10 cualidades de las personas que se convierten en multimillonarias

Es fácil pensar que los multimillonarios que crearon su patrimonio por sus propios méritos simplemente tuvieron suerte.

Tal vez estuviesen en el lugar correcto en el momento adecuado. O tal vez encontrasen un descubrimiento que les hizo ganar mucho dinero de un día para otro. Pero todo eso es claramente falso, ni siquiera se acerca a la verdad

Todos los multimillonarios que crearon su patrimonio por sus propios méritos tienen una cosa en común. Ésta no tiene nada que ver con la suerte o con el hecho de estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Todos tienen un conjunto único de características para todas y cada una de las oportunidades que encuentran. Y cuando estas cualidades se desarrollan y no se eliminan, se transforman no solo en fuerzas y capacidades poderosas, sino también en importantes desafíos.

Debes de haberlas visto ya en casos como el de Steve Jobs, Elon Musk, Richard Branson y en figuras históricas como Andrew Carnegie, Henry Ford y John D. Rockefeller. No obstante, aquí está la parte interesante: puede que las hayas visto también en ti mismo.

Entonces, ¿tienes estas cualidades para llegar a ser una de esas personas, que parecen ser mágicas y pueden predecir el futuro y hacer que suceda, a la vez que ganan mucho dinero? Averígualo leyendo sobre estas 10 cualidades positivas (y negativas) que caracterizan a este tipo de multimillonarios:

Más allá de las excentricidades visibles, las sensibilidades de un multimillonario relacionadas con aspectos como el tiempo, el color, la comida, la fragancia o la textura, pueden reforzarse hasta el punto de la distracción, el aislamiento o incluso el debilitamiento. Un aspecto positivo es que cada uno multimillonario tiene sus propias sensibilidades únicas y una gran concienciación que pueden parecer extrasensoriales: pueden tener la capacidad de encontrar una solución perfecta de diseño o ingeniería, pueden obsesionarse con la calidad del aire y del agua o tener la capacidad de saber –con certeza– cuando alguien está haciendo frente a una crisis. Sin embargo, ¿qué hay de especial en cómo este tipo de multimillonarios encuentran maneras de aprovechar sus sensibilidades y su concienciación para aumentar el rendimiento.

La cualidad de centrarse en el futuro suele recibir el nombre de " visionario". Esta denominación se ha convertido en una insignia de honor para los empresarios de todo tipo, incluyendo a los multimillonarios que crearon su patrimonio por sus propios méritos. Sin embargo, al principio de sus vidas, solían tener una denominación diferente: soñador sin remedio. La verdadera diferencia entre ambos términos está en con cuánta protección y apoyo fueron capaces de rodearse para ayudarles a hacer sus sueños realidad.

Los multimillonarios que consiguieron su patrimonio por sus propios méritos tienen una capacidad de procesamiento inusualmente alta, siendo capaces de consumir y retener información más rápido y en mayores cantidades que otras personas. Esta cualidad los lleva a buscar y recopilar grandes cantidades de datos, independientemente de sus limitaciones físicas o cognitivas, como la dislexia. Puede incluso hacerles parecer máquinas, autómatas o personas obsesivas. Simplemente han encontrado formas de procesar y analizar la información que recopilan con el fin de proyectar una visión clara, así como tomar medidas y decisiones constructivas con el tiempo.

Aunque las personas que se han convertido en multimillonarias por sus propios méritos mantienen una capacidad de adaptación permanente para asumir nuevas tareas, iniciativas, negocios o incluso carreras (piensa en el nuevo enfoque de Bill Gates sobre filantropía o en la transición de Donald Trump a la política), no son camaleones. De hecho, la mayoría cuando eran más jóvenes tenían dificultades para adaptarse a ciertas situaciones, como a una escuela estructurada o a entornos sociales. Sin embargo, desarrollaron una capacidad de adaptación permanente para las nuevas tareas y carreras. Esta cualidad les permitió lograr su visión o resultado deseado.

Todos hemos oído estas historias: el dogmatismo de Steve Jobs para perfeccionar el Macintosh o las tendencias casi de adicción al trabajo de Bill Gates. Hay muchos ejemplos de multimillonarios que crearon su patrimonio por sus propios méritos que se consideran súper-humanos que dejan su huella en el mundo. A menudo, se retiraron y se aislaron para hacer las cosas. Aunque esto puede hacerles parecer obsesivos, compulsivos, combativos o antisociales, la clave es que estas personas tan exitosas dirigieron esta cualidad hacia resultados u objetivos muy claros.

Como personas enfocadas hacia el futuro, estos multimillonarios ven el mundo como debería ser, no como es hoy en día. Ven lo que debería modificarse, mejorarse o desarrollarse. Dada la posibilidad de elegir entre mantener las cosas como están o cambiarlas para mejor, casi siempre elegirán lo último. Pero el deseo de mejora sin una estructura interna puede transformarse en una "parálisis de mejora", cuando los productos o ideas se perfeccionan constantemente, sin realmente avanzar. Sin embargo, estos multimillonarios continúan centrándose en su resultado previsto para establecer las prioridades adecuadas en relación con las mejoras, que realmente les hacen avanzar a ellos y a sus negocios.

Sí, los multimillonarios que crean sus patrimonios por sus propios méritos aprenden a través de libros, pero realmente pretenden poner en práctica su aprendizaje, sus experiencias y experimentos. Como los niños, esta cualidad suele constituir un desafío para el aula y las estructuras educativas tradicionales. Las experiencias y los experimentos dan a estas personas la confianza para seguir avanzando, comprobar lo que han aprendido y reforzar su creencia en las visiones de futuro.

Cuando la mayoría de la gente se une a una sola creencia, se necesita un cierto tipo de persona que ofrezca contradicciones o alternativas. Estos multimillonarios tienen una enorme capacidad para percibir las conexiones únicas en el mundo a través de sus experiencias y experimentos, así como de su concentración en el futuro y su alta sensibilidad. Son capaces de ver situaciones, problemas, soluciones y procesos desde diferentes ángulos con el fin de aprovechar los nuevos recursos o moverse en nuevas direcciones. Esto también puede causar la antipatía de otra gente y desavenencias importantes con sus equipos directivos.

Esta es una cualidad muy visible. Las personas que se hacen multimillonarias por sus propios méritos constantemente se preguntan a ellas mismos: ¿Cómo voy por delante? Esto les conduce siempre a encontrar una ventaja o el medio para salir adelante. A veces, esta característica puede hacer que las personas parezcan implacables, frías o que no tienen corazón. Sin embargo, la búsqueda de ventajas es una cualidad competitiva que ha permitido a estos multimillonarios buscar soluciones nuevas y únicas a los desafíos compartidos, así como incrementar la contribución que pueden hacer a sus equipos.

Por lo general, los multimillonarios no tienen ni idea de dónde les viene su "fuego". Y aunque algunos ven esta cualidad como pura ambición, la motivación intrínseca no es el deseo de ascender en la escala corporativa o recibir premios y reconocimiento. Se trata de un motor constante, un impulso permanente para lograr los objetivos y contribuir al mundo. Naturalmente, la motivación intrínseca también puede convertirlos en personas nerviosas, impacientes y combativas, especialmente con la gente que carece de la misma motivación o que se convierten en obstáculos en su camino.

Al analizar todas las historias de multimillonarios que consiguieron su patrimonio por sus propios méritos, podrás encontrar estas 10 cualidades. Sin embargo, mientras lees esta lista, puede que te des cuenta de algo interesante: puede que veas algunas o todas en ti mismo.

Estas cualidades no son exclusivas de este tipo de multimillonarios, pero destacan en una subpoblación que pasa desapercibida y es incomprendida en nuestra sociedad: el tipo de personalidad empresarial. La única diferencia entre ambos, es su capacidad para reconocer sus características únicas y encontrar la protección y el apoyo necesarios para convertirlas en aspectos muy positivos.