Qué hacer si eres demasiado bueno para tu trabajo
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Eres inteligente y competente. Entonces, ¿por qué tu jefe no te confía más responsabilidades?

Te has sacado la carrera y llevas trabajando desde entonces, y tienes tanta experiencia que te has convertido en un empleado muy hábil en general. Tan solo hay un problema: tu jefe se niega a reconocer que eres capaz de hacer mucho más de lo que haces actualmente.

Ser infrautilizado en el trabajo puede hacer fácilmente que te sientas frustrado e infeliz, pero peor que eso, también puede impedir tu crecimiento profesional. Después de todo, ¿cómo se puede esperar que consigas un ascenso cuando haces el mismo trabajo que hacías justo después de terminar la universidad?

No desesperes. Hay algunas maneras de hacer que tu jefe se dé cuenta de que eres capaz de hacer mucho más. Así es cómo puedes conseguirlo.

1. Enfatiza lo que puedes hacer, no lo que no deberías estar haciendo

Si estás siendo infrautilizado en tu trabajo, simplemente podrías entrar en el despacho de tu jefe y darle una lista de las tareas que crees que ya no deberías estar haciendo. Pero si quieres que esa conversación salga bien, resiste ese impulso y concéntrate en las muchas tareas en las que eres competente. Por ejemplo, en lugar de decirle que reservar las salas de conferencias y coordinar las reservas de los almuerzos son unas tareas que no deberías hacer, intenta decirle:

"Creo que podría aprovechar mucho mejor mi tiempo elaborando informes si tenemos en cuenta mi experiencia, y esto me permitirá añadir más valor al negocio".

De esta manera, estás haciendo sugerencias concretas en lugar de simplemente quejarte.

2. Asume proyectos de forma independiente

Si tu jefe no parece estar dispuesto a darte tareas complejas, entonces tu próxima mejor apuesta podría ser inventar proyectos que ayuden al negocio. De esta manera, podrás demostrarle a tu jefe lo que eres capaz de hacer por tu cuenta. Y una vez que esos resultados hablen por sí mismos, tu jefe podría liberarte de parte de esas tareas aburridas y reemplazarlas por responsabilidades que estimulen tu carrera.

3. Revisa la descripción de tu trabajo

Una cosa es que, después de años en el trabajo, te quedes atascado en el mismo puesto, pero otra muy distinta es que te hayan pedido que te encargues de unas tareas que en realidad no deberías estar haciendo.

Si te pasas el día entero dedicado a unas tareas que no aparecen por ninguna parte en la descripción de tu trabajo, entonces tienes todo el derecho del mundo a comentarlo con tu jefe. Pero una vez más, no te quejes de esas tareas. Más bien, expresa tu decepción de que el trabajo que has estado haciendo sea tan drásticamente diferente de la descripción del trabajo que te dieron en un principio. Si tu jefe es capaz de darse cuenta de que llevas razón, entonces las cosas podrían cambiar.

Sentirse sobrecalificado en el trabajo puede ser molesto, pero en lugar de resignarte a otro año contestando teléfonos y haciendo fotocopias, toma medidas para abordar el problema. Tu felicidad y tu carrera dependen de ello.

Fuente: The Motley Fool

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