17 consejos para no odiar tu día a día en el trabajo

El conocido bloguero y empresario Thomas Oppong nos explica cómo hacer que nuestro día en el trabajo sea productivo y agradable.

Muchas personas utilizan palabras como estresante, agitado, o incluso caótico para describir un día normal en el trabajo.

La buena noticia es que hay algunas cosas que puedes hacer para cambiar tu día a día. De esta manera no solo te sentirás mejor, sino que también podrás concentrarte en tu trabajo.

En vez de pensar en todas las cosas que podrían salir mal hoy, concéntrate en todo lo que esté a tu alcance y pueda contribuir a mejorar tu día.

Lo que hagas por la mañana determina cómo te irá el resto del día. Empieza a hacer un poco de deporte. Prueba con las aplicaciones de entrenamiento si no puedes ir al gimnasio todas las mañanas. Muchas de estas aplicaciones incluyen decenas de ejercicios y rutinas que puedes personalizar.

Tu teléfono te distrae mucho más de lo que crees, y está perjudicando tu productividad. Las notificaciones hacen que te distraigas y pueden afectar a tu rendimiento aunque no cojas el teléfono para averiguar por qué ha sonado.

Solemos comprobar el correo unas 77 veces al día, enviar y recibir más de 122 mensajes de correo electrónico al día, y pasamos el 28% o más de la semana laboral gestionando esta herramienta.

Jocelyn K. Glei, autor de “Unsubscribe: How to Kill Email Anxiety, Avoid Distractions, and Get Real Work Done” (Bórrate: Cómo matar la ansiedad por correo electrónico, evitar las distracciones y acabar el trabajo) afirma que aunque comprobar el correo electrónico te haga sentir productivo, la realidad es muy diferente.

En una entrevista con The Telegraph, Jocelyn dijo: "... escribe correos electrónicos cortos y simples, y si algo no puede resolverse rápidamente en el correo electrónico, sugiere una reunión o simplemente ve hacia la mesa de tu compañero para confirmar un plan". De esta forma evitarás innumerables mensajes de correo electrónico que solo os harán perder el tiempo.

La mayoría de las personas tienden a revisar sus correos electrónicos cada 5-10 minutos. Pero si sumas todos los minutos que tardas en comprobar continuamente tu bandeja de entrada y luego responder, es fácil ver por qué nos hace perder tanto tiempo.

Resiste a la tiranía de lo urgente. La urgencia arruina la productividad. Tu capacidad para distinguir tareas urgentes e importantes está estrechamente relacionada con el éxito.

Las tareas urgentes son tareas que deben abordarse de inmediato. Las tareas importantes son cosas que contribuyen a la misión, los valores y las metas a largo plazo.

Según la ciencia, somos más productivos por la mañana. Aprovecha al máximo tus horas de máxima productividad. Aborda tus tareas más importantes por la mañana.

Lo que hagas por la mañana determinará el resto del día. Empléala para lograr tus metas.

Si no eres capaz de encontrar una razón para que te importe el trabajo, es muy probable que no termines tus tareas al final de la semana.

Según Charles Duhigg, autor de Smarter Faster Better (Más agudo, más rápido y mejor), nos recuerda cómo una pequeña acción que lleve a un objetivo más grande hace que vincular nuestros pequeños esfuerzos a aspiraciones más significativas resulte más fácil.

Muchas personas de éxito pasan las primeras horas de cada día solas, para reflexionar, pensar, meditar, crear o leer. Encuentra algo que te motive y que desees hacer todas las mañanas.

La gestión del tiempo comienza desde el momento en el que te levantas de la cama. Por la mañana eres más activo y productivo, por lo tanto, es de vital importante que en ese momento te ocupes de todas las tareas más importantes.

Si quieres acabar algo en el trabajo hoy, apúntalo. Mejor aún, escríbelo en una nota adhesiva y colócala donde puedas verla para recordarte la tarea.

David Allen, autor de "Getting Things Done" (Conseguir hacer las cosas), recomienda hacer lo que él llama un "núcleo de volcado". Esto implica anotar cada tarea, actividad y proyecto que necesitas abordar.

Tu tiempo es tu activo más valioso. Ponle valor. Aprende a decir no y concédete más tiempo para hacer las cosas que te hacen más inteligente, mejor y más feliz. No intentes hacer más cosas de las que puedas abordar.

Empieza el día abordando tareas de alto valor que puedas completar por la mañana. Esto te mantendrá motivado para acabar a tiempo la siguiente actividad.

En su libro, "The One Thing: The Surprisingly Simple Truth Behind Extraordinary Results" (Lo único: la sencilla y sorprendente verdad que hay detrás del éxito), Gary Keller dijo: "El éxito exige tener un único objetivo. Necesitas hacer menos cosas para poder obtener resultados. Las personas que se centran en una sola cosa son las que hacen avanzar el mundo".

Dale un propósito a tu día determinando las 3 cosas más importantes que puedas hacer, y conviértelas en tu prioridad. Estas 3 cosas son las que realmente necesitas completar durante el día.

Una vez hayas comenzado una de estas tareas, no las dejes de lado hasta que las hayas completado. No pares. Si te surge alguna distracción, toma nota para hacerte cargo de ella más adelante.

Anota las cosas más importantes que tengas que hacer. Luego táchalas cuando las hayas acabado. Ver cómo vas eliminando cosas de la lista te hará más productivo.

Charles Dickens dijo en una ocasión: "Nunca podría haber hecho lo que he hecho sin los hábitos de puntualidad, orden y diligencia, sin la determinación de concentrarme en un tema a la vez".

Tómate tu tiempo para analizar cómo trabajas y cuán productivas han sido tus estrategias durante la semana. ¿Puedes hacerlo mejor en menos horas? ¿Qué no funciona y por qué no funciona?

¿Qué estás haciendo mal? Haz más de lo que funciona y menos de lo que te roba el tiempo. Date una recompensa cuando acabes las tareas que te habías propuesto.

Las reuniones pueden ser vitales para discutir los objetivos y establecer una visión de futuro. Si no las organizas bien, pueden acabar siendo un desastre que dure horas (o en casos extremos, incluso días).

Desde los papeles hasta los libros que ni siquiera lees, el desorden te puede hacer perder la concentración y frenar tu productividad. Ordenar tu entorno te ayudará a sentirte más organizado y más capaz de concentrarte en tus tareas.

Varios estudios han descubierto que escuchar música puede ayudar a bajar la presión arterial, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La música correcta tiene el poder de cambiar tu actitud.

Así que crea una lista de reproducción que te ayude a concentrarte cuando estés trabajando.

Todas las pequeñas tareas y decisiones a las que tienes que hacer frente a diario pueden agotar tus recursos psicológicos. Tomarse un descanso (incluso de 15 a 20 minutos) puede ayudarte a mantener la concentración y los niveles de energía durante todo el día.