¿Estás listo para trabajar para ti mismo?
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Trabajar por cuenta propia no sirve para todo el mundo. Aquí mostramos cómo puedes saber si estás preparado para el éxito y no para el fracaso.

Infinidad de trabajadores sueñan con ser autónomos – en especial aquellos que desean libertad de horarios, poder aceptar o rechazar encargos según les convenga y responder sobre todo ante sí mismos. Pero antes de dar el salto a ser autónomo, asegúrate de que estás preparado desde el punto de vista logístico, emocional y económico. Aquí hay algunas de las preguntas que debes hacerte antes de jugártela.

1. ¿Tengo un plan de negocio?

Una cosa es tener una pasión por una línea de trabajo, pero si no hay trazado un verdadero plan de cómo atraer clientes, de cómo hacer crecer el negocio y gestionar el flujo de trabajo, existe una gran probabilidad de acabar en un triste fracaso. Antes de dejar tu sueldo o de enrolarte en un plan de autónomo, tómate un tiempo para pensar en aspectos como estos:

  • Marketing;
  • Desarrollo empresarial;
  • Carga de trabajo (que incluye los diferentes clientes y proyectos que puedes asumir de golpe);
  • Finanzas (los costes que implica dirigir tu negocio y cuánto esperas ganar).

Solo en el momento en que hayas reflexionado sobre estas cosas, podrás crear de forma oficial tu empresa.

2. ¿Tengo la organización correcta?

Si estás acostumbrado a trabajar en un ambiente de oficina, cambiar de este tipo de organización a trabajar desde casa puede resultar una difícil transición. Antes de sumergirte en el trabajo por cuenta propia, asegúrate de tener un espacio que te permita llevar a cabo tus planes. Por ejemplo, si lo que intentas es perseguir una carrera de arquitecto freelance, no servirá una pequeña mesa en una esquina de tu apartamento - sobre todo si tu trabajo implica frecuentes reuniones con clientes. Descifra el enigma del espacio de trabajo antes de dar el chupinazo de salida a tu nueva hazaña para asegurarte de que no haya obstáculos desde un primer momento.

3. ¿Cuento con ahorros?

Admitámoslo: Muchos nuevos negocios dan pérdidas al principio y algunos tardan años en ser rentables. Si empiezas por tu cuenta, asegúrate de que lo inicias con un fondo de emergencia al completo. Para la gente normal, este fondo ascendería a los gastos de manutención necesarios entre tres y seis meses, pero si empiezas desde cero (lo que significa que no tienes clientes ni trabajos en proyecto), lo inteligente sería apartar una cantidad equivalente a los gastos de manutención de un año para protegerte.

4. ¿Tengo la experiencia necesaria para arrancar esta aventura?

Solo porque estés capacitado para una línea de trabajo en particular, eso no significa que seas bueno a la hora de un negocio. Pero cuando se trabaja por cuenta propia, eso es justo lo que se supone que hay que hacer. Y si careces de la experiencia necesaria para gestionar todos los diferentes aspectos involucrados, tu empresa se resentirá. Por ejemplo, digamos que arrancas tu propia empresa consultora de TI, puede que seas un experto en el montaje de redes y sistemas pero si eres pésimo en marketing y contabilidad, es probable que tengas una dura lucha para ganar clientes y gestionar tu capital circulante. De manera que, asegúrate de que tienes cubiertas todas las bases antes de aventurarte por tu cuenta.

5. ¿Estoy realmente comprometido?

Si trabajas por su cuenta, eres el único responsable del éxito de tu empresa. Antes de ponerte a trabajar por tu cuenta, asegúrate de que tienes un compromiso con la empresa en la que estás a punto de embarcarte. Esto puede significar matarte a trabajar fuera de horas o los fines de semana y salir a hacer contactos y pelear por conseguir nuevos negocios. Solo tú puedes calibrar hasta dónde llega tu fuerza de voluntad personal con respecto a tu empresa, así que asegúrate de que estás dispuesto a darlo todo.

Aunque ser tu propio jefe proporciona muchos beneficios, no todo el mundo puede trabajar por cuenta propia. Repasa estas preguntas detalladamente y respóndelas con honestidad antes de tomar tus decisiones para que no lo lamentes más tarde.

Fuente: The Motley Fool

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