¿Merece realmente la pena visitar estas maravillas del mundo?

Un equipo de periodistas del periódico británico Independent ha visitado estas 20 atracciones de fama mundial y han emitido su veredicto sobre cada uno de ellas.

Hay ciertos lugares que han entrado en el canon cultural como maravillas del mundo que hay que visitar antes de morir, no importa cuánto dinero, tiempo y esfuerzo sean necesarios. Pero ¿cuántas de ellas cumplen realmente las expectativas y cuántas tienen más posibilidades de decepcionarnos? El equipo de viajes del periódico Independent – el corresponsal Simon Calder, la directora adjunta Laura Chubb y la directora de la sección Viajes Nicola Trup – dan sus veredictos sobre las maravillas del mundo que han visitado.

Visita la Gran Pirámide de Giza, a las afueras de la zona sur de El Cairo, cuando haya menos turismo en Egipto, para que puedas disfrutar de la soledad, y al mismo tiempo apoyar a la economía local. Recuerda que esta, la más antigua de las siete maravillas, fue la estructura más alta del mundo hecha por el hombre durante casi cuatro milenios – teniendo en cuenta la tecnología de la época, probablemente sea el mayor logro humano de todos los tiempos.

Cumple las expectativas al cien por cien. Y no te detengas en ese momento mágico cuando emerges de una estrella garganta para encontrarte de frente al Tesoro (Al Khazneh) de color rosa, intrincadamente labrado en la roca; hay una ciudad entera para explorar. En realidad, un día apenas es suficiente para verlo todo. Pero no dejes de visitar el Monasterio (Deir) – el edificio esculpido en la piedra es un digno competidor del Tesoro, y tiene muchos menos turistas, debido a su tedioso ascenso a la montaña.

Di un paseo por la Gran Muralla en Badaling, una de las secciones más populares a la que se puede acceder desde Pekín. Por supuesto, es una estructura increíblemente impresionante, pero la multitud de visitantes (particularmente aquellos que desean hacerse una foto con un extranjero) frustró ligeramente la experiencia. Vale la pena sólo si eliges un lugar menos conocido y sales temprano para evitar las multitudes.

La montaña más alta del mundo es mucho mejor para verla de lejos – rodeado por otras cumbres del Himalaya – que para escalarla. Una vez en Nepal, asegúrate de ir a disfrutar de los países de las montañas y la hospitalidad de la gente local a una altura donde no necesitas el aparato de oxígeno. O crampones.

No decepciona – y aún mejor si es la recompensa al final del Camino Inca, una caminata de cuatro días (coger el tren aquí no tiene el mismo efecto). No esperes ver el amanecer en la Puerta del Sol tras levantarte al amanecer en el último día, aunque más a menudo que no, se ve oscurecido por la niebla.

Pasa al menos un par de días en el Gran Cañón – primero camina a lo largo del borde, y luego coge una balsa por el turbulento río Colorado que fluye al fondo del cañón. Tienes garantizada una experiencia inolvidable. Por la noche podrás alojarte en una de las encantadoras cabañas ubicadas en este parque nacional. Y evita a toda costa la avalancha de turistas en la pasarela de cristal Skywalk.

Sólo porque sea el primer Parque Nacional del mundo, y abarque un área casi la mitad del tamaño de Gales, no convierte a Yellowstone en una maravilla. Sí, tiene un géiser espectacular, pero Islandia tiene los originales (los cuales dieron nombre a los demás existentes en el planeta) y es más fácil y barato llegar allí. En EE. UU., hay parques como Zion y Yosemite que son maravillosos.

Un feliz viaje en compañía de una serie de animales extraños y maravillosos – a quienes no podría importarle menos el desfile de seres humanos observándolos, y a los que ignoran deliberadamente en lugar de alejarse. Los piqueros patiazules, las iguanas marinas de aspecto malvado y las gigantescas tortugas fueron mis favoritos – no te lo pienses y ve a las Islas Galápagos en un crucero adecuado en lugar de barcos más baratos, para que puedas disfrutar de cada minuto de ellas (visitar las islas implica normalmente algunos días en el mar).

Cualquiera que haya conducido desde Londres al suroeste probablemente se haya encontrado atrapado en el tráfico alrededor de Stonehenge, mientras conductores y pasajeros se quedan atrapados en este enorme anillo de rocas. Sin embargo, no puedo decir que me impresionara realmente, y un amigo nacido en Wiltshire me asegura que el cercano Círculo de Piedra de Avebury es mucho más impresionante.

Lo más especial de los más de 2.250 km de arrecife de coral que adorna la costa oriental de Australia es que se puede alcanzar con mucha facilidad y de forma segura (para ti y el arrecife), para maravillarse con la belleza, el color y la abundancia de la naturaleza.

Siempre y cuando no los visites en enero. El clima en Agra en esta época del año es terriblemente brumoso y tras lo que pareció un paseo en taxi al más allá (la niebla era tan espesa que no podía ver los coches en frente o detrás), mi esperada instantánea de la salida del sol resultó ser una nube de impenetrable gris, donde ni siquiera se distingue el contorno del famoso monumento al amor. Pero incluso en estas condiciones, una vez estuve cerca del mausoleo, había algo realmente fascinante sobre el Taj Mahal – por lo que sólo puedo concluir que en un día claro sería absolutamente espectacular.

Debes querer ir realmente – es literalmente un viaje al fin del mundo. Primero debes ir a la ciudad más meridional del mundo, Ushuaia en Argentina, y luego soportar dos días cruzando el Paso de Drake, famoso por sus mares tempestuosos (habrá bolsas para el mareo tras los pasamanos de los pasillos de tu barco). Pero vale la pena: una versión del mundo prácticamente virgen de la humanidad, sus paisajes épicos están tan impolutos que parecen hechos por ordenador. Y no estás solo: avisté orcas, ballenas jorobadas, enormes colonias de pingüinos y leones marinos, e incluso visité el pub más meridional del mundo en Vernadsky Research Base.

La serie de cataratas es ciertamente una parada que vale la pena en el viaje por tierra entre Nueva York y Toronto, con el interés añadido de una frontera internacional a través del río Niágara. Pero Sudamérica tiene cataratas de las que nunca has oído hablar y que son más impresionantes que las tres cataratas del Niágara. E incluso bajan la corriente por la noche para conservar el agua.

Después de pasar 10 minutos viendo cómo el sol se alzaba sobre la icónica roca roja de Australia, mi amigo dijo: “Vale, ya lo he visto”. Pero yo no había terminado – ver Uluru cambiar de color bajo la luz cambiante y pasar un par de horas paseando a su alrededor fue algo inolvidable.

Sin duda llega a tiempo para ver la salida del sol – la silueta de este complejo de templos que se refleja en sus piscinas refleja es una vista impresionante. Pero no te detengas en Angkor Wat – hay tantos templos asombrosamente evocadores, tallados fabulosamente para ser descubierto en esta selva, y vale la pena pasar unos días para convertirte en Indiana Jones.

Si estamos hablando de experiencias verdaderamente inolvidables, llenas de maravillas, del tipo que te llenan el corazón y te hacen sentir vivo, entonces me temo que el Coliseo simplemente no pasa la prueba. ¿Vale la pena una visita si estás en Roma? Por supuesto. ¿Es un viaje que tengas que hacer antes de morir y en el que gastarte tus ahorros? Podrás descansar en paz aun si te lo pierdes.

Lo mejor del nuevo vuelo sin escalas desde Heathrow a Santiago, a partir de enero, es que el Reino Unido está ahora a una parada de uno de los lugares más hermosos del planeta. En un fragmento volcánico del tamaño de Jersey en el Pacífico Sur, puedes experimentar la geología extrema, la relajada vida latina y los misteriosos restos de una de las culturas más extrañas de la humanidad.

Esto es hacer trampa, ya que estaré de camino al Kilimanjaro cuando salga esta historia. Según lo que dice todo el mundo, es una caminata increíble, especialmente por la sensación que se tiene una vez llegas a la cima. Daré más datos cuando regrese.

Puedes ver las cascadas desde cualquier lado de la frontera, pero creo que el lado argentino tiene las mejores vistas. Observar de cerca la increíble fuerza de esta cadena de cataratas de 3 km de largo – adonde se accede por pasarelas a través de la selva tropical y, por el lado argentino, barco en también – es una auténtica lección de humildad.

Rio de Janeiro puede que sea la ciudad más atractiva del mundo, y no sólo estoy hablando de esos cuerpos bronceados en la playa: rodeado de montañas tropicales, selva, playas y mar, es bastante difícil de superar. Coger el tren de vías estrechas hasta la joya de la ciudad es la guinda del pastel – si el tiempo lo permite, por supuesto (algunos amigos míos tuvieron una experiencia similar a la mía en el Taj Mahal).