La única verdad sobre el sueño de trabajar por tu cuenta
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No todo el mundo puede llegar a ser un empresario independiente. Estas son algunas de las dificultades a las que te enfrentarás.

Cuando a muchas personas les preguntan sobre el “trabajo de sus sueños”, la respuesta a menudo implica convertirse en su propio jefe. A menudo no importa en qué campo – el atractivo principal es no tener que responder más ante tu superior. De hecho, según un estudio reciente, 29 millones de estadounidenses están considerando la posibilidad de hacerse independientes en un futuro próximo. Pero podemos apostar que no todos ellos lo harán.

Eso es comprensible. No existe una fórmula para que a todos los que intentan trabajar de forma independiente les vaya bien. Pero uno de los obstáculos más difíciles es traducir el concepto de “trabajo ideal” en cuanto a trabajar por cuenta propia en una realidad sostenible, y personalmente satisfactoria. Esto es lo que supone.

1. Espera un cambio en tus expectativas

Tal vez la lección más difícil que aprenden la mayoría de los trabajadores independientes es también uno de las primeras a las que se enfrentan: que el trabajo de tus sueños, sea el que sea, requiera mucho trabajo para que se haga realidad, y por lo general no es lo que pensabas que sería.

Vas a tener que superar la fatiga de decisión cuando tengas que elegir una y otra vez, a menudo sin mucha experiencia o información. Aprender a fijar prioridades, y a valorar y ponerle precio a tu trabajo.

Además – y quizás lo más llamativo de todo – en lugar de un jefe (tú mismo), en realidad tendrás varios, en forma de clientes, cada uno con sus propias peticiones.

Paradójicamente, controlar todo en tu vida profesional puede ser emocionante y paralizante a la vez. Y después de que se desvanezca la euforia inicial de trabajar por cuenta propia, es posible que empieces a preocuparte de haber cometido un error.

El conocimiento que adquiriste para convertirte en un experto en tu campo no es el mismo que las destrezas que necesita un empresario.

Aprender un nuevo conjunto de habilidades probablemente te haga sentir incompetente. Eso puede dar lugar a dudas sobre uno mismo, lo cual puede derrumbar todo tu esfuerzo si no tienes cuidado. Ten en cuenta que esta ansiedad es normal y temporal. Sin embargo, superarlo supone reconocer que una vez que te has acostumbrado al trabajo independiente, probablemente no lo describas como tu trabajo ideal, pero podrás disfrutarlo de todas maneras. La mayoría de los autónomos que descubren que después de dominar las realidades prácticas de trabajar para uno mismo, no lo cambiarían por nada.

2. Ahorra y prepárate para un viaje lleno de obstáculos

Construir un negocio sostenible haciendo exactamente el tipo de trabajo que quieres hacer, lleva su tiempo. Tus primeros clientes y proyectos puede que no sean ideales. Prepárate bien económicamente. Aunque reducir tu deuda es fundamental, tener dinero en efectivo a mano es en realidad más importante para los autónomos.

Esto puede que suene contradictorio. Obviamente, no tener deudas es ideal, pero no siempre es práctico. Tener dinero en el banco te hace sentir menos desesperado, por lo que no tienes que tomar cualquier cosa que se te presente. Poco después de ir por cuenta propia, es posible que también descubras que necesitas pagar las deudas a un ritmo más lento del que quisieras, al mismo tiempo que construyes una base financiera sólida. Tener reservas de efectivo ayuda también. Eso te permite sobrellevar las fluctuaciones naturales que te encontrarás inevitablemente en las primeras etapas del negocio. De esta manera no tendrás que buscar desesperadamente puestos de trabajo en internet.

3. Apóyate en tus habilidades y fortalezas

La mayoría de los sueños aspirantes a empresarios no cuentan con el hecho de que todo – incluyendo aportar ingresos – recae directamente sobre nuestros propios hombros. La venta es una nueva habilidad para la mayoría de los independientes. Es fácil depender de tus contactos existentes para aquellos clientes iniciales, pero cuando el pozo se seca, puede que no sepas si ir a eventos, adoptar una estrategia de marketing de contenidos, crear un blog, o todo lo anterior.

Probar una gran variedad de métodos para hacer crecer tu negocio por primera vez puede agotarte. Aunque existen algunas fórmulas generales para el éxito del negocio, las estrategias específicas que funcionan varían enormemente de una persona a otra. Así que dedica tiempo en pensar sobre lo que disfrutas de forma natural, para que puedas aplicar esas habilidades al tipo de promoción que necesitarás adoptar.

Esto se aplica también a otros aspectos de tu negocio. Conocer tus puntos fuertes y ponerlos en práctica – incluyendo las funciones en las que todavía no los hayas aplicado. Entonces, automatiza o externaliza tareas que odias o en las que simplemente no eres bueno, así como la planificación, la creación de un sitio web, o escribir anuncios según sea el caso. Solo porque el éxito de tu negocio o el fracaso dependa de ti no quiere decir que cada tarea debe ser realizada por tus propias manos.

4. Dedica tiempo a volver a conocerte a tí mismo

Una de las mayores sorpresas para los independientes es encontrarnos a nosotros mismos sentados en casa, sin saber cómo actuar.

No tener ataduras por primera vez, y tener que crear todas las reglas de la nada, puede ser desconcertante. Puede que comiences a darte cuenta de qué parte de tu carrera y estilo de trabajo realmente ha sido dictado por otra persona. Muchas de las normas de los trabajos de jornada completa son vestigios de la Revolución Industrial y reflejan las exigencias de gestión empresarial más que aquellos de los trabajos del siglo XXI. Los hábitos de trabajo en los que has caído puede que no te sirvan mucho cuando has cambiado drásticamente el contexto en el que los vas a aplicar.

Para acostumbrarte al nuevo régimen sin piloto automático, hazte estas cuatro preguntas. Está bien si las respuestas cambian con el tiempo – la clave es reencontrarse gradualmente con el nuevo tú que trabaja por cuenta propia:

  1. ¿Estás mejor en intervalos cortos durante el día o en largos períodos que comienzan en un determinado momento del día?
  2. ¿Trabajas mejor en un silencio total o en medio del murmullo de una cafetería?
  3. ¿Necesitas estar en una oficina o tienes la suficiente disciplina para evitar distracciones en casa?
  4. ¿Qué agota tu energía?

Por último, no te desilusiones si trabajar por tu cuenta no es lo que esperabas. Tendemos a imaginar nuestros "trabajos ideales" hasta el punto de que un cierto grado de decepción puede ser inevitable. Pero no tienes por qué deprimirte por ello.

Una vez que entiendas tus principales puntos fuertes y cómo sacar lo mejor de ti mismo, tu trabajo se acercará mucho a lo que soñabas – y será mucho mejor que otra cosa.

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