10 hábitos que te harán mucho más feliz

La aplicación de estas estrategias no solo te va a ayudar a ser más feliz sino también a desarrollar tu inteligencia emocional. Elige las que concuerdan más contigo y disfruta.

La felicidad viene de tantas formas diferentes que a veces puede ser difícil de percibir. En cambio, la desdicha es fácil de identificar.

Pero seamos sinceros, la felicidad y el trabajo no siempre van de la mano. Un estudio Gallup de 2013, que facilitó datos de más de 180 millones de personas, averiguó que solo el 13% de nosotros nos consideramos "felices en el trabajo".

Los que se consideran felices están un 36% más motivados, son seis veces más activos y el doble de productivos que los que se sienten infelices.

La felicidad en realidad tiene menos que ver con las circunstancias de lo que la mayoría de las personas piensa. Un estudio de la Universidad de Illinois averiguó que las personas que ganan más (más de 10 millones de dólares al año) son solo un poco más felices que los trabajadores que tienen un sueldo medio. Por su parte, los psicólogos de la Universidad de California demostraron que la genética y las condiciones de vida solo determinan aproximadamente el 50% de la felicidad de una persona. El resto depende de ti.

Las condiciones de vida tienen poco que ver con la felicidad porque gran parte de la misma está bajo tu control: es el resultado de tus hábitos y de tu visión de la vida. La felicidad es artificial – la produces o no.

Para llegar a ser feliz, necesitas aprender lo que es bueno para ti. Una vez que descubres esto, todo lo demás tiende a ponerse en su lugar. Y la felicidad no solo mejora el rendimiento sino que también es bueno para la salud.

Un conjunto de habilidades fundamentales que las personas felices suelen tener en común es la inteligencia emocional (IE). La empresa TalentSmart ha medido la IE de más de un millón de personas y ha averiguado lo que caracteriza a las personas con una inteligencia emocional alta. Fue entonces cuando los investigadores llevaron a cabo un estudio más profundo y descubrieron algunas estrategias a través de las cuales las personas emocionalmente inteligentes crean su propia felicidad.

Es bueno saber cómo el Brexit podría afectar a los mercados de tu país o que tu empresa podría fusionarse con su mayor competidor, pero hay una gran diferencia entre estar al día de estas cosas y preocuparse por ellas. Las personas felices están preparadas e informadas, pero no se permiten preocuparse por cosas que están fuera de su control.

Las personas con alta inteligencia emocional saben lo importante que es elegir el momento adecuado para una batalla decisiva. En un conflicto, las emociones incontroladas te hacen obcecarte y librar el tipo de batalla que puede dañarte y hacerte infeliz durante algún tiempo. Cuando eres consciente de tus emociones y respondes a ellas, eres capaz de elegir tus batallas con sensatez y defender tu posición solo en el momento adecuado.

Cuando duermes, tu cerebro literalmente se recarga, eliminando las proteínas tóxicas que se acumulan durante el día como subproductos de la actividad neuronal normal. Esto garantiza que te despiertes descansado y con la mente despejada. Tu energía, atención y memoria disminuyen cuando no consigues la suficiente calidad de sueño. La falta de sueño también aumenta los niveles de la hormona del estrés, incluso sin un factor de estrés presente. Para las personas felices dormir es una prioridad, ya que les hace sentirse bien y saben lo mal que lo pasan cuando no duermen lo suficiente.

Cruzar los límites morales en aras del éxito es un camino seguro a la desdicha. Infringir las normas personales crea sentimientos de arrepentimiento, insatisfacción y desmotivación. Es importante saber cuándo defender tu posición y manifestar desacuerdo cuando alguien quiere que hagas algo que sabes que no deberías. Cuando te sientas confundido, tomate algún tiempo para reflexionar sobre tus principios y anotarlos. Esto te ayudará a identificar tu sentido de la moral.

Moverte durante tan solo 10 minutos libera GABA, un neurotransmisor calmante que también limita la impulsividad. Un estudio de la Universidad de Bristol averiguó que las personas que hacían ejercicio durante los días laborables mejoraban en la organización del tiempo, el estado de ánimo y el rendimiento. Los beneficios del ejercicio siempre superan el tiempo perdido en su logro.

Las personas se dividen en una de estas dos categorías: las de mentalidad fija o las de mentalidad de crecimiento. Con una mentalidad fija, crees que eres quien eres y no puedes cambiar. Esto ocasiona problemas cuando te enfrentas a un reto, porque cualquier cosa que parece ser más de lo que puedes manejar va a hacer que te sientas desesperanzado y agobiado. Las personas con una mentalidad de crecimiento piensan que pueden mejorar con esfuerzo. Esto les hace más felices porque son mejores haciendo frente a las dificultades. También superan a los que tienen una mentalidad fija, ya que aprovechan los desafíos, considerándolos como oportunidades para aprender algo nuevo.

No es necesario recordarte la cantidad de tiempo que pasas trabajando. Échale un buen vistazo a tu lugar de trabajo. Deberías crear un espacio que sea relajante e inspirador. Ya sea con un cuadro de tu familia, una planta o un premio del que te sientas orgulloso, demuestra de una manera destacada que lo llevas en mente. Deshazte de la basura y el desorden que no significan nada ni son positivos para tu estado mental.

Dedicar tiempo a ayudar a tus compañeros no solo les hace felices a ellos, sino también te hace feliz a ti. Ayudar a otras personas te proporciona una oleada de oxitocina, serotonina y dopamina, las cuales crean buenas sensaciones. En un estudio de Harvard, los empleados que ayudaban a otros eran 10 veces más propensos a estar centrados en el trabajo y tenían un 40% más de probabilidades de conseguir un ascenso. El mismo estudio demostró que las personas que proporcionaban constantemente apoyo social tenían más probabilidades de ser felices durante los momentos de mucho estrés. Siempre y cuando te asegures de que no te estás comprometiendo demasiado, es seguro que ayudar a los demás influye de forma positiva en tu felicidad.

Una investigación de la Universidad de Chicago demostró que las personas que son capaces de alcanzar un estado de profunda concentración, también llamado estado de flujo, obtienen grandes beneficios. El flujo es el estado mental en el que te encuentras completamente absorto en un proyecto o tarea y pierdes la conciencia del paso del tiempo y otras distracciones externas. El flujo se suele describir como un estado en el que sientes euforia y sensación de control al mismo tiempo.

El resultado no es solo felicidad y productividad, sino también el desarrollo de nuevas habilidades a través de un mayor estado de aprendizaje. La clave para alcanzar el estado de flujo reside en organizar tus tareas de tal manera que tengas metas inmediatas y claras para aplicar tus puntos fuertes. A medida que comienzas a trabajar en estas tareas, aumenta tu concentración, junto con tus sentimientos de adecuación. Con el tiempo, alcanzas un estado de flujo, en el que la productividad y la felicidad florecen. Establecer objetivos claros cada día y experimentar con el orden de las tareas hasta que encuentres la fórmula secreta que consiga que fluyas.

No te limites a decirte a ti mismo que lo mejor está por venir – créetelo. Tener una perspectiva positiva y optimista sobre el futuro no solo te hace más feliz; sino que también mejora tu rendimiento mediante el aumento de tu sentido de autoeficacia. La mente tiene una tendencia a magnificar los momentos agradables del pasado hasta tal punto que el presente palidece en comparación. Este fenómeno puede hacerte perder la fe en el hecho de que el futuro puede ofrecerte mejores cosas de las que ya ha experimentado. No te dejes engañar. Cree en las grandes cosas que el futuro tiene reservado.