El secreto, que no se menciona en los libros y las películas, y que solo tú puedes encontrar.
La mejor inversión que harás en tu vida no es la idea de montar un puesto de limonada, de helados o de perritos calientes para comprar algunas canciones en iTunes. No es comenzar un negocio estacional para quitar la nieve o barrer las hojas con el objetivo de comprar una nueva colección de cómics.
La mejor inversión que podrás hacer no es cuidar a los niños del vecino durante unos días después de las clases para ahorrar dinero para la nueva PlayStation. No está en ese nuevo par de zapatillas de deporte, porque solo eso no te abrirá las puertas para entrar en cualquier equipo de baloncesto.
La mejor inversión que harás no es el primer par de dólares que depositas en tu cuenta bancaria para acumular un interés minúsculo. No se destinará a una trampa rápida para hacerse rico en una semana. No son el par de cientos de dólares que ganas trabajando como camarero en el turno de noche, y que usarás para invertir dinero en esa salida a bolsa nano-tecnológica que comienza como una acción barata.
Ver algunos episodios de la serie sobre finanzas Mad Money no te convierte en un inversor extraordinario.
La mejor inversión que puedes hacer no es contribuir al Fondo de Crecimiento de Gran Capitalización. O una asignación anual. No es una casa. O un estudio en esa prometedora área de la ciudad. No es un condominio o apartamento o algún proyecto de recuperación.
No es algo financiero. Viene antes de que puedas invertir en cualquier activo líquido o ilíquido.
No es tu educación primaria o secundaria. O tus estudios de posgrado.
Eres tú.
La mejor inversión que harás nunca es el compromiso con una educación continua, personal que durará toda tu vida. Es un compromiso personal que sólo tú puedes hacer. Nadie te va a forzar, nadie más va a reunir esa motivación. Solo tú puedes. Tiene que venir desde dentro, porque solo puedes ser responsable de ti mismo.
Tienes que quererlo realmente.
Otros pueden ayudarte pero nunca conocerán tus verdaderos sueños, aspiraciones y emociones.
Esto no es efímero. No es pasajero. Es para toda la vida. Es todo lo que adquieres en forma de pensamiento, razón, lógica, ideas y cualquier información nueva que promueve tu desarrollo personal. Es cada instante, incluso cuando te estás divirtiendo. Es el valor de tus impresiones de pensamiento, palabras y acciones y cómo las entiendas.
El conocimiento que obtengas, la sabiduría que recojas y las relaciones que construyas. Es la síntesis de todo lo que transforma tu forma de pensar y de actuar. Esta inversión te impulsará a nuevas alturas y te presentará nuevas oportunidades deslumbrantes. Esta inversión se construye sobre una base de valores y principios.
Continúa ascendiendo, levantándose y encontrando los medios necesarios para alcanzar el cénit de la autorrealización. Nunca dejes de aprender algo nuevo. Descubrirás que la barrera a la entrada es mínima. Los costes iniciales son insignificantes. Y el interés resultante astronómico.
No esperes, realiza tu primer depósito hoy mismo.