La dura verdad sobre el crecimiento personal
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Benjamin P. Hardy, escritor y estudiante de doctorado en Psicología del Trabajo en Clemson University, habla del papel y el peso de las dificultades en el proceso del crecimiento personal.

Un joven había comprado recientemente una camioneta. Cuando necesitó leña, pensó que era una gran oportunidad para poner a prueba su nuevo vehículo.

Después de conducir por las montañas cubiertas de nieve y con el móvil fuera de servicio, encontró un lugar para aparcar cerca de unos árboles. Salió de la carretera para parar y se quedó atascado en la nieve profunda. Desesperado, lo intentó todo para poder salir. Al quitar la marcha atrás para intentar avanzar y hacer girar las ruedas, su camioneta se quedó más y más hundida.

Puso ramas bajo los neumáticos atascados con la esperanza de que le proporcionaran tracción, pero fue en vano. Utilizó una pala e intentó cavar alrededor de las ruedas, pero estaban demasiado atascadas.

Al final terminó increíblemente desanimado. El sol estaba descendiendo a toda prisa y hacía muchísimo frío. No estaba seguro de qué hacer. Rezó una oración sencilla y algo lo impulsó empezar a cortar madera.

Trabajó durante unas cuantas horas, talando árboles y colocando las piezas grandes en la parte trasera de su camioneta.

Una vez que esta estuvo llena, se subió y lo arrancó. Tras un momento de silencio, intentó dar marcha atrás. La pesada carga de madera proporcionó la tracción necesaria para salir de la nieve, volver a la carretera, y seguir adelante.

Sin la carga de madera en su camioneta, se habría quedado atascado.

La necesidad de una carga personal

La mayoría de las personas creen equivocadamente que la felicidad es la ausencia de una carga. Queremos que la vida sea fácil, sin retos ni dificultades. Sin embargo, es teniendo una carga como podemos tener la tracción necesaria para avanzar en nuestras vidas.

Cuando no llevamos un peso considerable de responsabilidad personal, podemos quedarnos atascados rápidamente.

He descubierto esto en mi propia vida. No fue hasta después de convertirme en padre adoptivo de 3 niños – ciertamente una carga considerable – que fui capaz de obtener la tracción necesaria para desarrollar mi carrera como escritor.

Antes de tener esa carga personal, era una persona un tanto complaciente. No tenía urgencia. No tenía ninguna razón para moverme hacia adelante.

Una vida fácil no es el camino hacia el crecimiento y la felicidad. Al contrario, una vida desahogada es como te quedas atascado y confundido en la vida.

Para citar a mi poema favorito de Douglas Malloch, “La buena madera no crece fácilmente: Mientras más fuerte sea el viento, más fuerte es el árbol; Mientras más lejano esté el cielo, más grande es el espacio; Cuanto más grande sea la tormenta, mayor será la fuerza. El sol y el frío, la lluvia y la nieve, en los árboles y los hombres forman la buena madera”.

La ley de los opuestos

Según la Tercera Ley de Newton, todas las fuerzas vienen en pares. Por cada acción, hay una reacción igual y opuesta.

Charles Dickens dijo, “Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos”.

Los mismos retos inherentes en la vida hacen que sea posible prosperar. Sin dichos retos, no habría nada que superar. De ninguna manera puedes tener “el mejor” de los tiempos sin tener a la vez “el peor” de los tiempos.

Para conocer la dulzura, también debes conocer la amargura. Para conocer y apreciar la salud, también debes estar familiarizado con la enfermedad. Para conocer la felicidad, también debes conocer la tristeza. Sin oscuridad, no puede haber luz.

Sin opuestos y sin contraste, no tendrías la oportunidad de elegir. Pero sí la tienes – por lo tanto, tienes poder.

Puedes elegir amar profundamente a costa del sufrimiento. Puedes elegir el crecimiento a costa de la dificultad y el desafío. Puedes elegir el refinamiento a costa de la disciplina y la humildad.

Cuanto más extrema sea la dificultad, más extremo será el crecimiento. La ley de los opuestos – reacciones iguales y contrarias.

Nunca ha habido un época tan competitivo y difícil para vivir. Por lo tanto, nunca ha habido una mayor oportunidad para tener éxito, abundancia y felicidad en la historia del mundo.

Si quieres crear algo poderoso, debes estar dispuesto a fracasar.

No tengas miedo de ser atrevido. Como explica Seth Godin en The Icarus Deception: te han enseñado toda tu vida para vivir entre los extremos. Para que permanezcas en el medio. Te han enseñado que si vuelas demasiado alto, como Ícaro, el sol quemará tus alas y grande será la caída. Por lo tanto, siempre vas a lo seguro y conveniente.

Pero ahí no es donde está el crecimiento. Ahí es donde está el amor. Ahí no es donde está el arte. Ahí no es donde está la vida.

Mientras mayor sea la dificultad, más fuerte será el crecimiento. La buena madera no crece fácilmente.

Debes elegir por ti mismo

Cuando Margaret Thatcher era una niña, leyó un poema de Ella Wilcox que cambió su vida.

El poema dice: “Un barco navega hacia el Este, y otro hacia el Oeste, soplando para ambos los mismos vientos; Es la disposición de la vela, y no el viento, la que determina el camino que sigue”.

El sol brilla y la lluvia nos golpea a todos nosotros. Es posible que no puedas elegir tus circunstancias externas al principio. El viento sopla con independencia de tu preferencia. Sin embargo, tienes que decidir qué hacer con ese viento. Tienes que decidir cómo vas a responder a las dificultades en tu vida.

Tienes la oportunidad de disponer tu propia vela. Los barcos no navegan con facilidad. Hay olas y tormentas aplastantes que atravesar.

¿Dónde terminarás? ¿Quién vas a ser? ¿Hacia qué dirección se dirigirá tu vela?

¿Estás evitando las olas difíciles?

¿Estás buscando el camino fácil?

¿Cómo de pesada es la carga que llevas?

¿Es tu carga la suficiente para proporcionar la tracción que necesitas para seguir adelante?

La buena madera no crece fácilmente. Tampoco tú.

Se requiere presión para hacer diamantes. Se requiere un fuego para purificar el oro.

Todas las cosas hermosas tienen un precio.

Si no estás dispuesto a pagar el precio, sino que prefieres el camino fácil, nunca sabrás lo que te has perdido. Nunca conocerás el amor, y por lo tanto, nunca conocerás la paz.

La satisfacción de superar los desafíos y obstáculos es mucho mayor que cualquier placer momentáneo.

Eres más fuerte de lo que crees. No le temas a las grandes montañas. Eres un escalador. Naciste para vencer. Tu ser más auténtico no es quien eres en la actualidad, sino quien puedes llegar a ser.

No tienes idea de lo increíble que puedes llegar a ser. No lo sabrás hasta que llegues allí.

Sigue empujando. Sigue adelante. La vida es hermosa. Los mismos retos a los que te enfrentas, los riesgos que corres, el arte que creas, el amor que das – todo eso es lo que te transforma en lo que realmente eres.

Fuente: Medium

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