7 mitos sobre la pérdida de peso, el ejercicio y la alimentación saludable

¿Por qué los productos bajos en grasa y el ejercicio físico no son suficientes para perder peso?

Es fácil fijarse como objetivo ponerse en forma y mantenerse. Sin embargo, conseguirlo no es nada fácil.

Al menos en parte de debe a que la ciencia sobre el fitness y la dieta ha cambiado con el tiempo. La gente que leyó sobre fitness en los años 70 tuvo acceso a una información muy diferente de las personas que leyeron sobre el tema en los años 90. Por su parte, la información de los años 90 estaba basada en unos estudios científicos menos completos de los que tenemos hoy en día.

Sin embargo, esas viejas ideas y algunas nuevas malas ideas - que solo cuentan con el apoyo de uno o dos estudios - no hacen más que repetirse en los medios de comunicación.

Esta es la verdad sobre algunos mitos sobre cómo mantenerse sano.

Resulta casi intuitivo decir que la grasa engorda. Pero la verdad es que nuestro cuerpo no funciona así.

Al igual que con cualquier nutriente, es posible comer grasa en exceso. Sin embargo, las grasas, especialmente las saludables que provienen del aceite de oliva, el aguacate y los frutos secos, son una parte esencial de nuestra dieta. Y cuando no las consumes, no solo estás privando a tu cuerpo de algo que necesita, sino que te resulta más difícil sentirte saciado - lo que aumenta la posibilidad de que acabes comiendo demasiado.

Existe una enorme industria de alimentos sin grasa - especialmente en la sección de productos lácteos. Todos pensamos que si un producto dice no contener grasa, automáticamente creemos que es sano. Pero la cuestión es que hay un montón de alimentos sin grasa que no son para nada sanos. Piensa en los refrescos, los dulces y la cerveza.

Y, por desgracia, muchos productos sin grasa presentan una sustancia mucho más peligrosa: el azúcar. Los yogures "sanos" son especialmente malos. De hecho, las personas que consumen alimentos lácteos bajos en grasa son más propensas a sufrir sobrepeso.

"Sin dolor no hay ganancia" es una idea popular en el mundo del deporte, formando los cimientos de varios populares programas. Pero, en realidad, seguir entrenando cuando tu cuerpo te dice que ya no puede más es malo para la salud. Esto no significa para nada que no debas esforzarte.

Un poco de dolor después de hacer ejercicio es un signo de los procesos naturales de fortalecimiento de los músculos (que no tienen nada que ver con el ácido láctico). Y aunque los beneficios potenciales del ejercicio de alta intensidad son enormes, el ejercicio moderado también es muy beneficioso.

Escucha, mantenerse hidratado es importante. Y a veces, cuando no consigues dormir o empiezas a sentirte irritable o cansado, el problema es la deshidratación. Así que para las personas que les cuesta recordar que tienen que beber agua, fijarse un objetivo no es una locura.

Pero, tal y como Randall Monroe ilustra en la imagen anterior, no hay ninguna explicación científica que justifique ese número mágico de 8 vasos. Lo único que tienes que hacer es prestar atención a tu cuerpo y al clima. Bebe tanta agua como necesites para sentirte hidratado. Seguro que de esta forma no tendrás ningún problema.

El ejercicio es muy, muy importante. Te mantiene en forma, fortalece los músculos y te ayuda a vivir más tiempo. Sin embargo, hay una cosa para la que no es tan bueno: perder peso.

Por sí solo, el ejercicio simplemente no quema las suficientes calorías como para hacerte perder peso. Solo hay una cosa que te puede ayudar a perder peso, y es reducir el consumo de calorías. Un médico o nutricionista puede ayudarte a preparar un plan para ello.

La gente cree que si no te pones en forma joven, nunca lo harás. Eso no tiene ningún sentido. Un estudio sobre el tema muestra que las personas que comenzaron a hacer ejercicio cuando no eran tan jóvenes - incluso después de cumplir los 70 años - mejoraron su estado físico y vivieron más tiempo que sus amigos que permanecieron sedentarios.

Algunos estudios han sugerido que, cuando se consume en cantidades muy pequeñas, existen ciertos beneficios cardiovasculares en algunas sustancias presentes en el vino tinto.

Sin embargo, beber regularmente está asociado con trastornos del sueño, la disminución de la felicidad y el aumento de riesgo de cáncer. Sin duda, el vino no te hará estar más sano.