El arte de mentir diciendo la verdad
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En el mundo moderno, el límite entre la verdad y la mentira se vuelve cada vez más borroso, tanto que en el mundo de habla inglesa se ha creado un nuevo término para describirlo, paltering ("mentir diciendo la verdad"). ¿Pero qué nos hace engañarnos constantemente los unos a los otros?

No es ningún secreto que los políticos suelen mentir, pero en realidad pueden hacerlo al decir simplemente la verdad. Un poco confuso, ¿no?

Esa afirmación se vuelve más clara cuando te das cuenta de que probablemente todos lo hemos hecho alguna vez. Un ejemplo clásico podría ser si tu madre te pregunta si has terminado los deberes y respondes: "He hecho una redacción sobre Tennessee Williams para mi clase de inglés". Esto puede ser cierto, pero en realidad no responde a la pregunta de si has acabado los deberes. Ese resumen podría haber sido escrito hace mucho tiempo y has engañado a tu pobre madre diciendo algo que en realidad es cierto. Puede que ni siquiera hayas empezado a hacer los deberes.

El engaño de "decir la verdad" es tan generalizado en la vida diaria que recientemente se ha acuñado un nuevo término para describirlo: paltering (mentir diciendo la verdad). Vamos a intentar averiguar el tamaño de esta zona gris entre la verdad y las mentiras, y por qué solemos engañarnos los unos a los otros.

Mentimos todo el tiempo, a pesar de que mentir nos cuesta mucho más esfuerzo mental que decir la verdad. El presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln dijo en una ocasión que "ningún hombre tiene memoria suficiente para ser un mentiroso de éxito".

En 1996, una investigadora, Bella DePaulo, incluso puso una cifra. Descubrió que todos nosotros mentimos una o dos veces al día. Llegó a esta conclusión pidiendo a los participantes que anotaran cada vez que mentían, aunque lo hicieran con buena intención. De los 147 participantes de su estudio original, tan solo siete dijeron que no habían dicho ninguna mentira, aunque no podemos estar seguros de que dijeran la verdad en ese momento.

A menudo, la mentira era bastante inocente o estaba motivada por motivos amables: "Le dije que estaba guapa aunque en realidad no lo estaba". A veces las personas esconden hechos vergonzosos para ellos, como no mencionar que su cónyuge ha sido despedido del trabajo. DePaulo dice que los participantes en su investigación ni siquiera eran conscientes de con qué frecuencia mentían, ya que la mayoría de las mentiras son "tan comunes que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos mintiendo".

Es mucho peor cuando una persona utiliza las mentiras para manipular o engañar deliberadamente, y esto sucede con más frecuencia de la que creemos.

Cuando Todd Rogers y sus colegas estaban analizando con qué frecuencia los políticos esquivan las preguntas durante los debates, se dieron cuenta de que estaba pasando algo más. Al contar otro hecho veraz, son capaces de esquivar una pregunta. Podrían incluso dar a entender que algo es verdad cuando en realidad no lo es. Los políticos lo hacen constantemente, dice Rogers, un científico del comportamiento de la Harvard Kennedy School. Por lo tanto, él y sus colegas se propusieron comprender mejor el tema.

Descubrió que el paltering era una táctica extremadamente común de negociación. Más de la mitad de los 184 ejecutivos de negocios de su estudio admitieron haberla empleado. El estudio también demostró que las personas que recurren al paltering creen que es más éticamente aceptable que un simple engaño.

Los individuos que habían sido engañados, sin embargo, no distinguían entre mentir y ocultar la verdad. "Los que ocultan la verdad piensan que si la gente se da cuenta de lo sucedido, creerán que es algo ético, cuando en realidad estos lo considerarán como una mentira", dice Rogers.

También es difícil detectar un "hecho" engañoso cuando oímos algo que, a primera vista, suena verdadero. Por ejemplo, el vídeo de campaña del Partido Laborista británico para reducir la edad de voto decía: "Tienes 16 años. Ahora puedes casarte, apuntarte al ejército, trabajar a tiempo completo". El equipo de la BBC decidió analizar este anuncio y descubrió que solo es cierto en parte.

"Solo puedes unirte al ejército a la edad de 16 ó 17 años con el permiso de tus padres", escribió el equipo. A esa edad también necesitas el permiso de tus padres para casarte a menos que lo hagas en Escocia. Desde 2013, los jóvenes de 16 y 17 años no pueden trabajar a tiempo completo en Inglaterra, pero sí en las otras 3 partes del país con algunas restricciones".

Otro ejemplo: durante el debate presidencial del entonces candidato presidencial Donald Trump se le preguntó sobre la demanda por discriminación de raza presentada en contra de su empresa hace muchos años. Este afirmó que su compañía era "inocente". Aunque la empresa no lo admitiera, la investigación del New York Times demostró que efectivamente hubo discriminación racial.

E incluso si vemos que una persona oculta la verdad, las normas sociales no siempre nos permiten ponerlo de manifiesto. Por ejemplo, hay una conocida entrevista en la que el periodista Jeremy Paxman habla con el político Michael Howard (en la foto siguiente). El periodista le pregunta a Howard en repetidas ocasiones si este amenazó con cancelar la decisión del entonces jefe del sistema penitenciario, y Howard evita dar la respuesta una y otra vez, ocultándose detrás de hechos que no son directamente relevantes para el caso. Resulta evidente que muchos de nosotros no nos sentiríamos cómodos presionando a una persona de esa forma.

Aunque es común en la política, también lo es en la vida cotidiana. Considera el típico agente inmobiliario que le dice a un posible comprador que una propiedad ha recibido una gran cantidad de ofertas. O el vendedor de coches de segunda mano que dice que un coche arranca a la perfección sin mencionar que la semana anterior se había averiado. Ambas afirmaciones son verdaderas pero ocultan la realidad de la propiedad y del coche.

Según Rogers, intentamos resolver demasiadas tareas en nuestras vidas a la vez: "Tenemos que vender coches o apartamentos a cualquier precio, pero al mismo tiempo queremos ser honestos a los ojos de las personas". Cuando nos encontramos con esta contradicción, recurrimos al paltering, creyendo que esto es más ético que mentir directamente. Rogers afirma: “Hemos demostrado que esto es un error".

Podemos ver los problemas que este tipo de pensamiento puede causar en la sociedad actual. La gente está claramente harta de que le mientan y la confianza en los políticos se está desplomando. Una encuesta realizada en 2016 reveló que los británicos confían menos en los políticos que en los agentes inmobiliarios, banqueros y periodistas.

Y a pesar del hecho de que solemos esperar que los que están en el poder nos mientan, sigue costando sufrirlo en nuestras carnes, especialmente si lo hacen mediante la técnica del paltering. El psicólogo Robert Feldman, autor de The Liar in Your Life (El mentiroso que hay en tu vida), cree que esto es preocupante tanto a nivel personal como a nivel macro. "Cuando nos miente la gente que hay en el poder, esto arruina nuestra confianza en las instituciones políticas. Hace que la gente desconfíe de sus motivaciones reales".

Mentir puede y claramente sirve para un propósito social retorcido. Puede ayudar a alguien a decir algo que suene mucho mejor que la verdad, o puede ayudar a un político a esquivar una pregunta incómoda. "No es ético y empeora nuestra democracia. Pero así es como funciona la cognición humana", dice Rogers.

Por desgracia, el origen de las mentiras podría encontrarse en nuestra infancia. Las mentiras juegan un papel en nuestras interacciones sociales desde una edad muy temprana. Les decimos a los niños pequeños que las hadas de los dientes y Santa Claus existen, o les enseñamos a dar las gracias aunque les hayan dado un regalo que no les gusta. "Les damos unos mensajes muy confusos", dice Feldman. "Lo que aprenden es que aunque lo mejor es ser sincero, mentir a veces también resulta útil".

Así que la próxima vez que escuches un hecho que suene extraño, o alguien esté evitando una pregunta, ten cuidado, quizás lo que a primera vista parece ser cierto no lo sea en absoluto.

Fuente: BBC

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