Bajo la dirección de un mal jefe es imposible construir una carrera, por lo que si el tuyo se ajusta a alguno de los perfiles descritos a continuación, tal vez sea una buena idea empezar a buscar otro trabajo.
El tirano
El clásico jefe malvado es un tirano mezquino. Tienen miedo de bajar la guardia y que sus subordinados crean que tienen los mismos derecho, por lo que constantemente meten las narices en todas partes, y reprenden e intimidan a sus empleados.
Les gusta aparecer de repente y recordándoles a sus empleados que podrían ser reemplazados en cualquier momento. El día que te libres de tu jefe tiránico, comenzarás a sentir pena por ellos – porque tienen que hacerles frente a sí mismos constantemente.
La víbora
Las víboras no muestran su actitud de forma clara – en cambio, actúan de forma taimada. Pueden ser profesionales e incluso agradables a veces, pero en su cabeza siempre están revisando las perspectivas. Tienen que estar en control, por lo que en el momento en que digas algo inteligente o perspicaz irán a por ti.
Este tipo de jefes utilizará tu cerebro y entusiasmo para sus propios fines, pero también se asegurará de atribuirse crédito por todo lo que hagas. Las víboras son famosas por hacer promesas y luego, cuando les preguntas por esa promesa, te dicen que debes haberlo entendido mal – porque no pueden estar equivocados, y no saben cómo disculparse.
El inútil
Este tipo de jefes parece una buena persona, y cuando consigues el trabajo te felicitas por tu buena suerte, ya que has terminado con un jefe tan amable y comprensivo.
Sin embargo, estos jefes no te defenderán ni a ti ni a tus compañeros, no importa lo que sea. Se retorcerán las manos y te dirán lo difícil que es la situación para ellos.
Te dirán por qué tienes que someterte a lo que quieran sus superiores (una reducción del salario, una mayor carga de trabajo, etc.) porque solo son jefes de primera línea – ¿cómo van a poder decir lo que piensan?
Quieren que sientas pena de ellos por ser unos cobardes. Te pedirán cosas extravagantes y te dirán que deberías hacerles el favor porque, después de todo, han sido buenos contigo.
Los jefes inútiles emplean un tipo diferente de manipulación que los jefes que son más desagradables, pero son igual de malvados.
Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Un jefe tipo Jekyll y Hyde es alguien que puede ser alegre, listo y agradecido un minuto y convertirse en un demonio desagradable y gruñón al momento siguiente. Estos jefes pueden cambiar de personalidad varias veces al día.
Nunca reconocen esa transformación – esperan a que sus empleados lidien con ambas personalidades sin comentarios ni quejas.
Amigo y enemigo en una sola persona
A menudo, la verdadera naturaleza de este tipo de jefe tarda más tiempo en demostrarse. Son personas que se comportan como un buen amigo hasta el momento en que te apuñalan por la espalda.
Son difíciles de resistir, ya que insisten en querer ser tus amigos, haciéndote preguntas sobre tu vida personal y consolándote cuando estás triste.
Pero a la vez están esperando el momento oportuno para atacar. Te delatan ante un superior, te culpan de su error o caminan por encima tuya para alcanzar sus metas.
La buena noticia sobre estos cinco arquetipos de jefes malvados es que una vez que te encuentres con uno de ellos, conocerás las señales y nunca te permitirás caer en su trampa.