Una actitud equivocada hacia el dinero te puede dejar sin blanca, incluso si eres rico. Esto es lo que no debes hacer si no quieres acabar sin un duro.
Se conoce a los millonarios porque acostumbran a planificar con esmero su fortuna y a gastarla de forma inteligente, porque se están formando constantemente, madrugan, y sobre todo porque cuidan su salud.
Pero todos hemos visto a millonarios que no practican esos hábitos de auto-control. Los que tienen una esposa, o pareja, que nunca fue rica y que no sabe que el dinero hay que cuidarlo; o el millonario que hace justo lo contrario a ganar dinero y conservarlo – y tienen malos hábitos que hacen que al final se arruinen.
La siguiente es una lista de los hábitos más comunes que han provocado la ruina de algunos millonarios.
1. No controlaron el gasto
Tanto si se es un escritor freelance o Bill Gates, todos necesitan hacer sus presupuestos. Para cuidar el dinero hay que controlar cada céntimo que se gasta. Hay que tener un presupuesto y saber a dónde se va cada céntimo.
Personalmente recomiendo prestar atención a los pequeños gastos que habitualmente obviamos. 10 dólares mensuales se van acumulando en el tiempo, si estos gastos van aumentando sin darse cuenta el dinero va desapareciendo cada mes.
Aunque este sea un hábito que tienen muchos millonarios, quienes están a punto de arruinarse no se preocupan y no controlan el dinero – más bien hacen lo contrario. Ni siquiera sabrían decir dónde se lo han gastado. Estos millonarios que pronto dejarán de serlo, no revisan sus extractos bancarios ni sus facturas mensuales para comprobar que no se han hecho transacciones no autorizadas. Tampoco miran las facturas de los restaurantes, de los hoteles o de las compras pequeñas, y mucho menos de la compra del supermercado, para comprobar que no les han cobrado de más. Y no comparan los precios de los consumos diarios, como por ejemplo la factura del móvil.
Al final, estos millonarios gastan mucho dinero simplemente porque no controlan el gasto. Puede que no parezca un gran problema al principio, pero es posible que la suma se haga rápidamente grande. Al final – muy al final – no hay dinero, y eso sí es un problema.
2. Hicieron compras caras e impulsivas
Los millonarios que se están quedando en la ruina tienen el desafortunado hábito de hacer compras impulsivas. Un ejemplo es cuando han tenido un mal día en el trabajo y se tiran una juerga de compras en Amazon, o cuando deciden comer en DoorDash dos veces a la semana porque están deprimidos por algo y no quieren cocinar.
La mayor parte de los millonarios son austeros y se les conoce por cuidar el gasto. Evitan realizar compras impulsivas porque en su caso, este tipo de compras tienden a ser un poco más caras que las de Amazon. Estas son a menudo el tipo de compras caras con las que se puede “hundir el barco”. ¿Se acuerda de M.C. Hammer y sus portones de acceso chapados en oro engalanados con la frase “Hammer Time” y sus 21 caballos de carreras? Mejor habría sido que se hubiera quedado sentado en el sofá con un litro de helado de Häagen-Dazs y haberse abstraído con una película antigua.
Hay algo interesante sobre los millonarios que conservan su fortuna, y es que usan cupones, buscan las mejores oportunidades y montan una escena si les cobran de más. Después terminan pasando unas lujosas vacaciones en Europa o compran un enorme anillo de diamantes. Uno de mis mejores amigos es multimillonario. La semana pasada paré por su casa y le oí discutir al teléfono con una empresa sobre un cargo de 40 dólares. Hay que ser austero sin importar en qué fase de la vida se está.
3. No contaban con varias fuentes de ingresos
El estudio que tardó cinco años en realizar el escritor Thomas C. Corley sobre millonarios hechos a sí mismos, reveló que la mayoría tienen múltiples fuentes de ingresos. De hecho, el 65 por ciento de los millonarios que incluyó en su estudio contaba con tres fuentes de ingresos, y el 35 por ciento con cuatro.
Pero no todos los millonarios siguen esta regla de varios ingresos. Tomemos el caso de Eike Batista, un hombre de negocios brasileño con una fortuna estimada en 35.000 millones de dólares. Batista creía realmente que nada podía perjudicar ni frenar su negocio de petróleo y gas, OGX. La compañía era su joya de la corona. Pero cuando la producción de petróleo disminuyó, se fue a la quiebra.
Corley afirma que “tener múltiples fuentes de ingresos tiene mucho sentido”. “Cuando una sufre los efectos negativos de las sistemáticas recesiones económicas, que están fuera de nuestro control, el resto de fuentes pueden suponer el rescate y ayudar a sobrevivir a la crisis, sin que el estilo de vida se vea extremadamente afectado”. Esto también es sinónimo de la norma “no pongas todos tus huevos en una sola cesta”.
4. Eran inversores impacientes y agresivos
Al contrario que los inversores a largo plazo pacientes y que conservan la calma, los inversores agresivos usan El lobo de Wall Street como manual de estrategia. Eligen los valores basándose en corazonadas y los venden en medio del pánico cuando empiezan a bajar. Incluso peor, al ganar millones creen que no necesitan el consejo de inversores expertos y confían en sus propios conocimientos de bolsa y en sus delirios de grandeza.
En resumidas cuentas, edúquese en el cuidado de su dinero. Proteja su dinero, preocúpese por de él, cuide de él para no convertirse en otro millonario arruinado.