Las 5 cosas que impulsarán tu carrera

La educación y la experiencia no garantizan el éxito – la actitud y los hábitos sí.

El éxito profesional es la culminación de muchos factores. Tu educación importa - tal vez no tanto como crees - pero una titulación en tu campo puede marcar la diferencia. Indudablemente tu experiencia importa, pero es algo que conseguirás después de años de dedicación. Tu talento importa también, pero aparte de tus habilidades (que se desarrollarán gracias a la experiencia) la mayor parte de tu talento es innato, lo que significa que tienes una tendencia natural a hacer las cosas mejor en unas áreas que en otras. Tu red de contactos importa, pero no siempre puedes controlar con quién interactúas. Y en última instancia, al menos parte de tu éxito también depende de la suerte.

Si tenemos en cuenta todas estas cosas, parece que hay poco que puedas controlar. Sin embargo, ninguna de estas cosas importará si descuidas las cosas más importantes que tienes que hacer por ti mismo.

Todo esto de la “actitud positiva” podría parecer un cliché - después de todo, ¿se te ocurre alguien de éxito que haya llegado donde se encuentra simplemente por tener una actitud positiva? Pues claro que no. Pero si analizas la trayectoria de casi cualquier empresario de éxito, seguramente te encontrarás al menos con un obstáculo que casi echa todo a perder. Y a pesar de ese obstáculo, siguieron siendo positivos, siguiendo su camino en vez de darse por vencidos, y, finalmente, alcanzando el éxito.

El pensamiento positivo sirve para algo más que simplemente ayudarte en los momentos difíciles. Los estudios muestran que el diálogo interno positivo, en lugar del diálogo interno negativo, puede reducir de forma activa tus niveles de estrés, proporcionándote una mayor salud física y mental y una mayor capacidad para alcanzar tu máximo potencial. Lo mejor de todo es que no hay gente positiva o negativa por naturaleza – es posible controlar tus pensamientos y tu diálogo interno con la práctica, lo que significa que puedes crear una actitud positiva por ti mismo.

Nuestros hábitos nos convierten en lo que somos. Con el tiempo, nuestras acciones acaban automatizándose, y una vez que esto acaba sucediendo, resulta casi imposible romper la cadena. Los malos hábitos como no despertarte la primera vez que suena la alarma o trabajar durante tus descansos pueden llegar a destruirte. Sin embargo, los hábitos positivos, como leer regularmente o aprovechar tus descansos, pueden ayudarte a alcanzar el éxito.

Aunque muchos hábitos se forman inconscientemente con nuestras acciones diarias, también es posible crear hábitos por ti mismo. La clave para crear estos hábitos es la consistencia - si quieres empezar a hacer algo todos los días, debes obligarte a empezar a hacerlo a diario, no abandones después de unas pocas semanas. Después de unas cuantas rondas de esfuerzo constante, todo será más fácil. Romper con los malos hábitos puede ser más difícil, pero puedes conseguirlo.

Aunque es posible que en tu trabajo tengas unos objetivos de empresa específicos que determinan tus acciones, tus objetivos profesionales solo dependen de ti. Si te fijas unas metas demasiado elevadas, jamás serás capaz de conseguir unos avances significativos. Sin embargo, si te pones unas metas demasiado fáciles, nunca alcanzarás tu verdadero potencial.

Lo mejor que puedes hacer a la hora de fijarte objetivos es seguir el principio CRITERIA (por sus siglas en inglés) - un acrónimo que describe las cinco cualidades clave que todo objetivo debe cumplir: específico, medible, alcanzable, realista y con unos plazos específicos. Además de cumplir estos requisitos, debes crear objetivos en múltiples escalas. Por ejemplo, debes tener objetivos flexibles a largo plazo para alcanzar el éxito a largo plazo, pero también debes tener objetivos más pequeños, más inmediatos y fáciles de alcanzar que pueden llevarte a alcanzar esos objetivos más amplios así como objetivos a medio plazo que te servirán de motivación.

Las metas son buenas para ayudarte a perfeccionar tus deseos y dibujar tu camino, pero sin un plan sólido, esos deseos no son más que castillos en el aire. Debes aprender a elaborar unos planes tácticos que detallen cómo vas a alcanzar esos objetivos.

Eso podría incluir una lista de tareas que debes cumplir antes de llegar a la meta, una serie de estrategias que vas a utilizar mientras intentas alcanzar tu objetivo, o una lista de requisitos previos que deberás cumplir antes de pasar a la siguiente fase de tu plan. Si te está costando elaborar un plan inicial, es posible que tengas que investigar un poco más antes de continuar.

Como seres humanos, a menudo somos el producto de nuestro entorno, y en el mundo profesional, la cosa no es diferente. Lo más probable es que si tienes un escritorio desordenado, tu mente lo esté aún más. Si trabajas en un lugar ruidoso lleno de distracciones, nunca serás capaz de concentrarte. Y lo más importante de todo, si estás rodeado de gente negativa, apática o perezosa, no serás capaz de encontrar motivación para alcanzar tus objetivos. Si estás trabajando en un lugar que no reconoce el trabajo duro, nunca serás capaz de progresar.

Crea tu propio entorno para maximizar tus posibilidades de éxito, aunque eso signifique trabajar dentro de los límites de tu organización actual o probar suerte en una oportunidad mejor. Rodéate de los tipos de personas que te llevarán al éxito, y estructura tu entorno de trabajo para alcanzar tu mayor productividad. Una vez que empieces a crear estas cosas por ti mismo de manera consistente y con dedicación, verás cómo encuentras tu camino hacia el éxito casi sin darte cuenta. No habrá nada que te impida alcanzar tus objetivos si realmente te lo propones, adoptas la actitud correcta y te rodeas del entorno adecuado.