¿Por qué Elon Musk se equivoca con la semana laboral de 80 horas?

Echamos por tierra el mito del trabajo "duro" "Trabaja como si no hubiera un mañana. Tan solo tienes que trabajar 80-100 horas a la semana. Si otras personas trabajan 40 horas semanales y tú trabajas 100, entonces en 4 meses lograrás lo mismo que ellos en 1 año", Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y SpaceX.

Está totalmente equivocado.

Todos tenemos 24 horas al día para vivir. Las gastas participando en ciertas actividades, y a cambio, esas actividades te producen ciertos resultados. Todos, sospechosamente, recibimos la misma cantidad de tiempo todos los días, pero sin embargo nunca conseguimos los mismos resultados.

Obviamente, la razón es muy simple; no empleamos nuestro tiempo de la misma manera. Los directores ejecutivos multimillonarios hacen cosas diferentes que los encargados de una franquicia con problemas. Ambos empiezan el día con 24 horas, y sin embargo las diferencias en sus resultados son abismales.

Curiosamente, si le preguntaras tanto al director ejecutivo como al encargado si trabajar más duro y durante más tiempo es una de las claves del éxito, no cabe duda de que estarían de acuerdo.

Si esto fuera cierto, ¿por qué no ir a buscar el trabajo "más duro" que puedas, y trabajar tantas horas como te sea posible? Y por qué no, ¿tener dos trabajos?. Minero de carbón de día, inspector de alcantarillado de noche. Deja de dormir también. ¿Quién necesita dormir cuando podrías estar trabajando?

Bromas aparte, ¿cómo es posible que esta lógica se sostenga? Parece más bien pura ignorancia, ya que a pesar de lo que parece, no existe ningún tipo de correlación entre el trabajo duro y el éxito.

La única correlación se encuentra en la efectividad de tus acciones. De lo contrario, ¿por qué los humanos inventarían herramientas en vez de hacer las cosas "difíciles"? ¿Y cómo podría un profesor ganar un premio Nobel, mientras que otro profesor, que trabaja igual de duro, no es capaz de destacar en nada? El hecho de trabajar duro y muchas horas no significa que vayas a alcanzar el éxito, ni mucho menos.

Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que en algunas ocasiones trabajar más duro y durante más tiempo es la mejor opción, al menos durante un periodo de tiempo determinado. Pero no debemos asumir que trabajar siempre así nos llevará al éxito. El único factor relevante sigue siendo la eficacia.

La receta entonces, es trabajar 24 horas al día los 7 días de la semana.

Esto parece una contradicción. ¿Cómo es posible decir que el trabajo duro no conduce al éxito y luego recomendarlo?

Desarrollar la "virtud de la paradoja", parece una vez más, una habilidad útil para tratar con principios poco ortodoxos como estos.

Si eres como la mayoría de la gente, tus padres probablemente tenían un trabajo de "9 a 5". Para ellos, cobrar era sinónimo de trabajar, y volver a casa significaba el fin del trabajo. Lo que hacían durante las horas “que no trabajan" no importaba.

A esto se le llama la mentalidad del "empleado" y es algo que muchos de nosotros hemos aprendido subconscientemente. Esto es un problema, ya que el tiempo es la mercancía universal, cada minuto de tu día vale tanto como el otro.

Ahora supongamos que trabajas por cuenta propia. Tú eliges las horas que trabajas. Si, como ejemplo, por cada hora de trabajo que inviertes, ganas 50 $, entonces está sacrificando 50 $ por cada hora que "desperdicias". Ver un programa de televisión de una hora te costará 50 $.

Esto es "la mentalidad del dueño"; en realidad es el caso de todos, incluyendo al empleado, pero solo el trabajador autónomo es capaz de sentirlo de manera tangible. Sin embargo, en muchos casos, el trabajador autónomo lo dogmatiza. Si pueden ganar 50 $/hora por cada hora de trabajo, ¿qué les impide trabajar todo el tiempo? Algunos dirán que el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, una forma más elegante de decirte que no seas tan ambicioso.

Por lo tanto, el trabajador autónomo suele trabajar demasiado. Se engañarán a ellos mismos diciendo que se han comprometido a entregar algo, y que deben trabajar más para lograr más. Sin embargo, hay alguien que hace lo mismo que tú y que es capaz de ganar 100 $ por cada hora de trabajo. Una vez más, parece que la eficacia vuelve a estar sobre la mesa.

Y así se presenta una tercera vía. Para ilustrarla mejor, usaremos el ejemplo de una estudiante. Esta estudiante, llamémosla Jill, se está preparando para un examen que tendrá la semana que viene. Y como la dueña del "negocio", sabe que puede trabajar en cualquier momento.

Pero Jill es lo que llamamos una estudiante efectiva. Estudia un par de horas todos los días y se asegura de dormir bien. De hecho, se tomó el martes libre para salir con sus amigos y familiares. Su compañero de clase, Bob, criticó a Jill por no quedarse estudiando. Se quedó despierto las últimas dos noches para estudiar todo lo que pudiera para el examen. Llega el examen, y Jill supera a Bob por completo. ¿Qué ha pasado?

Jill tiene lo que llamaremos "la mentalidad de propósito" y sabe que su propósito para la semana es hacer bien su examen. Reconoce que tiene tanto tiempo como Bob para prepararse. Y sin embargo, también dedica tiempo a dormir y a salir con sus amigos. Bob, al igual que el empleado y el dueño, cree que debe estudiar de manera incansable con el fin de obtener unos buenos resultados en el examen.

Jill es consciente de que está trabajando las 24 horas del día, los 7 días de la semana. No se relaja con sus amigos, sino que más bien intenta descansar del estudio. Considera el tiempo que pasa con sus amigos como parte de su propósito de aprobar el examen. Jill también sabe que será aún más efectiva si duerme bien. Bob cree en el trabajo duro, mientras que Jill, en su esencia, se preocupa por la eficacia sobre cualquier otra cosa.

Asumamos que tenemos el control total sobre nuestro destino. Podemos elegir el propósito que queremos y cómo lo conseguimos. Y también digamos que estamos jugando un juego muy largo, que vamos a pasar los próximos 50 años trabajando hacia algo.

La pregunta entonces es, ¿cómo sabemos que estamos tomando el rumbo correcto en un momento determinado? ¿Cómo sabemos si salir con nuestras familias es lo más importante que podemos hacer para nuestro propósito hoy, o si por el contrario es más importante ir a trabajar? En otras palabras, ¿cómo podemos conocer la eficacia de nuestras acciones?

Saber algo como esto significa que serías capaz de simular todo el conjunto de acciones posibles, de tener en cuenta la mayor cantidad de información posible a lo largo de 50 años y de averiguar cuál es la más eficaz. Eso no puede hacerlo nadie, ni esforzándonos al máximo ni utilizando la tecnología tan avanzada de la que disponemos.

Sin embargo, sí que podemos intuirlo en cierta forma. De hecho, lo más increíble del cuerpo y la mente humana es que es un sistema de retroalimentación súper intuitivo. Ha desarrollado un sistema nervioso que no solo se ocupa del procesamiento efectivo de la información, sino que también nos proporciona retroalimentación sobre esa información. Esta retroalimentación es a lo que llamamos intuición.

Un psicólogo llamado Mihaly Csikszentmihalyi se propuso estudiar el funcionamiento interno de los profesionales de alto rendimiento de varios campos, o mejor dicho, los más eficaces en estos campos. Lo que descubrió es que, independientemente del campo, ya sean deportes, arte o negocios, los que tenían un mayor rendimiento entraban en un estado llamado "flujo" con más frecuencia que los demás. Este estado se caracteriza por lo siguiente:

En otras palabras, Csikszentmihalyi descubrió que los que tenían un mayor rendimiento no hacían nada en especial.

Piensa en cuando eras niño y te divertías jugando. El tiempo pasaba, y sin darte cuenta te convertías en un maestro del juego. Estabas en un estado de flujo. Los que tienen un mejor rendimiento han convertido su "trabajo" en un juego. No hacen nada, simplemente "son".

Así que sí, nos enfrentamos a otra paradoja más: para obtener más, hay que hacer menos.

Es contrario a la lógica porque toda nuestra cultura está orientada a hacer más. Sí, a veces es necesario trabajar duro, especialmente en carreras cortas. Sin embargo, si estás jugando a un juego largo, el trabajo duro es de hecho contraproducente. Tan solo debes preocuparte por una acción eficaz.

Y tu intuición te dirá si estás haciendo demasiado. Se nos presenta como estrés, neurosis. Y sí, es lamentable, pero nuestras estructuras sociales fomentan la neurosis. Este suele ser el caso cuando estas estructuras son creadas desde un lugar de neurosis en sí mismas - a menudo para cubrir necesidades a corto plazo, por encima de un sentido genuino de "creatividad".

Por lo tanto, si quieres construir algo que resista la prueba del tiempo, y quieres ser feliz y estar satisfecho mientras lo haces, no trabajes. Si vas a trabajar, trabaja para alcanzar un propósito que te ponga en estado de flujo durante todo el día. Eso es todo.

Tu corazón te dirá qué es esa cosa. Entonces debes esforzarte por alcanzar una psicología de "ser" en vez de "hacer".