12 cárceles que podrían confundirse fácilmente con un hotel
22 de Junio de 2017
¿Cómo son las prisiones en Finlandia, Noruega, Japón, Austria y otros países desarrollados?
En mucho países, la cárcel es sinónimo de castigo.
Ese no es el caso en todos los países de todo el mundo, donde muchas prisiones se construyen para rehabilitar incluso a los delincuentes más violentos.
Las instalaciones en estos lugares pueden ser bastante lujosas – relativamente hablando. Piense en prístinos gimnasios para jugar al baloncesto en Noruega o mesas de billar en Gales.
Business Insider ha recopilado una serie de fotos de cárceles de todo el mundo que redefinen lo que significa estar encerrado.
En Finlandia, la cárcel de Suomenlinna no tiene alambre de púas para mantener a los presos dentro de sus límites. En su lugar, hay una pequeña valla. Por esa razón, a menudo la llaman la “cárcel abierta”.
En la vecina Noruega, la cárcel de Halden les permite a los presos cocinar, jugar a videojuegos, jugar baloncesto, y dormir en lujosas camas. Las habitaciones parecen más cuartos de residencias universitarias que celdas. La idea es tratar a los presidiarios como personas, para que vuelvan a entrar en la sociedad con una mentalidad sana.
Al igual que Halden, el centro Otago Corrections en Nueva Zelanda se parece más a la habitación de un adolescente que a una prisión. Hay centros de salud y una biblioteca diseñada para hacer que las personas que sientan como miembros de la sociedad.
La cárcel de San Pedro, ubicada en La Paz, Bolivia, ha sido durante 20 años una especie de micro-ciudad para 3.000 presos y sus familias. El tráfico de drogas mantiene a las familias a flote financieramente, y el hotel de la prisión les ofrece a los clientes un lugar para alojarse.
El Centro de Justicia de Austria no es como la mayoría de las prisiones, arquitectónicamente hablando. Fue diseñado por Joseph Hohensinn para que entrara mucha luz. Hay dos inscripciones en la entrada, ambas declarando el derecho de cada preso a la dignidad y la humanidad.
La cárcel de Aranjuez de España permite a los padres y sus hijos quedarse con sus familiares encarcelados. Con personajes de Disney en las paredes, una guardería y un parque infantil, el objetivo es evitar que los niños se den cuenta, siempre que sea posible, de que su padre o madre está detrás de las rejas.
Pondok Bambu, en Indonesia, es una cárcel de mujeres que tiene habitaciones de lujo disponibles para su compra. Sin embargo, algunas presas también realizan sobornos para conseguir estas habitaciones de forma ilegal.
Si no fuera por sus pesadas puertas con cerrojos, la prisión de Su Majestad en Gales, podrían pasar por un colegio público. Ofrece numerosas clases, un gimnasio con duchas de agua caliente, mesas de billar y mesas de ping-pong.
La cárcel de Sollentuna, ubicada en Suecia, permite a los presos cocinar sus propias comidas y pasar la mayor parte del día viendo la televisión o usando la sala de pesas para hacer ejercicio. Al igual que las prisiones de Noruega y Finlandia, la instalación defiende los valores nórdicos de rehabilitación.
La prisión de Champ-Dollon en Suiza había terminado abarrotada en los últimos años, por lo que el país invirtió 40 millones de dólares en una nueva ala mejorada. Las celdas se modernizaron, convirtiéndose en habitaciones más cómodas y amplias.
En la cárcel noruega de Bastøy los presos pasan su condena en una isla privada realizando actividades agrícolas y de pesca, o practicando esquí, tenis y equitación.
Las prisiones de ancianos son cada vez más comunes en Japón, ya que el país sigue envejeciendo. La cárcel de Onomichi alberga una población de gente mayor. Los presos tienen acceso a pasamanos, alimentos blandos, y pasan sus horas de trabajo tejiendo y cosiendo.