiren.

Podrías ser la persona que sabes que puedes ser.

Puedes vivir la vida que sabes que estás destinado a vivir.

Pero tienes que pagar el precio.

Tienes que tomar una decisión. Si intentas estar en todas partes, al final no acabarás en ninguna. Si tratas de ser todos, al final acabarás siendo nadie.

Tienes que elegir lo que quieres hacer y quién quieres ser.

Tienes que renunciar a las cosas banales para quedarte con las esenciales.

Tienes que renunciar a las infinitas buenas opciones para quedarte con las pocas mejores.

Tienes que aprender a gestionar tu mente y tu tiempo.

No puedes seguir justificando una vida sin cumplir tus sueños.

Tienes que quererlo realmente. Porque una vez que lo hagas, nada podrá evitar que lo consigas.

Tienes que abandonar tus malos hábitos.

Tienes que reorganizar tus prioridades.

Tienes que decir "no" más a menudo.

Es necesario poner primero lo primero, todos los días.

Tienes que pagar el precio.

Si estás dispuesto a pagar el precio, podrás conseguir absolutamente todo lo que quieras.

Pero tienes que estar lo suficientemente incómodo con tu situación actual como para dejar de usar Facebook. Para dejar de consumir y malgastar tu tiempo.

Para centrarte en aprender y creer en lugar de ser entretenido y distraído.

Probablemente hay docenas de actividades que haces a diario y que no te aportan nada.

Necesitas eliminar estas actividades de tu vida. Dejarlas en tu pasado y llenar tu futuro con las actividades que te llevarán a donde realmente quieres ir.

¿Qué haces cuando tienes 5 minutos de sobra? ¿Te entretienes y te distraes? ¿O pagas el precio?

Cuando suena la alarma por la mañana, ¿pulsas el botón de repetición o pagas el precio?

Cuando sabes que deberías estar creando algo, ¿te distraes o pagas el precio?

Cuando estás con tus seres queridos, ¿te pones a mirar el teléfono o pagas el precio?

¿Estás haciendo las cosas en serio o todavía estás fingiendo?

¿Realmente lo quieres o sigues sintiéndote inseguro?

¿Estás dando 20 pasos en diferentes direcciones o en una dirección concreta?

¿Cuántas horas has malgastado hoy? ¿Cuántas horas has estado pagando el precio?

¿Qué quieres realmente?

¿Estás dispuesto a pagar el precio?

Nada en la vida es gratis, especialmente el tiempo. Todo tiene un precio. Y cuando se trata de tu tiempo, el precio es alto. Nunca podrás recuperar ni un segundo.

Puedes darle un propósito a tu vida. Puedes pasar el tiempo haciendo cosas que valoras. Puede ser quien quieres ser. Puede seguir avanzando y evolucionando, incluso después de alcanzar el éxito.

Sin embargo, hay que pagar el precio.

No puedes evitarlo.

Está disponible si lo deseas. Pero debes elegirlo.

Fuente: Medium

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