Traba amistad con diferentes tipos de personas. No aísles tu visión del mundo relacionándote siempre con personas que son básicamente iguales a ti.
Lee. ¿Sabes cuánta gente lee más allá de un par de líneas de un artículo de vez en cuando? Poca. ¿Sabes por qué importa? Porque un libro que te leas en unos cuantos días durante esta semana podría cambiar tu forma de pensar sobre algo en el futuro.
Cuestiónate a ti mismo y honra esa duda. Las personas que no son lo suficientemente seguras como para hacer esto acaban estancándose.
Debes estar dispuesto a vivir de una forma en la que los demás no lo harían, de esta forma podrás vivir de una forma que los demás no pueden.
Aprende a cocinar las cosas que te gustan en vez de simplemente pedirlas.
Aprende a organizar tu dinero para sentirte responsable y liberado, no restringido.
Ahorra un poco de dinero todos los meses, tanto como puedas (y no te preocupes de cualquier contratiempo que surja durante el camino). El interés compuesto no es una broma.
Busca un trabajo extra para poder ahorrar. Será agotador durante un tiempo, pero adquirirás nuevas habilidades y la tranquilidad de saber que estás trabajando en un colchón de dinero extra.
Vuélvete adicto al dolor sano. El tipo de dolor que aparece después de pasar horas de practicando para que tu mente se concentre en una tarea hasta que esta esté acabada. Cuanto más canalices tu dolor hacia algo productivo, te verás menos tentado a divagar.
Siéntete cómodo admitiendo que estás equivocado. Cometer errores no es un fracaso. Sí lo es cometer errores y ser demasiado orgulloso como para solucionarlos.
Limpia tu espacio y luego intenta adoptar una actitud de "suficiente". ¿De verdad quieres pasar los próximos 10 años acumulando cosas? La verdad es que no. Imagínate lo que podrías hacer con todo ese tiempo y dinero.
Solo compra con tu tarjeta las cosas que puedas recordar dentro de 3 meses. Si a final de mes debes una determinada cantidad de dinero, y ni siquiera te acuerdas de en qué te la has gastado, entonces seguramente no merecía la pena.
Haz un examen de conciencia. Haz una lista de lo que te gusta y lo que no te gusta; lo que valoras y lo que no valoras; y qué se te da bien y qué no. Empieza a hacerte una idea de quién eres en realidad, pero mantente abierto a la posibilidad de que esa idea podría cambiar con el tiempo.
Reflexiona sobre la vida y pregúntate cuál es tu objetivo en la misma. Cómo justificas tus acciones pasadas se convertirá en tu filosofía para el futuro.
Comprométete con una rutina diaria que consista en acciones que, con el tiempo, te lleven a lo que deseas ser.
Haz las cosas con sentido. Sal con gente con sentido. Trabaja con sentido. No dejes que tu vida sea una serie de acciones sin sentido y al azar que parecen agradables a primera vista, pero que al fin y al cabo no tienen ningún significado para ti.
Tómate tan en serio como quieres que lo sea el mundo. Compórtate en consecuencia.
Inténtalo tantas veces como sea necesario. No hacer las cosas bien no debería darte vergüenza. Sí debería dártela saber hacerlas, pero no tener el valor de intentarlo.