Los viajes en avión han cambiado mucho durante los últimos 100 años. Así es cómo era un vuelo típico en cada década del siglo XX.
Década de 1920
Fue en la década de 1920 cuando empezaron a utilizarse los primeros aviones diseñados exclusivamente para pasajeros. Durante este tiempo no solían albergar a más de 20 pasajeros, alcanzaban una altitud de crucero de 900 metros o menos, y eran más lentos que viajar en tren ya que volaban a velocidades de alrededor de 160 km por hora, tenían que detenerse para repostar combustible con frecuencia, y solo podían viajar de día.
Volar en la década de 1920 también era una experiencia incómoda para los pasajeros, ya que los aviones eran súper ruidosos y fríos debido al hecho de que estaban fabricados con planchas de metal sin aislamiento que hacían mucho ruido con el viento. Las cabinas también estaban completamente despresurizadas. No obstante, el transporte aéreo siguió ganando popularidad.
Década de 1930
En la década de 1930 surgió la figura de la azafata con el fin de hacer los vuelos más cómodos. Sus funciones eran similares a las de las azafatas actuales.
No solo mejoró el servicio, sino que los aviones ganaron en comodidad. Fueron insonorizados, contaban con calefacción y asientos acolchados y tapizados. También podrían volar mucho más alto, alcanzando una altitud de alrededor de 6 km, lo que redujo las turbulencias e hizo que el viaje en avión fuera mucho más rápido (alrededor de 300 km/h). La primera aeronave de transporte comercial presurizada fue introducida en 1938.
Las cabinas también eran más espaciosas, y la variedad de asientos aumentó, incluyendo sofás, asientos reclinables y asientos giratorios.
Década de 1940
Los viajes aéreos cambiaron significativamente durante la segunda Guerra Mundial, ya que los aviones se desarrollaban con el propósito de la guerra, en lugar de para cómodos vuelos comerciales.
Sin embargo, una vez finalizada la guerra, Estados Unidos y Europa se quedaron con muchos aviones así como con grandes bases aéreas con largas pistas de aterrizaje, que volvieron a utilizar para vuelos comerciales.
Se construyeron nuevos aeropuertos más cercanos a las principales ciudades europeas, como el actual aeropuerto de Heathrow de Londres, finalizado en 1946. Además, los vuelos transatlánticos, como el que cubre la ruta entre Nueva York y Londres, se convirtieron en algo normal.
Década de 1950
A pesar de ser conocida como la edad de oro de los viajes, volar en los años 50 no era barato. De hecho, un vuelo de ida y vuelta de Chicago a Phoenix podría costar el equivalente actual de 1.168 $. Un vuelo de ida a Europa podría costar más de 3.000 dólares en dólares actuales.
Sin embargo, los pasajeros recibían un gran servicio a cambio del alto coste de los billetes. Volar era extremadamente glamuroso: los pasajeros se vestían con ropa elegante, se servía alcohol en vasos de lujo y las comidas consistían en platos como carne asada, langosta y costillas de primera calidad.
Década de 1960
Conforme se convertía en algo más común, el desarrollo de los vuelos perdió bastante impulso durante la década de los 60. Los pasajeros no se vestían con tanta elegancia como antes, aunque seguían cuidando su atuendo más que los pasajeros actuales.
Los pasajeros que volaban en los años 60 también podían volar sin ningún tipo de identificación. Eso significaba que podían llegar al aeropuerto media hora antes de la salida y caminar directamente hasta la puerta. Incluso las personas que esperaban en el aeropuerto podían acceder hasta la puerta de embarque sin ningún tipo de problema.
Las inspecciones de seguridad no se hicieron obligatorias hasta 1973, e incluso aquellas eran muy poco estrictas en comparación con la seguridad actual de los aeropuertos.
Década de 1970
1970 fue el comienzo Boeing 747, que abrió el cielo a millones de viajeros que antes no podían permitírselo, ya que el hecho de que las aerolíneas pudieran transportar grandes cantidades de pasajeros les permitió rebajar significativamente los precios de los billetes. Sin embargo, había suficiente espacio para las piernas, y las azafatas intentaban satisfacer todas las necesidades de los pasajeros.
Entre 1970 a 1974, American Airlines incluso llegó a ofrecer un salón con piano en la parte trasera de sus 747s, mientras que el 707 Clipper de Pan Am prometía ser un avión "libre de vibraciones”.
Década de 1980
A principios de los 80, volar era muy divertido. Podías fumar, las comidas estaban incluidas y podías llevar tantas maletas como quisieras.
Continental Airlines (ahora United Airlines) incluso llegó a probar algo parecido a un "Pub" con una barra llena de botellas de alcohol y mesas circulares rodeadas de sillas giratorias.
Década de 1990
Durante viajes aéreos en los años 90, todos los pasajeros mayores de edad, clase turista incluida, podían disfrutar de bebidas alcohólicas gratis en vuelos internacionales y nacionales.
Las comidas, aunque no eran de gran calidad, también estaban incluidas, los asientos estaban equipados con teléfonos (recordemos que en este momento se produjo la aparición de los móviles), y empezaban a ofrecerse las primeras opciones de entretenimiento a bordo.
Década de 2000
Después del 11 de septiembre de 2001, los viajes aéreos cambiaron dramáticamente. Antes de los ataques, la Administración de Seguridad en el Transporte de EE. UU. (TSA por sus siglas en inglés) ni siquiera existía. Los viajeros podían pasar por el control de seguridad con artículos como líquidos, pequeños cuchillos de bolsillo y grandes abrigos. Los pasajeros también podían llevar los zapatos puestos.
Todo eso cambió después de los ataques, y la seguridad del aeropuerto se convirtió en lo que es actualmente. Las puertas de las cabinas de los aviones también comenzaron a reforzarse y cerrarse con llave, y solo los pasajeros con billete podían acceder a la zona de las puertas de embarque.
Actualidad
Hoy en día, podemos disfrutar de las mismas comodidades que en tierra, desde televisores con pantalla táctil hasta cargadores en todos los asientos.
Por supuesto, nadie nos ofrecerá alcohol gratis, y en muchos vuelos ni se nos ofrecerá comida, pero si quieres disfrutar del lujo a cualquier precio, simplemente compra un billete de primera clase, no te decepcionará.