12 hábitos de los perdedores
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Los viejos hábitos son difíciles de abandonar. Aún así, abandonar algunos de ellos es obligatorio. Hay algunos hábitos que proyectan una imagen bastante mala. De hecho, los malos hábitos pueden hacer que los demás te vean como una persona sin éxito. Obviamente, tener uno de estos malos hábitos no significa que seas un fracasado. Sin embargo, en algunos casos estos pueden ser una señal de un problema mayor en tu carrera y en tu vida. Estos son los 12 mejores hábitos de la gente fracasada.

1. Mantienes la boca cerrada

Mantienes la cabeza baja. No hablas. No te arriesgas.

Tu aversión a arriesgarte profesionalmente puede parecer una buena medida de protección, pero lo único que estás consiguiendo es no avanzar.

Si tienes la sensación de que tu entorno de trabajo actual desanima a la gente a tomar la iniciativa por el miedo a las represalias, entonces te encuentras en un ambiente de trabajo tóxico. Si el problema no está en el trabajo, sino que lo haces tú mismo, entonces tienes un hábito terrible que debes abandonar.

2. Eres una persona inquieta

Ser una persona inquieta puede beneficiarte en algunas ocasiones.

Aún así, intenta no hacer demasiados aspavientos. Eso te hace parecer ansioso, que a su vez podría hacer que tus compañeros se pongan nerviosos y se sientan incómodos. Es un mal hábito que puede hacer que la gente no quiera estar cerca de ti.

3. Siempre llegas tarde

Todos tenemos a ese amigo que siempre llega tarde. O quizás seas tú esa persona.

Sin embargo, en el ámbito laboral no puedes excusar el hecho de llegar tarde con un mensaje a tu grupo de amigos y unos cuantos emoticonos. Llegar tarde te hace parecer descuidado y poco fiable.

4. Eres una persona rencorosa

No te estamos diciendo que vayas por ahí cantando el kumbayá. El hecho de que algunas personas no te caigan bien y no confíes en ellas es algo normal.

Sin embargo, guardar rencor solo te servirá para malgastar tu valioso tiempo y energía. Además, si expresas estos sentimientos a otras personas, corres el riesgo de parecer vengativo y dar incluso miedo. Aprende a dejar las cosas correr.

5. Te conformas

Es posible que conformarse te haya servido como una táctica de supervivencia en el instituto, pero ya eres un adulto con un trabajo. Deja de preocuparte por lo que piensen los demás. Haz las cosas que te funcionen.

Si dedicas todo tu tiempo en pasar desapercibido, nunca destacarás.

6. Gastas en exceso

Si parece que tienes un agujero en el bolsillo, entonces prepárate para tener problemas financieros en el futuro. Ahorrar dinero es esencial para tu futuro financiero.

Supera este hábito aprendiendo a identificar los factores psicológicos que te llevan a gastar.

7. Pospones las cosas

La indecisión te hace perder tiempo, dinero e incluso el respeto de quienes te rodean.

8. Mientes

Esto es bastante simple. Sé sincero. Resulta fácil caer en la tentación de empezar con pequeñas mentiras que no dejan de crecer. Acaba con ese hábito.

Sí, existen historias de tramposos y mentirosos que alcanzaron el éxito gracias a las mentiras. Sin embargo, eso no quiere decir que debas hacer lo mismo.

9. Dices las cosas sin pensarlas

Ser una persona auténtica es importante. Sin embargo, eso no quiere decir que debas decir todas las cosas que se te pasen por la cabeza.

No seas ese tipo de persona que dice todo lo que se le ocurre. Es un hábito molesto que puede hacerte parecer grosero, torpe y mal informado.

10. Chismorreas

Chismorrear tiene sus cosas buenas y malas. A veces es algo necesario, incluso algunos jefes lo fomentan.

Sin embargo, la mayor parte del tiempo es un hábito desagradable y molesto. Si básicamente te has convertido en el Meñique de tu oficina, relájate y párate a pensar. Tu imperio de rumores podría derrumbarse a tu alrededor en cualquier momento - o, por lo menos, puede provocar que acabes ganándote algunos enemigos entre tus compañeros de trabajo y jefes.

11. Te quejas

Quejarse parece un deporte competitivo para algunas personas. Todo el mundo tiene quejas. Además, guardarse las cosas para uno mismo no es bueno. Quejarse y hacerse oír a veces es bueno. Eso sí, no acabes convirtiéndote en esa persona que no deja de quejarse por todo.

12. Desconectas de todo lo que te rodea

Definitivamente somos culpables. Desconectar puede ser algo muy bueno, especialmente cuando deseas desconectarte del mundo y sumergirte en un buen libro.

Sin embargo, este hábito también puede ser perjudicial en tu trabajo. Escuchar es una habilidad importante. Nadie confía en la competencia de una persona que desconecta todo el tiempo. Hazlo cuando estés en casa, no en el trabajo.

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