Nuestra guía de etiqueta para los viajes en avión es una lectura indispensable para los ambiciosos aspirantes a caballero moderno. Actúa como una persona de éxito a 11 kilómetros de altura.
Nunca te pongas los “pijamas" de cortesía de la aerolínea. Vístete como te gustaría que te encontraran debajo de los restos del avión (esperemos que nunca suceda).
No trabajes en primera clase ni celebres reuniones de negocio espontáneas (en la cocina tampoco). Si viajas en clase turista, haz lo que sea necesario para salir de allí.
Pon el teléfono móvil en modo avión. Sí, somos conscientes de que el avión no se va a estrellar porque envíes un e-mail mientras está despegando, pero aún así, no te la juegues.
En todo vuelo hay un pesado que insiste en dejar abierta la cortina de su ventanilla durante toda la noche, despertando a todos los pasajeros a 3 filas de distancia cuando empiezan a entrar los primeros rayos de sol. No seas ese idiota.
Aunque hayas pasado un montón de zonas horarias, dormir estirado en tres asientos en clase ejecutiva es totalmente inaceptable.
No hagas fotos del avión para subirlas a Instagram. Ya eres todo un adulto.
Solo bébete la copa de champán de cortesía y un gin tonic a mitad de camino. Si estás de vacaciones, puedes permitirte otro a las 8 am.
El infierno es mucho mejor que el funcionario de inmigración.