El escritor y entrenador Darius Foroux comparte su experiencia para lograr la paz y la productividad.
La vida en 2016 es bastante buena. Siempre estás conectado a Internet, dentro de tu casa y fuera de ella.
Con tu smartphone, tienes el mundo a tu alcance. Suena bien, ¿verdad? Pues no.
La mayoría de las personas no utiliza la tecnología, sino que más bien son utilizadas por la tecnología.
Las aplicaciones, los juegos, los videos, los artículos, los anuncios y los programas de televisión, están diseñados para entretenerte. Así que sin saberlo, pierdes muchas horas a la semana. Tu atención está en muchas cosas, pero no en el lugar correcto.
"Estar en todas partes es estar en ninguna parte". - Seneca
¿Por qué crees que Netflix inicia automáticamente el próximo episodio en 3, 2, 1 segundos? Cuando eso sucede, piensas: "Vale, voy a ver otro episodio".
Lo mismo ocurre con YouTube. ¿Por qué crees que se molestan en hacer recomendaciones? Para que pases tanto tiempo como sea posible en la página. Y esto se aplica a todo el contenido. Siempre hay un "próximo" video, episodio, artículo, juego o película; lo que sea.
Curiosamente, la mayoría de las personas que lee este tipo de artículos saben que la falta de concentración es mala. Y en los últimos años, se han publicado muchos trabajos de investigación y libros sobre las consecuencias negativas de las distracciones.
Concretamente, la investigación muestra que las distracciones están relacionadas con el estrés, la frustración, la presión de tiempo y el esfuerzo.
Hacer un trabajo concentrado es difícil. Siempre estamos distraídos.
Y no es tu culpa. La mayoría de la tecnología conecta con tu cerebro y te atrapa, te convierte en un consumidor.
Así que ni siquiera pienses en resistir a Internet o las nuevas tecnologías. Apuesto a que lo has intentado antes. "Nunca más voy a navegar en Internet durante horas." ¡Sí, es cierto!
Entonces, ¿qué funcionará?
Desconectarse de Internet.
Y solo hay una razón para hacer eso: Demasiado de cualquier cosa es malo. Eso ocurre incluso con las cosas buenas.
- ¿Demasiado ejercicio? Entrenarás de más
- ¿Demasiado amor? Agobiarás a la gente.
- ¿Demasiado trabajo? Te agotarás
- ¿Demasiada comida? Engordarás.
- ¿Demasiada agua? Morirás.
Entonces, ¿por qué utilizas tanto Internet? Me hice esa pregunta hace dos años pero no tuve una respuesta. Así que pensé: todo lo demás lo hago con moderación, ¿por qué no hago eso también con el uso de Internet?
Sin embargo, pronto descubrí que no hay moderación con el uso de Internet. Es como un buffet de comida libre. Ya estás lleno, pero sigues comiendo. Y después de que te has llenado, el arrepentimiento te comerá vivo.
Y lo mismo ocurre con el uso de Internet. Es tan tentador, satisfactorio y accesible. Está por todas partes: YouTube, WhatsApp, Facebook, Snapchat, etc.
Estoy a favor de eliminar todas las cosas que distraen, pero tampoco quiero vivir como un ermitaño. Así que tuve que encontrar un término medio que funcionara.
He descubierto que un simple cambio en mi actitud hacia Internet basta.
Pasé de estar "siempre conectado" a estar "siempre desconectado".
En la práctica, funciona así:
- En mi teléfono, los datos wifi y móviles suelen estar desactivados. Solo los activo cuando los necesito.
- En mi ordenador portátil, utilizo una aplicación llamada SelfControl (que solo está disponible para Mac) durante las horas en las que trabajo (prueba FocusMe para Windows). La aplicación bloquea los sitios que distraen. La ventaja es que aplicaciones como Evernote, DayOne y Office 365 permanecen conectadas para poder guardar mi trabajo en la nube.
Estar "siempre conectado" no es algo bueno para tu concentración y productividad.
Es lo mismo que cuando vas al gimnasio, cenas o tienes una velada romántica con tu pareja. No haces esas cosas durante 24 horas al día, las haces durante treinta minutos, una hora o algunas horas. Hacer estas cosas durante demasiado tiempo simplemente no es efectivo.
El desconectarme de Internet ha hecho maravillas por mí. Ya no siento la necesidad de mirar mi smartphone, correo electrónico o las noticias 500 veces al día.
Y después de un tiempo, sientes que no está perdiendo nada. Eso aporta una sensación de calma a tu vida.
También aprovecho más mis días; logro más cosas que nunca, me siento menos distraído y tengo más tiempo para dedicárselo a las cosas que me hacen feliz.
Al fin y al cabo, Internet es solo una herramienta. Sin embargo, algunos de nosotros pensamos que lo es todo. Pero estoy bastante seguro de que, dentro de unos años, no miraré hacia atrás y me lamentaré de no haber pasado más tiempo en Internet.
¿Te imaginas? Estás en tu lecho de muerte y le dices a tu familia: "Me alegro de haber visto tantos videos en YouTube".
No. Probablemente mirarás hacia atrás y reflexionarás sobre el tiempo que pasaste con tu familia o amigos. O los recuerdos que tienes de tus viajes o de lo que disfrutaste en tu trabajo.
Así que desconéctate de Internet. No te está aportando nada más que frustración.
Y después de leer este artículo, desconecta.
Tendrás algunos síntomas de abstinencia como coger el teléfono 100 veces o pulsar la tecla F de tu teclado (para Facebook) todo el tiempo.
Pero te prometo esto: Desconectar de Internet te ayudará a hacer más cosas. Y de eso se trata la vida.