Cómo controla sus emociones un líder eficaz
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La capacidad para controlar tus emociones en el lugar de trabajo es uno de los componentes más importantes para lograr el éxito.

Las habilidades sociales han ganado una atención cada vez mayor en el lugar de trabajo durante los últimos 20 años. De hecho, la inteligencia emocional es una de las competencias laborales que crecen más rápido, según un informe elaborado por el Foro Económico Mundial.

Irónicamente, esas son las mismas habilidades que los directores de contrataciones dicen que les falta a la última cosecha de graduados de la universidad, ya que le prestan más atención a perfeccionar su destreza tecnológica. Sin embargo, controlar nuestras emociones de manera efectiva en el lugar de trabajo es un componente importante para lograr el éxito.

Cuando las emociones están fuera de control, pueden perjudicar a aquellos que trabajan directamente con nosotros. Aunque los empleados puede que se libren con un lapso ocasional en el control emocional, los líderes no gozan de esa libertad. Un líder que no controla bien sus emociones puede causar graves estragos en una organización, dañando gravemente la moral del empleado, lo que inevitablemente afectará a los resultados. Cada reacción positiva o negativa, tendrá consecuencias para todos aquellos que están bajo sus órdenes y afectarán al éxito global de la empresa.

Estas son cinco técnicas que utilizan los líderes para controlar eficazmente sus emociones.

1. Saben cuándo y cómo compartir sus experiencias

No es necesario ni saludable que los líderes sean robots sin emociones y se guarden todo para sí mismos. Los líderes eficaces son capaces de usar sus emociones para conectar con otros a través de su capacidad para compartir los sentimientos, lo cual mejora las relaciones con sus subordinados.

Si un empleado se siente contento por una semana con buenas ventas o triste por el fallecimiento de un miembro de su familia, un líder eficaz sabe cómo expresar sus emociones, para mostrarle a esa persona una conexión emocional.

Aunque sus emociones estén bajo control, saben qué expresar y cuánto revelar según las circunstancias. Por ejemplo, si alguien acaba de perder a un miembro de la familia, un gerente podría expresar lo que sintió en circunstancias similares y el bien que le hizo el sentirse apoyado. A continuación, podrían pedirle a la persona en duelo si necesita algo. Dependiendo de cuán cercana sea la relación, podrían poner una mano en la espalda u hombro de la persona, o incluso ofrecer un abrazo.

2. Hacen lo que es correcto en vez de lo que es popular

Hay muchos casos en que los líderes se sienten tentados a tomar decisiones populares puesto que estas producirán un alivio inmediato en una situación apremiante y difícil. Sin embargo, los jefes eficaces dominan el impulso de ceder a lo que es popular y optan por lo que es correcto. Esto requiere una gran cantidad de autoconfianza y valor.

Si un empleado impopular fuera objeto de burlas y ninguneado, el jefe podría apoyar a ese empleado y hacerles frente a sus compañeros de trabajo para detener ese comportamiento. Esto puede que cause cierto resentimiento por parte de los autores, pero refuerza la idea de que la intimidación no puede ser tolerada, y eso es más importante para los directores eficaces que el hecho de ser popular.

3. Confían en su intuición

Cuando tienen problemas con una decisión, los directivos eficaces son capaces de sintonizar y utilizar sus instintos para tomar decisiones, a pesar de que puede haber razones de peso para no hacerlo. Esto se debe a que han confiado en la intuición en el pasado y confían en que será la mejor guía cuando no haya una respuesta obvia.

Por ejemplo, podrían tomar la decisión de contratar a alguien fuera de la empresa, que se adapta perfectamente al perfil del puesto, en lugar de promover a alguien de dentro que es muy popular, pero no tiene la visión o la iniciativa para asumir el nuevo papel.

4. Luchan continuamente contra la apatía, la inercia, y la dilación

¿Alguna vez has tenido un día en el que no has tenido ganas de hacer muchas cosas, dejando muchas sin hacer hasta más tarde, o al día siguiente? Tal vez te sientes cansado, o simplemente estás teniendo un mal día o semana. Todos hemos tenido esos días.

Los líderes comparten sus problemas, pero pueden permitirse el lujo de ceder. Otros dependen de ellos para tomar medidas y hacer las cosas, incluso cuando no tienen ganas de hacerlo. Se han autodisciplinado a hacer lo que sea necesario, independientemente de cómo se sienten. Si necesitan tener una conversación difícil con un empleado o cliente, lo harán, aun si están tentados a posponerlo para otro día.

5. Buscan soluciones, no alguien a quien culpar

Una de las trampas más fáciles en las que caer es evitar responsabilidades cuando las cosas no van bien. Los malos líderes buscan la manera de echarles la culpa a otros cuando las cosas van mal. Es más fácil evitar la responsabilidad culpando a otros o a circunstancias externas, pero eso no es liderazgo.

Los líderes eficaces empiezan inmediatamente a buscar soluciones. Descubren qué salió mal para evitar el mismo problema en el futuro. Están más interesados ​​en utilizar el fracaso como una oportunidad para aprender y seguir adelante, en lugar de gastar tiempo y energía buscando cabezas de turco.

A menudo, la razón del problema es la falta de comunicación entre los líderes y aquellos que colaboran con ellos. Los líderes eficaces averiguan qué ocurrió y admiten fácilmente que sus instrucciones puede que no hayan sido lo suficientemente claras.

Esto también crea una oportunidad para tranquilizar a los empleados que se resisten a admitir que no comprendieron algo por temor a parecer estúpidos, y hacerles entender que sus jefes no van a tener una peor opinión de ellos por pedir aclaraciones. Es crucial para los buenos directores no mostrar ningún signo de frustración si lo que pensaron que era una petición directa no se entendió desde el principio.

Un líder eficaz es muy consciente de sus sentimientos y conoce sus responsabilidades hacia el personal, los clientes y la organización. Esto no es fácil – se necesita un esfuerzo. Pero han trabajado duro para desarrollar sus habilidades con el objetivo de mantener sus emociones bajo control cuando fuera necesario y mostrarlas cuando la situación lo requiera.

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