James Altucher, inversor, bloggero y empresario, habla sobre el mejor enfoque para diferentes tipos de personas.
Cuando alguien me grita, me asusto. Asumo que hice algo malo y esa persona tiene razón.
Tiendo a ser una persona la que le gusta complacer a la gente. Lo cual no es la mejor táctica.
Tuve que aprender a entender a la gente – cómo son, cómo reacciono a ellas, y si hay maneras de hacerlo mejor.
1. Las personas felices
Algunas personas parecen estar felices siempre. Tienen buen carácter y nada parece molestarlas.
Al principio, había veces que estas personas me molestaban. ¿Por qué eran tan felices?
¿Estaría celoso, quizás? Tal vez estaban contentas porque eran ricas o atractivas, o mejor que yo en todos los sentidos.
Pero como dice el dicho, “Vístete para el trabajo que quieres”.
Tengo que recordarme siempre a mí mismo que debemos ser capaces de alegrarnos por la felicidad de otros. No sé si esto será fácil para algunas personas. No lo fue para mí. Es una práctica diaria. Pero funciona.
2. Las personas que sufren
Es duro ver a una persona sin hogar en la calle. O tener un pariente en el hospital. O un amigo en la cárcel.
A menudo no sé cómo hacerle frente a estas situaciones. A veces he sido idiota y he evitado a estas personas.
Pero la compasión es un músculo. Y es importante ejercitarlo. Y la mejor manera de cambiar la vida de alguien es cuando realmente necesitan tu ayuda y tienes la capacidad de ofrecérsela.
La empatía es probablemente el músculo más importante que debemos ejercitar.
Les digo a mis hijas al final de cada día que se pregunten, “¿a quién ayudé hoy?”. Y no puedo decirles que hagan eso a menos que yo me haga esa pregunta también. Las personas que necesitan ayuda son las personas que sufren.
3. Las buenas personas
Algunas personas puede que no sean felices pero son buenas.
Es fácil sentir celos de Bill Gates. Yo mismo estuve celoso de él durante mucho tiempo. Quería creer que creaba productos malos y monopolios ilegales, y cosas así.
Pero le está dando 100.000 millones de dólares a organizaciones benéficas. Y está en camino de curar la malaria en África y resolver muchos problemas de otros millones de personas.
Este es el tipo de persona que me gustaría ser. El tipo de persona que puede resolver este tipo de problemas. Y si quiero estar en la Liga de la Justicia de Estados Unidos, junto con Bill Gates y otros grandes filántropos, entonces el verdadero súper poder es intentar ayudarlos ahora y apoyar sus esfuerzos.
4. Los histéricos
No se trata de una persona en la calle, o de algún psicópata en el metro. Con ellos sabes qué hacer si, por alguna razón, te gritan. Simplemente te vas. Te marchas. Nunca vuelves a hablar con ellos.
Pero, ¿qué pasa si es un jefe, un amigo, un miembro de la familia, o alguien con tienes contacto a menudo?
Y están gritando, intentando aprovecharse de mí, porque me esforzaba demasiado en gustarle a la gente, era fácil aprovecharse de mí.
Esto no fue culpa de esa persona. Fue mi culpa por abrir la puerta.
Tienes que cerrar la puerta.
No tener contacto.
Tomarte un descanso.
Saltarte una cena familiar.
La vida es corta. No puedes dejar que nadie abuse de ti, no puedes dejar que nadie te vuelva loco.
Sí, tal vez es porque necesitan ayuda. Pero si la única manera de ayudarlos es dañarte a ti mismo, entonces no es la ayuda correcta.
Sé amable, ten compasión, pero limita el contacto. Incluso con un jefe. Di “hola” en los pasillos... y busca otro trabajo antes de que él o ella te grite de nuevo.
Esta es la manera en que la gente ha entrenado y domesticado animales salvajes durante cientos de miles de años.
Y los humanos son animales. La misma técnica se aplica aquí.
Para todas estas cosas, se aplica la misma premisa: Actúa como la persona en la que deseas convertirte.
Si no te gustan las personas felices, no serás feliz. Si dejas que las personas malas abusen de ti, lo harán.
Vístete para el trabajo que desees, de lo contrario otras personas te darán el trabajo que ellas quieren que tengas. Y no será tan bueno.