Coleccionar zapatillas de deporte caras se ha convertido en una nueva tendencia.
A pesar de tener una colección legendaria de más de 3.600 pares de zapatillas de deporte, el aficionado de 44 años Mark "Mayor" Farese, nacido en Bronx, odia la palabra "coleccionista". Según él, no las colecciona, la gente colecciona sellos o imágenes.
"No colecciono zapatillas de deporte. Las uso", afirmó.
Farese, que podría llevar unas zapatillas de deporte diferentes cada día durante los próximos 10 años, es el ejemplo más claro de un fan de este tipo de calzado. Aunque Farese, fundador de la agencia de marketing digital Stadium Status Group, valora su colección en más de 750.000 dólares – más que la del aficionado medio– esta obsesión ya no es una rareza.
Al principio el mundo de los coleccionistas de zapatillas de deporte se relacionaba con una subcultura marginada dominada por jóvenes, pero actualmente se ha ampliado a una generación de mayor edad, de hombres muy exitosos e incluso famosos.
Además de Porches, Jerry Seinfeld también colecciona zapatillas. El director Spike Lee comparte su fervor al igual que el receptor abierto de los Gigantes de Nueva York Victor Cruz, el actor Mark Wahlberg y otros menos conocidos como Chip Hayashi, de 28 años, gerente de operaciones de Google (NASDAQ: GOOGL).
"Sé que suena estúpido, pero para mí es una pasión", dijo Hayashi, que posee 200 pares.
Según él, se obsesionó con las zapatillas de deporte en la secundaria, cuando puso sus ojos en las zapatillas Reebok Question de Allen Iverson.
La cultura de las zapatillas de deporte comenzó aproximadamente a mediados de la década de los 80. En algún momento entre el lanzamiento en 1985 de las primeras Air Jordan de Nike y del single de Run-D.M.C "My Adidas" de 1986 las zapatillas de deporte se convirtieron, para muchos, en un indicador de prestigio.
En términos más simples, lo que hace que las zapatillas de deporte sean valiosas es una combinación de rareza y diseño llamativo. Solo se podían comprar 150 pares de las codiciadas "Pigeon" Dunk Low Pro SB de Nike - que llevaban una paloma en el lateral-cuando salieron al mercado en 2005.
La colaboración entre Nike (NYSE: NKE) y el diseñador creativo Jeff Staple ocasionó un frenesí sin precedentes entre los fanáticos de las zapatillas de deporte, que casi causó disturbios fuera de la tienda de Staple en Nueva York.
"Nos cogió por sorpresa. Se tuvo que cerrar todo el edificio. La policía de Nueva York llevaba ropa antidisturbios", contó el famoso diseñador.
La demanda de un producto también está relacionada con un momento cultural. Por ejemplo, las imprescindibles Nike Hyperdunk Marty McFly recuerdan a las Nike Air Mags que llevaba Michael J. Fox en "Regreso al futuro: Parte 2".
Las Air Jordan 1 Retro "Banned" rinden homenaje a las primeras Air Jordan, unas zapatillas prohibidas por la NBA por incumplir la normativa uniforme.
La participación de famosos también es importante. "La colaboración es el elemento vital en el proceso de diseño de Nike", afirmó Nate Jobe, el director de diseño de la innovación del calzado de Nike. Eso implica hacer zapatillas de deporte con todos, desde atletas como LeBron James hasta creativos como el artista Tom Sachs y el diseñador de Givenchy Riccardo Tisci.
Ronnie Fieg, fundador de la marca de ropa informal Kith, con sede en Nueva York, y de una tienda popular entre los aficionados de las zapatillas de deporte, ha sido testigo de la incorporación de la cultura de las zapatillas como corriente principal. Para bien o para mal, las masas están ahora más expuestas a las zapatillas más buscadas, en gran parte gracias a las fotografías en los medios de comunicación sociales de famosos que las llevan.
"Los medios sociales dejan entrar a otras personas en un mundo que puede que no hayan visto antes", dijo Fieg.
Se trata de un mundo que, para los verdaderamente devotos, significa esperar en la cola fuera de las tiendas durante horas con la esperanza de conseguir las zapatillas más codiciadas. O si eso no funciona, pagan más por ellas en el mercado de reventa, en tiendas de segunda mano como Stadium Goods o Flight Club (ambas en el centro de Nueva York) o en páginas web como eBay o Grailed. Los coleccionistas emprendedores también pueden simplemente contratar a un adolescente, igualmente emprendedor, que haga cola por ellos.
Y aunque la tecnología digital ha ayudado a evangelizar esta particular religión, también hace que las zapatillas de deporte populares sean más difíciles de conseguir. John McPheters, director ejecutivo y cofundador de Goods Stadium, explicó:
"Los consumidores se han vuelto más sofisticados que hace unos años. Hoy en día, mucha gente leerá una entrada del blog y buscará ese modelo de zapatilla".
Además, el mercado está lleno de especuladores, que compran zapatillas con la única intención de obtener un beneficio. "Hoy día, creo que constituyen la mayor parte de los compradores", afirmó Deon Point, director creativo de Concepts, una tienda de zapatillas con sede en Nueva York y Boston.
Y aunque los fabricantes han intentado luchar contra los especuladores (y los robots que algunos utilizan para comprar en Internet) a través de la tecnología, como por ejemplo, la aplicación SNKRS de Nike, estos compradores siguen perturbando la paz de los aficionados de las zapatillas de deporte. Según ellos, el reto de la búsqueda es parte de la diversión. Echa un vistazo al sitio web de reventa StockX, que supervisa los precios de las zapatillas de deporte como si fueran acciones. Puedes entretenerte durante horas.
En los últimos años, los avances en la tecnología de las zapatillas, a menudo impulsada por las necesidades de los atletas, también han aumentado la popularidad de algunas zapatillas de deporte.
Paul Gaudio, director creativo global de Adidas, explicó: "Es difícil hacer algo nuevo. Para nosotros, [la innovación] se consigue trabajando para resolver los principales problemas que tienen los atletas. El efecto secundario es que nos permite idear algunos productos realmente interesantes".
Gaudio citó las Primeknit de Adidas como ejemplo.
"Ha cambiado la forma en la que una zapatilla de deporte se ve y se siente. En lugar de tener que aplicar capas en sus piezas de cuero con costura y pegamento, puedes integrar todas las necesidades y funciones en los materiales en sí mismos", explicó Gaudio.
Las zapatillas 3-D de Adidas, las Hyper Adapts de Nike que se atan solas y el Nike +, un sistema integrado que te permite realizar un seguimiento de todas las características de la carrera, están entre los avances notables que han surgido en los últimos años.
Aunque la tecnología futurista puede captar la imaginación de un coleccionista, también lo puede hacer el pasado. Los modelos retro, como las populares Air Jordan, permiten a la gente adquirir zapatillas que les encantaba cuando eran niños, pero no pudieron comprarse.
"La conexión emocional con cualquier cosa relacionada con tu infancia se mantiene contigo para siempre", afirmó Fieg, de Kith.
«Nic Galway, vicepresidente de diseño de Adidas Originals, dijo: "El pasado ‘alimenta nuestro futuro’. Nuestro pasado es evidentemente nuestro legado". Se está refiriendo con ello a adoradas zapatillas de deporte, como las Stan Smith blancas con un adorno verde o a las Superstar con una puntera de goma.
"Pero es importante no quedarse estancado ahí", añadió Galway. La marca ha creado otro modelo, las Stan Smith Primeknit, que combinan una parte superior de tejido ultraligero con una suela de goma clásico.
Independientemente de que se trate de modelos retro o más modernos, las zapatillas de deporte coleccionables permiten a los hombres experimentar con estilo de maneras que pueden resultar relativamente extravagantes, pero casi nunca ridículas.
Según, Fieg de Kith, las zapatillas de deporte "se han convertido sin duda en la principal pieza de expresión personal que los hombres utilizan".
Hayashi de Google, que combina las Jordan o las zapatillas deportivas de Asics o Reebok con camisas o jersey neutros y vaqueros, afirmó: "Las zapatillas son mi principal artículo de moda". Ese look– de ropa clásica, discreta e informal con zapatillas coloridas y creativas– se ha vuelto bastante común, a medida que los hombres cambian cada vez más los trajes por looks menos formales.
"Cuando era niño llevábamos Stan Smith al colegio, pero nuestros padres no. Ahora, los profesionales las usan también", contó Gaudio, de Adidas.