Cómo resolver tus problemas mientras estás medio dormido según la ciencia
Hernan Sanchez/Unsplash
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Los científicos han estudiado los ritmos de actividad cerebral e identificado el más adecuado para la inspiración creativa y encontrar ideas útiles.

Comer. Dormir. Resolver los problemas. Y otra vez a empezar. Es probable que te pases gran parte de tu tiempo de vigilia abordando retos, sobre todo en el trabajo.

Eso no tiene por qué ser malo. Muchos de los más destacados visionarios de los negocios en el mundo, desde Sara Blakely hasta Richard Branson, deben su éxito a su habilidad para identificar los problemas (que en ambos casos son necesidades del cliente no satisfechas) y proporcionar soluciones.

La verdad es que, independientemente de lo previsible (o importante) que sea el problema profesional a resolver, sigue siendo una tarea estresante, y hay gente a la que por lo visto se le da mejor que al resto dar soluciones.

Así que, si quieres jugar bien tus cartas, te sugiero que comiences por encontrar respuestas mientras duermes – literalmente. Se denomina captación de las ondas theta del cerebro. No, no estamos hablando de autohipnosis o meditación zen: es pura ciencia, y funciona.

Pero antes vamos a recapitular:

¿Cuáles son las cuatro ondas del cerebro?

Ned Herrmann da una explicación como educador y afirma que las ondas del cerebro – la actividad eléctrica que emana del cerebro – tiene lugar en cuatro estados que dependen del nivel de actividad. Herrmann continúa desglosando cada estado según se va reduciendo la frecuencia de las ondas.

En el periodo de más actividad generamos ondas beta (como si estuviéramos en medio de una entrevista de trabajo). Cuando estamos relajados – como cuando por fin hemos cerrado un gran proyecto y podemos darnos un respiro – el cerebro conecta las ondas alfa. Si avanzamos un minuto, llegamos a la cuarta fase que es la delta, en la que entramos en un profundo sueño.

Me salté la tercera fase, la onda theta, porque es la idónea para la resolución de problemas. Herrmann afirma:

“Los individuos que pasan muchas horas conduciendo tienen a menudo buenas ideas durante los periodos de ondas theta… Lo cual también puede ocurrir en la ducha, en el metro o incluso cuando nos afeitamos o nos cepillamos el pelo. Se trata de un estado en el cual las tareas son tan automáticas que podemos desconectar de ellas mentalmente. El despliegue de ideas que puede existir durante la fase theta, fluye libremente sin censuras ni remordimientos”.

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La fase theta también ocurre cuando nos quedamos dormidos o nos despertamos, y entre la alerta activa y el profundo sueño. Herrmann comenta:

“Durante el ciclo en el que nos despertamos, los individuos podemos permanecer en estado theta durante un periodo de digamos, unos 15 minutos más – en el que las ideas sobre lo que aconteció el día anterior pueden fluir libremente, o podemos contemplar las actividades del día siguiente. Este momento puede ser extremadamente productivo y ser un periodo de actividad mental muy prolífica y creativa”.

¿Hay alguna prueba real de que esto funcione?

Durante cientos de años, el ser humano ha aprovechado todos los momentos en los que su cerebro está preparado para producir las ideas más brillantes. Artistas como Salvador Dalí, escritores como Mary Shelley y los grandes pensadores entendían que la primera fase del sueño, durante las “cabezadas”, donde las ondas theta predominan en el cerebro, es el momento óptimo para dejar que fluyan los jugos de la creatividad.

Albert Einstein y Thomas Edison también confiaban en momentos de media somnolencia para mascar grandes ideas. Una mente sagaz y creativa es primordial para resolver problemas, por eso se pueden obtener grandes resultados si damos un repaso mental rápido a los retos del día a primera hora de la mañana, cuando todavía nos encontramos en este estado (o incluso por la noche cuando empezamos a quedarnos dormidos). Lo que funcionó para Einstein puede ser útil también para nosotros, aunque puede que el resultado no sea del estilo de la teoría de la relatividad.

¿Cómo podemos aprender a usar las ondas theta?

Se necesita cierta práctica para aprender a emplear las ondas theta. Pero si lo hacemos de forma regular, desarrollaremos un hábito positivo que llevará nuestra productividad a nuevos niveles. Así es como se empieza:

1. Selecciona una tarea

Justo cuando comenzamos a recuperar la conciencia por la mañana, pero mientras todavía tenemos los ojos cerrados y nuestro cerebro está aún soñando, pensemos en el problema o tarea inmediatos al que nos enfrentamos hoy. Puede que sea una conversación delicada, una negociación con un cliente, escribir un informe o crear una nueva campaña de marketing. No importa cuántas obligaciones puedan pasar por nuestra mente, elijamos una y dejemos que el cerebro la procese.

No hay que forzar los pensamientos en ninguna dirección salvo en la que vaya dirigida al tema en cuestión. Puesto que nuestro cerebro ha estado probablemente dándole vueltas a estos problemas toda la noche, nuestro subconsciente se dispone a buscar la solución en cuanto comenzamos a sopesar la cuestión.

Con frecuencia conseguiremos captar una idea o dos útiles. En ciertas ocasiones conseguiremos una pequeña ráfaga de genialidad. Pero, aunque a decir verdad, probablemente nos olvidemos de hacer esto todos los días al principio, con el tiempo conseguiremos convertirlo en un hábito, como una parte más de nuestra rutina matutina.

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2. Toma notas

Si se es como yo, la parte más frustrante de la resolución de problemas en la fase theta es que se tiende a olvidar esta inspiración de ideas en cuanto nos levantamos y empezamos a rodar. Te romperás los sesos bajo la ducha intentando recordar esos tres brillantes puntos que esbozaste mentalmente. Por eso debemos apuntarlos en cuanto estamos lo suficientemente despiertos y abrimos los ojos.

Coge tu smartphone (está cargando en la mesita de noche, ¿verdad?) y anota o haz una grabación de voz de tus ideas. Hazlo con rapidez, cíñete a palabras clave, descripciones y frases que refresquen tu memoria cuando estés listo para usar la información.

Una ventaja añadida: la luz azul de tu teléfono te ayudará a despertarte, (por el contrario, si quieres resolver un problema por la noche antes de dormir, es mejor usar el método de bolígrafo y papel de toda la vida para anotar ideas y que la luz del dispositivo no enturbie tu sueño.

3. Revisa

Haz un seguimiento de tus “pensamientos theta” de manera que puedas retomarlos después de un tiempo y buscar modelos. Es posible que te des cuenta de que en tu caso, te viene genial para abordar un trabajo creativo, como escribir o diseñar, o quizás descubras que es una ventaja cuando tienes que dar una charla o programar algo. Te servirá de ayuda para saber qué preguntas debes hacerte durante este estado mental en el futuro.

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La inspiración nos aborda desde cualquier esquina, pero también los obstáculos. El pensamiento en la fase theta explota las facultades inherentes a la mente a la hora de resolver problemas de manera que nos permite recordar las soluciones y hacer uso de ellas. A menudo es igual que buscar un camino en la carretera, o cruzar el puente que va desde una idea a medio forjar hasta la que nos sea útil de verdad - y ¿por qué no hacer esto incluso antes de levantarse de la cama?

Fuente: themuse

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