12 razones por las que la gente de éxito tiene 5 veces más tiempo que tú

Desde hacer listas de tareas pendientes hasta invertir en tu propio desarrollo: cómo empezar a ser más productivo.

Casi todos conocemos al menos a una persona que es enormemente productiva - esa persona que hace más en dos horas que el resto de nosotros en todo el día. Y lo más probable es que sea también una persona de gran éxito.

No es casualidad que los buenos hábitos de trabajo y el éxito vayan de la mano. Mejorar los hábitos de trabajo puede que no garantice llegar a lo más alto, pero definitivamente ayuda a avanzar.

Aquí exponemos 12 de las principales formas en que las personas de éxito aumentan su productividad.

La mayor parte de la gente que hace listados de cosas por hacer simplemente hacen una lista seguida de muchas tareas, sin un sentido de los tiempos ni de las prioridades. Existen muchas formas de estructurar tu lista para evitar que sea una constante carga. Una técnica que sugiero a mis clientes de coaching es coger una ficha y escribir un breve listado de cinco cosas para hacer en el día. Si hacemos más, fantástico - pero siempre hay que hacer esas cinco.

Hay muchos que piensan que para ser productivo hay que inventar un sistema completamente nuevo para gestionar el trabajo y el tiempo, pero la mayoría de las personas de éxito aprovechan los muchos métodos que ya hay disponibles - algunos integrados en programas de organización de tareas o en otro tipo de software, aunque otros no van unidos a la tecnología - y les aportan su toque personal.

Las personas de éxito dividen los objetivos más importantes en tareas más pequeñas que se pueden acometer de forma más realista. Cada vez que se desglosa un objetivo, se permite una visión más amplia. Cuando se completa un número de pequeñas tareas todos los días, se comienza a crear un sentimiento de logro.

Todos estamos rodeados de distracciones, pero cumplir los objetivos diarios significa dejar todo a un lado y entrar en sintonía con la tarea que tenemos entre manos. La concentración en una actividad nos hace ser el doble de productivos que si intentamos realizar varias tareas.

Las personas de éxito no solo resuelven los asuntos, sino que resuelven los asuntos adecuados. Lo más difícil de ser productivo no es el trabajo, sino la décima de segundo en la que se decide tomar el control. No se pierda en pequeñas cosas sin importancia y en actividades que entrañan mucho trabajo - preste atención a lo importante porque lo que finalmente podrá concluir será aquello que tenga prioridad.

Las personas que son más productivas no se recrean en el pasado, caminan hacia adelante y visualizan el futuro. El único momento en que se debe echar la vista atrás es para ver el camino recorrido. El progreso se consigue dando constantes pasos hacia adelante.

Los triunfadores saben que si quieren ser resolutivos deben ser constantes y no parar hasta haber concluido. La constancia es igual de necesaria en lo referente a uno mismo que en lo que concierne a los demás.

Las personas de más éxito saben que no hay resultados sin acción. Se concentran en la acción enfocada al objetivo en vez de estudiar constantemente las opciones.

La gente productiva dirige su tiempo y energía a desarrollar sus propios talentos, sus habilidades y sus intereses. Saben que es la mejor de las inversiones.

Los errores que se esconden o se ignoran son los que se repetirán. Sin embargo, el primer paso para aprender a mejorar es admitir cuándo nos hemos desviado del camino. La gente aprendería más de sus errores si no se empeñara en negarlos.

Cuando uno se hace responsable elabora sus propias normas y su estrategia particular para hacer todo lo necesario en vistas a cumplir sus objetivos. Asume la responsabilidad de tus actos, responde por los resultados y sé dueño de ti mismo, puesto que tú es el único que sabe cuál es el éxito que quieres.

Las personas de éxito saben que el éxito duradero está directamente unido al servicio que prestamos a los demás. Ascendemos cuando levantamos a otros; el bien más útil de las personas no es una mente repleta de conocimiento sino un corazón lleno de comprensión, un oído dispuesto a escuchar y una mano lista para tenderse. Si ayudamos a los demás a lograr sus sueños podremos alcanzar los nuestros.