La periodista Jacqueline Smith habla sobre sus impresiones al viajar con una compañía aérea de la que nunca había oído hablar.
Hace poco he regresado de un viaje familiar de cinco días a Londres. Antes de reservar nuestro vuelo en marzo, habíamos buscado una agencia de viajes para que nos ayudase a encontrar la mejor oferta. Normalmente, nos conformamos con unos billetes de clase Turista porque son los más asequibles. Pero dado que íbamos a coger un vuelo nocturno a Londres, nos pareció estupendo tener asientos que se convertían en camas, lo que solo es posible en Business o en primera clase.
Además, este fue el único gran viaje que la mayoría de nosotros tendría este año, por lo que estábamos dispuestos a gastar un poco más.
Al día siguiente, nos enviaron algunas opciones. Podríamos volar en clase Turista desde Nueva York a Heathrow por alrededor de 800 dólares por persona, en clase Turista Premium por 1.500 dólares o en clase Business en una conocida compañía aérea por unos 3.500 dólares. Ni siquiera preguntamos por la primera clase; sabíamos que iba a ser demasiado caro.
Sin embargo, hubo una cuarta opción: Volar con una aerolínea de lujo, solo con clase Business, llamada La Compagnie por 1.490 dólares por persona, lo que sería mejor que los precios para la clase Turista Premium y Business de otras compañías aéreas.
Nunca había oído hablar de La Compagnie antes y dude un poco en reservar un vuelo en una aerolínea nueva de la que no sabía nada. Pero investigué, hablé con el resto del grupo y decidí que valía la pena probarla.
Antes de salir de viaje, le hablé a algunos amigos y compañeros acerca de esta compañía aérea. Tampoco ninguno de ellos había oído hablar de ella, así que decidí documentar mi viaje de regreso. Esto es lo que necesita saber si viaja con La Compagnie:
Supe que La Compagnie es una compañía pequeña e independiente que surgió en 2013. La aerolínea solo realiza vuelos hacia y desde Londres, París, y Newark (Nueva Jersey). ¿Cuál es la pega? No efectúa vuelos hacia y desde Heathrow, el gran aeropuerto de Londres. En su lugar, despega y aterriza en Luton, un aeropuerto más pequeño situado al norte de Londres.
En realidad, esto es una ventaja, no un inconveniente. Luton estaba solo a una hora de nuestro hotel en el centro de Londres y Heathrow a 45 minutos, así que no supuso una gran diferencia. Además, nos dimos cuenta de que hacer el check-in, pasar por el control de seguridad y atravesar el aeropuerto con un grupo de siete personas y un bebé es mucho más fácil en un aeropuerto más pequeño que en uno grande y concurrido.
El proceso del check-in y el control de seguridad en ambos aeropuertos (Newark y Luton) fue mejor que en la mayoría de aeropuertos que he estado. Debido a que La Compagnie es una aerolínea de lujo con solo algunos vuelos al día, muy pocas personas están haciendo el check-in a todas horas, lo que significaba que no había que esperar mucho.
El personal de la compañía fue muy amable. Explicó dónde estaban las salas (a la que teníamos acceso gratuito) y que La Compagnie tenía su propio control de seguridad (que también estaba vacío). Pasamos el check-in y el control de seguridad y tuvimos suficiente tiempo para disfrutar de las salas del aeropuerto.
En Newark, los pasajeros de La Compagnie tienen acceso al salón Art & Lounge. Es tranquilo y cómodo con una buena selección de comida y bebida. En Luton, los pasajeros pueden acceder a un salón ejecutivo llamado Aspire, que es moderno, elegante y ofrece una gran selección de comidas, aperitivos y bebidas. A continuación, se muestran algunas fotos del salón Aspire en el aeropuerto de Luton.
Las bebidas, los aperitivos y las comidas son gratuitas. Sin embargo, en el salón Aspire, tienes que pagar por ciertas bebidas alcohólicas de lujo. Este salón también dispone de servicios gratuitos de Wi-Fi y Spa.
El Spa ofrece 20 ó 40 minutos de manicura, tratamientos faciales y masajes, entre otros tratamientos relajantes.
El salón sirve comida caliente ...
… así como sándwiches, frutos secos, aceitunas, ensaladas, galletas, pasteles y bollos.
También hay una habitación para dormir, que a través del uso de luces inteligentes y sonidos garantizan un ciclo de sueño, anteriormente programado, de 20 minutos antes de "despertarte con delicadeza".
Unos 45 minutos antes de la salida de mi vuelo, un empleado del salón Aspire anunció que era el momento de que los pasajeros comenzaran a dirigirse hacia la puerta de embarque. Cuando llegué allí, embarqué en nuestro Boeing 757-200 de inmediato - sin esperar.
En ambos aviones, las cabinas tenían 19 filas y 74 asientos. Ninguno de mis vuelos estaban completos; había algunos asientos libres.
Cuando llegué a mi asiento encontré una botella de agua, una almohada, una manta y un kit de viaje, que incluía auriculares, un cepillo de dientes, calcetines, crema hidratante facial de Caudalie, un bolígrafo, una máscara de pestañas, entre otras cosas.
Cada asiento tenía una tablet Samsung Galaxy Pro. A través de estos dispositivos, La Compagnie ofrece programas de televisión, películas, música, revistas y periódicos, así como libros electrónicos. Las tablets también se podían utilizar para ver el menú del vuelo y otras informaciones.
Los asientos son amplios y cómodos. Se reclinan hasta un ángulo de 175 grados y tienen una función de masaje integrada, que aproveché al máximo.
Mi sobrina, de 16 meses, disfrutó de asientos reclinables. Los asientos no se convierten completamente en camas, pero se acercan lo suficiente.
Las almohadas antialérgicas y las suaves mantas eran mejores de lo que pensaba que serían.
Una vez a bordo, los asistentes de vuelo llegaron ofreciendo champán con jugo de arándano o zumo de arándano simplemente. Todo en el avión era gratis.
Después, repartieron unos cómodos auriculares. Por desgracia, había que devolverlos al final del vuelo, pero fue agradable tenerlos durante las siete horas que estuvimos a bordo.
Justo después del despegue, los asistentes de vuelo llegaron con toallas calientes.
En el vuelo de vuelta, que salió de Londres a las 5:40 de la tarde (hora local) y llegó a Newark a las 8:00 de la noche (hora local), nos sirvieron un primer plato ligero de atún, queso e higos y, alrededor de las 6:00, una especie de pastel. Todo estaba sorprendentemente delicioso.
Aproximadamente una hora más tarde, nos sirvieron la cena. Los pasajeros podían elegir entre pollo en salsa de vino tinto o tortellini con espinaca y queso -con pan caliente incluido. Elegí la pasta, que era sencilla pero sabrosa, y el tamaño perfecto.
Por último, los asistentes de vuelo nos sirvieron un plato similar a lo que comerías a la hora de la merienda en Londres: un menú de "té y dulces" - que incluía un bollo con mermelada y cuajada, un macaron, un trocito de pastel de zanahoria, dos sándwiches, zumo y té – a aproximadamente las 9:00 de la noche (hora de Londres).
En nuestro vuelo nocturno de Newark a Londres, nos habían servido la cena después del despegue (quiche de higos y pastel de queso de cabra, con patatas, sopa de bacón y un postre) y el desayuno (huevos, tostadas y croissants) antes de aterrizar.
Generalmente uno desconfía de la comida del avión, pero en este caso disfruté mucho de cada una de ella. Por supuesto, no me gustó todo (por ejemplo, los bollos estaban fríos y duros - y después de disfrutar de increíbles bollos calientes en Londres, éstos simplemente no se podían comparar). No obstante, me comí casi todo.