La impresionante mansión del fallecido músico en la Isla Mustique ahora está disponible para alquilarse.
Siempre hubo algo como de otro mundo en Ziggy Stardust. Lo mismo puede decirse de su excéntrica pero atractiva mansión de siete habitaciones, de estilo balinés, en lo alto de una colina con vistas a la Bahía Brittania de la Isla Mustique.
Aquí, el laberinto de pabellones al aire libre, los dormitorios, estanques, estudios y salas de estar fueron creados a imagen y semejanza de las fantasías más coloridas de David Bowie. Hay un salón cuyas paredes están decoradas con la pátina de una antigua fortaleza romana y cuyo techo tiene grabados de ramas de palmeras. Hay una sala de juegos con un impresionante tablero de ajedrez de madera con incrustaciones, y paredes con texturas abstractas hechas con conchas marinas recogidas a mano. Se pueden encontrar tallas balinesas de templos indonesios y “dioses protectores” con forma de dragón, serpientes de madera para los pasamanos de las escaleras, y una lámpara de cristal de Murano del siglo XVIII tan antigua, que tiene que ser encendida con aceite.
Y sin embargo, la casa – que ahora está disponible para ser alquilada a través de Mustique Company y Red Savannah – es sorprendentemente armoniosa. Estanques con carpas y paisajes impresionantes, junto con increíbles vistas al mar y una rica colección de muebles antiguos le dan a la villa un encanto tropical que te transporta a Balo.
Nada de eso ha sido casualidad. Bowie le dio instrucciones a uno de los arquitectos más sobresalientes de la isla, Arne Hasselqvist, de construir un hogar que fuera indudablemente “no caribeño” y “lleno de locuras y peculiaridades”. Hasselqvist dio en el blanco. “Me encanta un buen tópico”, le dijo Bowie a Architectural Digest en 1992, “y para mí, esta casa es el tópico más encantador de todos”.
Según el especialista en villas de Red Savannah, Nick Westwood, Bowie encontró el lugar tan apacible que “le resultaba difícil trabajar allí”. (Lo que significa que probablemente no se opondría al hecho de que su estudio de grabación haya sido readaptado en el sexto dormitorio de la casa).
Entonces, ¿cómo se convirtió el antiguo nido de Bowie en una opción para los amantes del mar Caribe? La historia tiene cierto misterio. Veintidós años antes del fallecimiento de Bowie, en 1994, el artista le vendió la casa al poeta inglés Felix Dennis, que respetó la integridad de la casa y la dejó intacta. Añadió una cabaña de escritor, que más tarde se convirtió en el séptimo dormitorio de la casa, y rebautizó el edificio, cambiando su nombre del certero pero insulso “Britannia Bay House” al exótico, pero geográficamente incorrecto, “Mandalay”.
En 2014, Dennis falleció, y la casa se puso en venta por 20 millones de dólares. La operación se llevó a cabo a principios de este año, pero el nuevo propietario no se dio a conocer. “Todo el mundo es muy discreto en Mustique y por lo general poco dispuesto a hablar de los propietarios de la villa”, explicó Westwood. (Es esta privacidad la que atrae a celebridades como Mick Jagger y la realeza británica a la isla).
Mandalay aterrizó tranquilamente en el mercado del alquiler durante la temporada baja de este año, con un precio de 40.000 dólares por semana para 14 personas y ocho miembros de personal. Para la temporada alta, que va desde el 15 de diciembre hasta el 30 de abril, el precio subirá a 60.000 dólares por semana. Westwood recomienda presupuestar un 20% adicional sobre el impuesto de la isla, por lo que el importe total sería de hasta 72.000 dólares, sin propina.
